Menos hijos, pero mayor gasto
Criar a un hijo puede llegar a costar entre 7.600 y 22.000 dólares por año. Asimismo, los hijos se tienen en épocas más tardías, cuando se goza de cierta estabilidad económica, con una inversión más elevada.
Cada vez más, tener un hijo puede llegar a representar un sacrificio económico mayor. Poder ofrecer a los hijos un entorno de bienestar puede llegar a costar entre 7.600 y 22.000 dólares por hijo, y por año, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En España, en concreto, tal como se desprende de los datos que BBVA publicaba en 2015, las familias invertían 19.000 euros por hijo durante sus tres primeros años de vida; tal como se publica en un reportaje del periódico El País. Un dato que puede traducirse en un gran negocio gracias, en parte, al aumento de las fuentes de ingresos: las mujeres dan a luz más tarde, cuando gozan de mayor estabilidad económica.
De esta manera, las tendencias relativas al consumo de artículos infantiles varían. Aunque las familias cada vez tengan menos hijos, el gasto en los más pequeños cada vez se concentra más, con un consumidor que empieza a dar mayor valor a la calidad en el producto. De hecho, mientras la natalidad desciende (según las previsiones del Instituto Nacional de Estadística), el negocio de los productos para la infancia aumenta un 6% interanual, según informan fuentes del periódico El País.
Nuevas tendencias, nuevos gastos
Más allá de los gastos que requiere cualquier bebé, cuando éste crece, la inversión continúa. Según indican los datos a los que ha tenido acceso el periódico el País procedentes de Eroski Consumer y Ceaccu, tras los tres años, un hijo puede llegar a acaparar los 9.000 euros por año. Una inversión que aumenta en edades de entre 6 y 12 años, donde las actuales tendencias propias de la era digital hacen que nuevas tecnologías y videojuegos acaparen cierto protagonismo.
Asimismo, a medida que se va creciendo, tabletas, viajes de estudio, smartphones, u ordenadores van adquiriendo mayor relevancia, con sus correspondientes gastos. No obstante, dichas cifras se reducen en el caso de aquellas familias que tienen más de un hijo, ya que en las categorías de ropa, calzado y libros, los productos se reutilizan de hermano a hermano.