Los sectores de la economía azul de la Unión Europea generaron un Valor Añadido Bruto de 183.900 millones de euros en 2019

La pandemia del coronavirus y la guerra entre Rusia y Ucrania han propiciado un marco de incertidumbre en torno al cual se articula la economía azul. En este sentido, el aumento de los precios del petróleo o las restricciones comerciales, entre otros, han afectado de manera especial a los sectores industriales azules.

Haciendo balance de la situación por la que atraviesan los sectores contemplados en la economía azul, la Comisión Europea ha dado a conocer su nuevo informe.

Dada la coyuntura actual, marcada por la Covid-19 y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, en él se reflejan los datos completos de 2019 proporcionados por Eurostat.

Teniendo esto en cuenta, los siete sectores establecidos en la Economía Azul de la UE (recursos marinos vivos, recursos marinos no vivos, energías renovables marinas, actividades portuarias, construcción y reparación naval, transporte marítimo y turismo costero) generaron un Valor Añadido Bruto (VAB) de 183.900 millones de euros en 2019; es decir, un aumento del 20% en comparación con 2009. Por su parte, la facturación registró un total de 667.200 millones de euros, produciéndose un aumento de un 15%.

En cuanto al factor empleo, estos sectores y sus actividades emplearon directamente a casi 4,45 millones de personas en 2019. Aunque esta cifra es solo un 0,5% más que en 2009, significa que el número de puestos de trabajo en la economía azul de la UE es mayor que antes de la crisis económica. Este aumento se debe, principalmente, a la aportación del turismo costero (63%) y al auge de las energías renovables marinas.

Analizando cada uno de los segmentos de actividad que componen la economía azul, se destaca la perpetua lucha de la construcción naval europea contra la feroz competencia de los países asiáticos, que intentan entrar en el mercado europeo del gas, con buques especializados de alta tecnología.

Por su parte, el transporte marítimo es considerado un actor fundamental en la economía y el comercio de la UE, estimándose que representa entre el 75% y el 90% del comercio exterior de la UE y un tercio del comercio intracomunitario.

En este sentido, según apunta la Comisión Europea, en 2019, Italia continuó liderando este segmento en Europa en 2020, seguido de Grecia. Con la pandemia, el transporte marítimo de pasajeros en los puertos de la UE se vio gravemente afectado por la pandemia de Covid-19 en 2020, con una disminución del 45% en comparación con 2019.

Bélgica, Irlanda, los Países Bajos y Francia registraron los porcentajes más altos de transporte marítimo de pasajeros fuera de la Unión Europea (excluyendo los pasajeros de cruceros) en 2020, con conexiones por ferry con el Reino Unido.

Por otro lado, los puertos de la UE manejaron cerca de 4.000 millones de toneladas de mercancías, lo que representa alrededor de la mitad de todas las mercancías por peso comercializadas entre la UE-27 y el resto del mundo, por ello representan un papel fundamental en el desarrollo económico y la creación de empleo.

En lo que se refiere a la explotación de recursos marinos no vivos, nuestro continente ha desempeñado un papel clave en términos de acceso a las fuentes de energía y materias primas necesarias para la economía europea. En este sentido, según señala la Comisión Europea, se espera que el sector continúe desempeñando un papel crucial en la transición hacia una economía azul sostenible, tanto en la mejora de la disponibilidad de materiales críticos necesarios para el desarrollo de tecnologías bajas en carbono, como en la reducción de sus impactos en el medio ambiente marino y el cambio climático.

Otro segmento que se encuentra en auge es el de las energías renovables marinas que, a pesar de los desafíos a los que se enfrenta, se espera que contribuya significativamente a la estrategia energética de la UE para 2050.

Según el último informe sobre economía azul, Europa tiene más del 90% de la capacidad eólica marina total instalada en el mundo, y seguirá dominando el mercado de la energía eólica marina en los próximos años. La energía eólica marina en Europa se centra principalmente en el Mar del Norte, que tiene aguas relativamente poco profundas.

Asimismo, el turismo costero se presenta como el mayor sector de la economía azul, teniendo un gran impacto en el crecimiento económico, el empleo y el desarrollo social. Así, representa el 44% del VAB y el 63% del empleo del total de la economía azul de la Unión Europea. Más de la mitad de los establecimientos de alojamiento turístico de la UE estaban ubicados en zonas costeras.

Por último, el sector de los recursos vivos marinos, la pesca, continuó aumentando en 2019. La mejora del estado de las poblaciones, así como el aumento de las posibilidades de pesca, hacen presagiar que el desempeño de este segmento continúe mejorando. Pese a ello, esta industria aún se enfrenta a importantes problemas como son la sostenibilidad.

Por lo general, tal y como se explica desde la Comisión Europea, desde 2009 y, especialmente, desde 2013, los sectores de la economía azul han experimentado una aceleración su crecimiento, encontrando como excepción la industria de los recursos no vivos.

Como referencia de ello, el VAB generado por el turismo costero en 2019, el mayor sector de la economía azul de la UE, aumentó un 21% respecto a 2009. El transporte marítimo y las actividades portuarias aumentaron un 27% y un 21%, respectivamente. Otros sectores que contribuyeron al crecimiento fueron recursos vivos (+31%) y construcción y reparación naval (+39%). Por el contrario, los recursos no vivos se redujeron en un 68%.

En contrapartida, el empleo se ha mantenido en valores similares o ha experimentado una ligera mejoría con respecto a 2009. Donde más se notó una evolución a positivo fue en el transporte marítimo (+13%). En construcción y reparación naval el empleo también experimentó u crecimiento, pero sin llegar a alcanzar los valores registrados en 2009.

Atendiendo al desarrollo y aportación de los diferentes países europeos al sostenimiento de la economía azul, en general, dicha economía supera el 5% del VAB nacional o del empleo en los Estados miembros insulares o con archipiélagos: Grecia, Malta, Chipre, Croacia y Portugal. Estonia es una excepción con una cuota de empleo del 6%.

Otros Estados miembros con sectores de economía azul relativamente grandes, que generan una contribución entre el 3% y el 5% del VAB nacional o del empleo, son España, Dinamarca, Letonia, Irlanda y Bulgaria.

Bélgica, Eslovenia, Polonia y Rumanía mantienen una economía azul relativamente modesta (entre el 0,5% y el 1,0% de la economía nacional), mientras que países como Luxemburgo, Austria, Chequia, Eslovaquia y Hungría, sin litoral, contribuyen de forma limitada (menos del 0,4%).

Según señala la Comisión Europea, dos de las cuatro economías más grandes de la UE, como son Alemania y Francia, están por debajo del promedio de la UE. Italia se encuentra ligeramente por encima del promedio, y solo España está muy por encima del mismo.

En cuanto a empleo, Grecia, Malta, Portugal, Letonia y Dinamarca han visto aumentar la proporción de empleados en los sectores relativos al mar. Por otro lado, otros como Bulgaria o Estonia han experimentado una disminución notable.

Según el informe anteriormente mencionado, en términos absolutos, los cuatro Estados miembros más grandes (España, Alemania, Italia y Francia) son los que más contribuyen a la economía azul de la UE tanto en términos de empleo (con una contribución combinada del 52%) como de VAB (con una contribución combinada del 61%).

Únicamente, Grecia logra entrar entre estos cuatro países al posicionarse en segundo lugar en la contribución a la economía azul de la UE en términos de empleo. Otros países que han registrado contribuciones significativas, tanto en empleo como en VAB, son Portugal, los Países Bajos y Dinamarca.

En referencia al VAB, entre 2009 y 2019 se observó una expansión significativa en países como Irlanda, Portugal y Malta (con un aumento de más del 50% durante la última década). Del mismo modo, se observa una expansión de alrededor del 30% o más en Bélgica, Polonia y Suecia.