Iniciativa impulsada por el Clúster de Construcció Industrialitzada de Catalunya en las instalaciones de Zarca en Castellbisbal (Barcelona)

El concepto de co-factory aparece como una propuesta innovadora en el sector de la construcción. ¿Por qué no acercar las fábricas a los proyectos de construcción? Así nace el primer co-factory (FaaS - Factory as a Service) de Europa, impulsado por el Clúster de Construcció Industrialitzada de Catalunya que cuenta con las instalaciones de Zarca en Castellbisbal (Barcelona) como el primer centro operativo y colaborativo en nuestro territorio.

En un momento trascendental con el reto de dar respuesta a la crisis de la vivienda, la construcción industrializada se erige como palanca para resolver esta emergencia social, gracias a su certidumbre y cumplimiento de plazos en menor tiempo que mediante métodos tradicionales.

Sin embargo, ¿cómo contribuir directamente al crecimiento de las empresas del sector e impulsar su potencial? La respuesta es abrir co-factorys (FaaS - Factory as a Service) en puntos estratégicos del país. Se trata de una solución pionera que, en palabras del presidente del Clúster de Construcció Industrialitzada de Catalunya, Pere Armora, se resume en: “Es una operación directamente del Clúster que permitirá dar servicio al sector de las Pymes industriales. Es autofinanciable y contribuye a que empresas emergentes dispongan de un espacio para el almacenaje y ensamblaje (producción) para el crecimiento empresarial mediante métodos modernos de construcción”.

Por lo pronto, ya ha abierto el primero de Europa. En concreto, en la planta de Zarca en Castellbisbal (Barcelona) que, además, se encuentra en una situación encomiable, rodeada de 17 polígonos industriales que permitirá crear sinergias con otras empresas de proximidad en aras de fomentar el kilómetro 0 que impulsa la industrialización del sector.

Imagen de la nave que Zarca que ha dispuesto para acoger el primer co-factory de Europa.

Con el firme propósito apoyar a las empresas y ampliar su capacidad productiva surge el co-factory que es como una fábrica abierta donde se puede alquilar espoacio para un tiempo determinado para acopiar materiales y proceder al ensamblaje o pre-ensamblaje para la construcción industrializada, así como disponer de recursos humanos para el desarrollo de su actividad. “En estos momentos, y pensando especialmente en las pymes, no están invirtiendo en capex por la incertidumbre del sector, pero sí podrían afrontar un Opex que les diera opción a aparticipar en los proyectos que surgieran. Mediante el sistema de renting contribuimos a aumentar su capacidad productiva, a cubrir una mayor área geográfico y, a su vez, dinamizamos el motor económico del país”, añade.

Una de las naves de Zarca dedicada a la construcción de módulos prefabricados para viviendas e instalaciones efímeras.

En este sentido, se construye un tejido industrial alrededor del co-factory creando un pool de empresas desde el sector de la electricidad, la reforma… a imagen y semejanza de lo que ocurre en el sector industrial automovilístico con una industria adyacente para dar servicio a las marcas. Pero también en acelerar la digitalización de las empresas participadas en la construcción, especialmente en el BIM y competir en un entorno colaborativo.

“El co-factory debería ser una infraestructura de estado, ya que se generan un servicio y/o solución por proyecto durante el tiempo que dura, por ejemplo, una obra. La idea es impulsar esta primera co-factory en Barcelona, para luego abrir otros en Cataluña y poder exportar el modelo a otras comunidades autónomas e incluso internacionalmente”, sentencia Pere Armora.

Con esta iniciativa, este coworking industrial pretende dar respuesta a la necesidad de construir un tejido industrial alrededor de las zonas clave, para el necesario aumento de viviendas en los próximos años. Por un lado, la industria sigue avanzando, pero quedan temas pendientes por resolver como es la falta de suelo, las licencias de obra… que deben ser más ágiles para dar respuesta a las necesidades del mercado actual.

De hecho, los datos confirman que existe una desviación próxima al 33% en sobrecostes en proyectos de construcción tradicional y los plazos de entrega se retrasan de media 1,5. Con la industrialización, en cambio, se reduciría un 38% los residuos y puede ser una alternativa para dar respuesta al déficit de viviendas en el conjunto de España que ronda las 700.000. La industrialización colaborativa aúna la cooperación competitiva, con cumpplir los presupuestos y calendarios de obra.

Esta solución ya se ha probado en proyectos internacionales para países sin la tecnología, para hacer construcción de valor añadido, como por ejemplo un hotel en Dakar fabricado en la Zona Franca de Barcelona; o un hospital en Mauritius, fabricado íntegramente en Goierri Vallery, de la mano de Aykos Healthcare.

Imagen del proceso de fabricación en fábrica de un hospital en las Islas Mauricio en territorio nacional, antes de su exportación a África.