Las cooperativas españolas de caprino exploran la exportación para reducir la oferta de leche
El mercado de la leche de cabra se encuentra en un momento de espera. Después de que los datos provisionales del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) estén vaticinando un nuevo año de récord en la producción, las principales industrias que compran leche de cabra en el sector español aún no han comunicado de forma oficial ni oficiosa a cooperativas y productores sus intenciones respecto a los precios que se pagarán en el transcurso del presente año 2018.
A diferencia del primer trimestre del pasado ejercicio, en el sector comienza a circular en la actualidad la sensación de que los excedentes de producción registrados desde abril hacen que las industrias no vayan a tener problemas en abastecerse de leche a unos precios estables, aún en época de baja producción estacional. El compromiso alcanzado hace unos días en el seno de la Organización Interprofesional Láctea (Inlac), por el que las industrias aceptan recoger toda la leche de cabra producida en primavera, acrecienta esa sensación de sosiego en la demanda de leche de cabra.
Por lo tanto, la exportación vuelve a ser clave para el sector productor, con el objetivo de reducir la oferta de leche y forzar un aumento de los precios. Con una industria francesa volcada en el suministro en su propio país debido a sus leyes de etiquetado de los quesos, las posibilidades del mercado chino centran las esperanzas de las cooperativas españolas de caprino, que acrecientan en las últimas semanas sus esfuerzos por vender leche con destino a tierras asiáticas y cambiar la actual dinámica del mercado.
