¿Qué hemos aprendido en este primer año desde la publicación de la nueva ITC AEM1?
El pasado 24 de abril, Fepyma celebró en Madrid una nueva jornada para seguir profundizando en la implementación de la ITC AEM 1, una normativa que está transformando el día a día de compañías, organismos de control, administradores de fincas y titulares de instalaciones. Con un enfoque eminentemente práctico, la sesión giró en torno a una pregunta central: ¿Qué hemos aprendido durante este primer año desde la publicación de la nueva ITC AEM1?
Fepyma celebró en Madrid una jornada clave para seguir profundizando en la implementación de la ITC AEM 1.
El evento comenzó con unas palabras de apertura por parte de Sara Fernández Yanes, presidenta de Fepyma, quien tras afirmar su satisfacción con “los resultados obtenidos en el ámbito de eliminar barreras, aunque aún queden algunas comerciales”, valoró muy positivamente el trabajo realizado para “conseguir modificaciones relevantes para las pymes” de la ITC, y adelantó que la cuarta versión de la guía técnica de interpretación de la norma se presentará en junio.
Tras agradecer a Liftel, patrocinador global del evento, “su implicación con la federación de pymes ascensoristas desde sus inicios”, la hasta entonces presidente de Fepyma se despidió anunciando el cambio en la presidencia de Fepyma y afirmando que han sido “años intensos, de continuos aprendizajes, retos y momentos de alegría”. Sara Fernández no quiso dejar pasar la oportunidad de reivindicar, una vez más, que “la unión es una necesidad en un momento de retos tecnológicos” y aseguró que Fepyma “me ha dado mucho, tanto a nivel personal como profesional y me ha reforzado el valor del compromiso, pasando del interés individual al bien común”. “El conocimiento, la formación y la innovación son totalmente necesarios para sobrevivir en un sector tan competitivo como el nuestro”, añadió, antes de agradecer “no haberme sentido nunca sola”, asegurando que “esta es la fuerza de las pymes ascensoristas y aún queda mucho por recorrer”.
Un merecido homenaje
“Durante este tiempo, Sara ha sabido combinar simpatía y cercanía con el rigor que exige el cargo. Siempre nos ha recordado que, por encima de los números, están las personas; que la fuerza de una organización no se mide solo en estadísticas, sino en los valores que compartimos, en la confianza que construimos, en el respeto que cultivamos dentro y fuera. Y eso no se improvisa: nace de una convicción profunda y una ética sólida que le viene de familia”, asguraba a continuación José María Compagni, coordinador general de Fepyma, antes de dar paso al reconocimiento a la trayectoria de Sara Fernández Yanes en Fepyma, primero como vicepresidenta, después como presidenta y, ahora, de nuevo a cargo de la vicepresidencia, con el nombramiento de Ana Martínez Ortiz como nueva presidente de la Federación, “con una junta directiva renovada, que incluye a empresas jóvenes, innovadoras y comprometidas”.
Como gesto de agradecimiento, Juan Carlos Solas, presidente de Pymesa —la asociación más representativa— y Javier Mosquera, de Aspaga –la asociación más joven y pujante–, le hicieron entrega de un obsequio simbólico que representa este recorrido compartido.
La jornada contó con la participación de personas clave para entender esta norma desde todos los ángulos.
Un análisis multidisciplinar
A continuación, fue el momento de analizar el momento actual de la implementación de la ITC, desde las dificultades que plantea esta hasta los aspectos positivos, pasando por los puntos que, tras un año, podrían revisarse y las peticiones a distintos actores del sector para mejorar su implantación, con la participación de personas clave para entender esta norma desde todos los ángulos.
Para ello, Fepyma contó con Belén Benito Gérez, subdirectora general de Minas y Seguridad Industrial de la Comunidad de Madrid, figura esencial en la elaboración de la ITC AEM1 y miembro activo del grupo de trabajo de ascensores; Antonio Guirao, administrador de fincas y miembro del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, que dio voz a los titulares de ascensores; Jordi Olivera Cabrera, director técnico de Elevación en Tüv Süd Atisae; y Raúl Vega Pacheco, CEO de Eleva Balear, ejemplo del emprendimiento joven.
Tras asegurar que “estamos en un momento muy bueno para montar empresas de ascensores”, y con motivo del primer aniversario de la publicación de la ITC en abril, la primera pregunta que planteó José María Compagni a los expertos fue la principal dificultad que plantea la ITC en cada uno de los ámbitos en los que cada uno de ellos actúa.
La necesidad de interpretación de la ITC, la mejora de la redacción y la obligación de cambiar los procedimientos, al dar más responsabilidad a todos los agentes implicados, fueron los aspectos destacados por Belén Benito, quien quiso destacar “el problema añadido de las diferentes interpretaciones qu realiza cada una de las Comunidades Autónomas” que, no obstante, también consideró un refuerzo porque “eso también obliga a colaborar entre ellas”.
“Somos el último elemento de transmisión de estos cambios y el vecino es un gran desconocedor, por lo que en este último año hemos estado haciendo una labor de mentalización de la gente”, añadió por su parte Antonio Guirao, quien aseguró que, “pese a que el mensaje que recibe es que todo encarece, el vecino está encajando bien las medidas de seguridad”, por lo que consideró necesaria una “labor pedagógica y que no haya abusos con este tema”.
Como representante del ámbito de los organismos de control, Jordi Olivera quiso destacar que, una de las cosas que se han encontrado a la hora de implementar la ITC es que “cada comunidad autónoma tiene un tipo de informe distinto, niveles de gravedad de defectos distintos, y todo eso ha sido difícil de encajar de forma urgente por parte de los organismos de control”. También mencionó la situación que plantean las nuevas inspecciones periódicas para cambio de conservador, que calificó de “espectacular”, a falta de un término mejor frente a la complejidad que plantea “cuadrar la agenda de todos los implicados”.
Por último, no quiso dejar de apuntar que la falta de documentación de ascensores está planteando situaciones complicadas que, “cuando nadie tiene papeles, entran en un bucle que, aparentemente, no tiene solución”.
Por último, Raúl Vega, cuya empresa “casi nació con la nueva norma” estuvo de acuerdo con los otros participantes en la mesa de debate en que “la norma plantea muchos retos y temas a mejorar”, aunque quiso destacar que “se ha perdido la batalla de comunicar las ventajas que aporta la norma, porque nadie pregunta qué le aportarán los cambios, sino qué cuestan”, y apuntó que, en este momento, “la coordinación es vital”, ya que, como reflexionó, “ahora es necesario más personal y más cualificado para preparar toda la nueva documentación, pero cuando en seis años se haya implantado la norma, ya no habrá tanto trabajo, por ejemplo, en gestión documental, por lo que uno de los problemas es dimensionar bien las empresas para todas las fases”.
¿Más inspecciones= más seguridad?
Sin duda, las mayores exigencias en términos de inspecciones y, especialmente, las nuevas inspecciones periódicas por cambio de mantenedor fuer uno de los temas que centró buena parte del debate.
“En este país falta mucha cultura de seguridad industrial. La mayoría de los ciudadanos lo ven como un sobrecoste, pero tienen que entender la necesidad en un ascensor igual que sucede en un coche. Es necesario ir inculcando la conciencia de seguridad industrial en los propietarios”, destacó la subdirectora general de Minas y Seguridad Industrial de la Comunidad de Madrid, quien añadió que “la ITC se revisa por una propia demanda del sector” y que, aunque aseguró que “el tema de la documentación va a costar mucho, el objetivo es que llegue un momento en el que todos los ascensores tengan sus papeles, su historia, por lo que es algo que no puede tener una marcha atrás”.
Y no dudó en afirmar que “la inspección periódica por cambio de conservador ya se sabía que iba a traer problemas, pero hay que intentar dar respuesta a todos los agentes implicados y poder pedir responsabilidades a la empresa saliente que no ha hecho bien su trabajo”.
La primera mesa de debate confirmó la jornada como un espacio de diálogo que subraya la importancia de la seguridad, la calidad y la responsabilidad compartida como eje del sector.
Colaborar para mejorar
A continuación, se planteó a los expertos “qué pedirían a los otros actores implicados en los cambios que aporta la ITC para mejorar el proceso”.
Antonio Guirao pidió a la administración que ponga los medios para informar a los usuarios ya que aseguró que “nos llamaron mucho más por el apagón de la televisión en su día que para la nueva ITC”. Con respecto al tema de la documentación, destacó “las dificultades que plantea para los administradores de finca encontrar una documentación que no se sabe ni dónde está” y finalizó haciendo un llamamiento por “crear una cultura de calidad y no solo de precio”.
Por su parte, como responsable de una empresa mantenedora, Raúl Vega pidió también a la administración una cierta flexibilidad con respecto a los plazos de la gestión documental, ya que considera que “va a ser muy difícil cumplir la norma en ese ámbito”.
El responsable de Tüv Süd Atisa abogó por que tanto a titulares como empresas conservadoras “soliciten las inspecciones con mucha antelación”, asegurando que “por debajo de un mes, van mal, ya que la inspección es la punta del iceberg y hay mucha gestión administrativa antes”. Y, por lo que se refiere a la administración, reclamó “sistemas más ágiles para comunicar las inspecciones, tanto las peticiones como el resultado de las mismas, y que se controlen las inspecciones en sí por parte de la administración.
La mesa terminó con una recopilación de los que los participantes eliminarían de la ITC o cambiarían, donde salieron temas como la inspección periódica por cambio de conservador o la necesaria tras un accidente, “que quizás se podría gestionar de otra manera”, en palabras de la representante de la administración; la ampliación del plazo de seis meses para solucionar los defectos graves “muy justo”, a decir del representante de los administradores de fincas “porque todo tiene un proceso y el tema de la documentación no es fácil”, algo en lo que el representante de las empresas mantenedoras estuvo totalmente de acuerdo; la posibilidad de flexibilizar el proceso de comunicación de inspecciones, según el representante de los organismos de control, quien recordó que “existe la obligación de comunicar las inspecciones a una semana vista, pero no se pueden hacer modificaciones de esas inspecciones”, alegando que “se debería permitir poder comunicar cambios de manera justificada”.
Con motivo de la celebración del 20 aniversario de Efesme intervino Luca Incoronato, quien aportó una visión internacional sobre los retos normativos que afectan a las pymes europeas del sector.
Retos normativos del sector del ascensor
Tras una sesión de preguntas y aportaciones por parte de los asistentes, fue el turno de Luca Incoronato, Policy Officer de Efesme, quien, en el marco de la celebración del 20º aniversario de la Federación Europea de Asociaciones de Pequeñas y Medianas Empresas de Ascensores, ofreció una visión experta y clarificadora sobre el horizonte normativo que se avecina para la industria europea del ascensor. Y es que, desde la revisión de la directiva vigente hasta la creciente presión de las multinacionales en la elaboración de normas técnicas, el sector se enfrenta a importantes cambios que podrían redibujar las reglas del juego, especialmente para las pymes.
Incoronato comenzó su intervención explicando que la base legal que regula la libre circulación y la seguridad de los ascensores en Europa es la Directiva 2014/33/UE, que a su vez actualiza el texto original de 1995. Según explicó el experto, este año, la Comisión Europea ha iniciado un proceso de evaluación para determinar si esta directiva necesita una revisión más profunda. Entre las posibilidades que se barajan se encuentra la conversión de la directiva en un Reglamento, lo que implicaría una aplicación directa y uniforme en todos los Estados miembros, sin necesidad de transposición a las legislaciones nacionales. Un cambio formal con consecuencias prácticas de calado.
El peso de las normas armonizadas y el papel del CEN
La directiva establece los requisitos esenciales de seguridad en su Anexo I, cuya conformidad se suele acreditar mediante la aplicación de normas técnicas armonizadas elaboradas por el comité europeo CEN TC/10. Este comité, con múltiples grupos de trabajo, ha generado un amplio cuerpo normativo bajo la familia EN 81, piedra angular técnica del sector.
Actualmente, se están revisando las dos normas principales, EN 81-20 y EN 81-50, con vistas a su conversión en normas internacionales: EN ISO 8100-1 y 8100-2. Este esfuerzo de armonización entre los organismos CEN e ISO responde a la demanda de un mercado globalizado, aunque no exento de tensiones. Las grandes corporaciones han presionado para acortar plazos y, según denunciaba Luca Incoronato, incluso han conseguido eludir la fase de consulta pública.
Innovaciones técnicas y desafíos para las pymes
Las nuevas normas traerán consigo cambios relevantes, algunos de los cuales podrían suponer importantes barreras de acceso para las pequeñas y medianas empresas.
Entre las principales novedades que plantean, el experto de Efesme apuntó las siguientes:
- Nuevos sistemas de suspensión, como cintas recubiertas de polímero con alma no metálica (por ejemplo, de carbono), que requieren costosas pruebas y equipamiento especializado.
- Intercambio más exhaustivo de información con el cliente, que obligará a los instaladores a un diálogo más técnico y detallado con los propietarios de los edificios.
- Mejoras en la seguridad de los trabajadores de mantenimiento, con nuevos requisitos para el acceso al foso y la disposición de dispositivos de seguridad.
- Innovaciones como cables tradicionales de diámetro reducido, puertas de deslizamiento vertical y sistemas de emergencia en caso de fallo eléctrico.
Desigual representación de las pymes en los comités técnicos
Uno de los puntos más críticos señalados por Incoronato es el desequilibrio en la representación de las pymes en los grupos de normalización. De los aproximadamente 40 expertos implicados en la redacción de normas, apenas cuatro representan a pequeñas y medianas empresas. El resto pertenece a grandes multinacionales u organismos de certificación, lo que genera un sesgo estructural que puede traducirse en normas poco adaptadas a las capacidades técnicas y financieras de las pymes.
Añadió también que el Reglamento (UE) nº 1025/2012, que regula la normalización europea, prevé financiación para garantizar una representación equilibrada, pero en la práctica, los recursos disponibles son escasos. La participación activa de organizaciones como SBS (Small Business Standards) y el respaldo financiero de la Comisión Europea son esenciales para equilibrar la balanza.
En este contexto, Incoronato anunció la próxima incorporación de tres expertos de Aecae (Asociación de Empresas de Componentes para Ascensores) a los grupos de trabajo europeos, lo que supondrá una mayor presencia española en el debate normativo. Asimismo, animó a instaladores y profesionales del sector a involucrarse en los foros nacionales e internacionales de normalización, tal como sucede en Italia, donde el 60% de los representantes de los grupos de trabajo del organismo UNI provienen del ámbito de las pymes.
La intervención de Luca Incoronato dejó claro que el futuro normativo del sector de los ascensores no solo se juega en el plano técnico, sino también en el político y estratégico. Las pymes están ante una encrucijada: o fortalecen su participación activa en la elaboración de normas o corren el riesgo de quedar excluidas de un mercado cada vez más regulado y competitivo.
La jornada concluyó con una presentación técnica a cargo del equipo de Liftel, centrada en su nueva pantalla para cabinas, que despertó gran interés.
Premier de la nueva solución multimedia para ascensores de Liftel
Tras una pausa donde los asistentes pudieron disfrutar de una primera sesión de networking fue el momento de que dos expertos de Liftel presentaran en sociedad la nueva solución multimedia para ascensores desarrollada íntegramente por la compañía, un sistema que combina diseño, comunicación y tecnología para mejorar la experiencia de uso y facilitar el trabajo del mantenedor.
Se trata de una innovadora pantalla multimedia para ascensores, integrada en el ecosistema Liftcom, que se distingue por su diseño extrafino, su resolución en alta definición y un amplio ángulo de visión de 170º, que garantiza una excelente visibilidad desde cualquier posición. Su versatilidad de instalación —tanto en formato vertical como horizontal, en superficies planas o curvas, empotrada o en superficie— la convierte en una opción adaptable a múltiples entornos arquitectónicos. Incorpora un acelerómetro que detecta la dirección del ascensor, funciones de autonomía asistida, y un panel de configuración que muestra información útil como hora, planta, meteorología, noticias con imágenes, vídeos, fotografías y hasta QRs interactivos.
La plataforma Liftplay permite la gestión remota de contenidos, incluyendo mensajes entre vecinos, logos personalizados y distintos accesos para usuarios y gestores. Además, ofrece soporte técnico y una versión con teléfono integrado para llamadas de emergencia, reafirmando su carácter funcional y seguro. Todo ello con una interfaz personalizable y orientada a mejorar la experiencia de uso en la cabina.

























