Viernes, 14 de noviembre – 10:55

Estamos en una encrucijada, y la forma en que entendamos la tecnología definirá cómo será nuestro mundo en el año 2100. Nuestra charla ‘Nosotros no vamos a resolver el reto climático’ parte de esa idea: el futuro dependerá de cómo decidamos usar el conocimiento y la innovación hoy. No creemos que una sola generación, una ley o un comité puedan resolver el reto climático por sí mismos. Las grandes transformaciones siempre han sido el resultado de muchas manos, mentes y décadas trabajando con una misma visión. Como los constructores de catedrales medievales, que levantaban obras sabiendo que nunca las verían terminadas, asumimos que nuestro papel no es cerrar el asunto, sino poner piedras de una forma más eficiente, sostenible y consciente de habitar el planeta.

En nuestra charla proponemos una reflexión sobre dos tipos de innovación: las tecnologías tangibles, como la motorización, la automatización o la eficiencia energética, y las tecnologías mentales, que consisten en reorganizar procesos y cambiar la manera de pensar. Creemos que necesitamos reordenar nuestra relación con la tecnología para que multiplique su valor y reduzca su impacto, no frenar el progreso; la historia muestra que los mayores avances ambientales no han venido de la renuncia, sino de la innovación.

Desde esa perspectiva, defendemos que la tecnología no es el enemigo del planeta, sino su mejor oportunidad. Frente al discurso pesimista que asocia desarrollo con destrucción, apostamos por un relato distinto, una perspectiva diferente, basada en el conocimiento y la responsabilidad. Creemos en un futuro donde el ser humano y la tecnología convivan en equilibrio, impulsados por energías limpias y diseño inteligente. Para lograrlo, es necesario romper con la visión apocalíptica que paraliza y apostar por la creatividad y la colaboración como motores del cambio. Frenar la innovación por miedo al exceso sería un error; en cambio, apostar por tecnologías conectadas, duraderas y sostenibles —como la Protección Solar motorizada e inteligente— ofrece resultados reales: menos gasto energético, más confort y edificios capaces de contribuir activamente a la eficiencia global.

En el fondo, esta charla es una llamada a cambiar la manera en que pensamos en el progreso. A ver la innovación no como una amenaza, sino como una herramienta profundamente humana. Sabemos que nosotros no resolveremos el reto climático, pero también que cada idea, cada avance y cada aplicación responsable de la tecnología nos acercan a ese futuro que queremos construir: una catedral colectiva hecha de conocimiento, ingenio y esperanza.