La Inteligencia Artificial como motor de la nueva competitividad industrial

Abel Campos. Presidente de ANTAL, Asociación Nacional de Transformación Digital21/10/2025

El sector de la construcción y los cerramientos vive un momento de inflexión. La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta estratégica de productividad. Sin embargo, mientras la tecnología avanza a una velocidad inédita, las organizaciones siguen atrapadas entre la urgencia por digitalizarse y la falta de un método claro para hacerlo con retorno real.

Desde la Asociación Nacional de Transformación Digital (Antal) lo vemos a diario: la transformación digital no solo se frena por la falta de tecnología, sino también por la falta de cultura digital. El software corre más rápido que las personas que deberían aprovecharlo. En muchos casos, la inversión se concentra en herramientas, no en rediseñar procesos o formar a los equipos. El resultado: duplicidad de datos, resistencia interna y procesos a medio digitalizar.

Durante el Congreso Asefave 2025, Antal plantea una pregunta clave: ¿y si la Inteligencia Artificial se convirtiera en el nuevo músculo competitivo del fabricante? ¿Y si cada empresa pudiera crear su propio ‘cerebro digital’, capaz de integrar toda la cadena de valor —fabricantes, distribuidores y clientes— en un mismo sistema de decisión y aprendizaje? La tecnología para hacerlo ya existe; el reto está en adoptarla con propósito y método.

Al contrario de lo que a veces se pueda pensar, la inteligencia artificial no ha llegado para sustituir a las personas, sino para amplificar su capacidad.

La inteligencia artificial no sustituye a las personas: amplifica su capacidad. Permite automatizar tareas repetitivas, generar presupuestos automáticamente, anticipar roturas de stock o medir la rentabilidad de cada pedido en tiempo real. Pero el salto real ocurre cuando se combina con liderazgo, formación y propósito compartido. Quien entienda esto liderará la próxima década.

En colaboración con Asefave, Antal, que tiene obsesión por las métricas, realizó una encuesta sectorial que definió tres prioridades claras para la hoja de ruta digital:

Automatizar lo interno, especialmente control de stock y gestión de presupuestos.
Aportar inteligencia comercial, integrando IA en el seguimiento de leads y presupuestos.
Digitalizar la red de distribuidores, paso considerado esencial por casi el 90% del sector.

Abel Campos, presidente de Antal.

Para hacer realidad estas prioridades, Antal ha creado el Laboratorio Antal, un entorno de experimentación y aprendizaje donde las empresas pueden aplicar la IA de forma práctica, medible y con mínimo riesgo. Su objetivo no es vender tecnología ni implementarla, sino facilitar el cambio cultural que el sector necesita.

El Laboratorio ANTAL impulsa el cambio a través de dos líneas complementarias:

Formación, para desarrollar competencias digitales en todos los niveles, con programas que desmitifican la IA y enseñan cómo aplicarla en el trabajo diario.
Metodología de implementación, que no ejecuta proyectos, sino que guía a las empresas y sus socios tecnológicos mediante un ciclo probado y un marco regulatorio: Diagnóstico → Micro-RFP → Piloto (30–90 días) → Control de Calidad (QA) → Medición del Retorno (ROI). Solo los proyectos viables se certifican con el Sello ANTAL, aportando confianza y evidencia antes de escalar.

Entre los pilotos ya activos destacan: la optimización de almacenes con IA predictiva para eliminar roturas de stock; la automatización de la gestión de ayudas públicas (Planes Renove, Kit Digital), reduciendo burocracia; y la generación automática de documentación técnica, como huella de carbono o DAP, garantizando ventajas competitivas medibles.

Uno de los pilotos más avanzados es ‘Dominando Internet’, un sistema de IA comercial que permite a las marcas recuperar el control de su presencia online y de los leads generados. La solución no requiere instalación en los distribuidores y ofrece un control total del retorno en marketing digital. Analiza qué ventas se ganan o se pierden y convierte la red comercial en una estructura de alto rendimiento. Este es un ejemplo aplicado hacia un modelo escalable, capaz de posicionar a cada fabricante como líder digital de su sector desde internet.

En el Laboratorio Antal las empresas pueden aplicar la IA de forma práctica, medible y con mínimo riesgo, con el objetivo de facilitar el cambio cultural que el sector necesita.

En definitiva, la IA no es el fin, sino el medio para rediseñar cómo pensamos y trabajamos. La transformación digital ya no es opcional, y quienes la entienden como una inversión cultural —no solo tecnológica— son los que marcarán la diferencia.

Gracias al convenio Antal–Asefave, las empresas asociadas pueden acceder a diagnósticos, formación y pilotos iniciales con acompañamiento experto. Porque el futuro no se improvisa: se diseña, se prueba y se escala.