BBVA aporta nuevas herramientas para medir el pulso vital de las ciudades

Comercio y ciudad han estado estrechamente vinculados desde el inicio de la civilización. En los primeros asentamientos humanos del neolítico surge la división del trabajo y la especialización, hace 10.000 años, y con ello la necesidad de proveerse de aquellos bienes que uno mismo no producía. La moneda tiene el mismo origen: nace en las ciudades lidias del s VIII a.C. como unidad de intercambio de trabajo entre quienes tienen especializaciones distintas, mientras en el medio rural se seguía practicando el trueque.

Este vínculo entre comercio y ciudad, con el dinero como nexo, sigue siendo hoy plenamente vigente. Muchas de las actividades que podemos observar entre quienes recorren las calles más vitales de nuestras ciudades comportan finalmente un pago. Si nos sentamos a analizar las motivaciones de quienes transitan por cualquier avenida o plaza de cualquiera de nuestras municipios y barrios podremos ver a gente que acude a conciertos, a museos, amigos que quedan en bares y restaurantes, pacientes que acuden a una consulta o estudiantes que asisten a una academia, parejas que van al cine o a tomar una copa, trabajadores en viaje de negocios, turistas que van de compras, que adquieren billetes de transporte, alquilan automóviles o que pagan su alojamiento en un lugar distinto cada mañana.

Además, cada vez en mayor medida, efectúan sus pagos por medios electrónicos, ya sea mediante tarjeta bancaria, aplicaciones wallet, o sistemas NFC integrados en el teléfono móvil: están generando datos, y estos datos pueden ser procesados y agregados para obtener estadísticas de consumo.

Juan Murillo Arias.

En BBVA venimos haciéndolo desde 2011, primero como una exploración impulsada por múltiples preguntas en el seno del Centro de Innovación de BBVA: ¿Podemos llegar a distinguir patrones de comportamiento característicos en distintos grupos de personas? ¿Podemos medir la capacidad de atracción de una ciudad por el número de visitantes que recibe y por cuánto gastan en ella? ¿Podemos llegar a describir, dentro de las series temporales que trazan los pagos, ciclos recurrentes, umbrales de normalidad en el biorritmo urbano? ¿Qué factores provocan las anomalías que rompen esta normalidad?

A medida que encontrábamos respuestas, parecía quedar claro que teníamos que encontrar un modo de compartir esta información con quienes pudieran accionar este conocimiento y convertirlo en nuevas oportunidades. De este modo han nacido dos proyectos muy estrechamente vinculados, ambos sustentados por los datos de transacciones electrónicas sobre los que tiene visión del banco: Urban Analytics y Commerce360. En paralelo, se ha constituido una nueva empresa del grupo: BBVA Data & Analytics, una empresa tecnológica que impulsa esta y otras iniciativas, todas ellas basadas en analítica avanzada sobre los datos financieros.

En ambos casos trabajamos con datos anónimos, en los que los campos de identificación de los clientes se han eliminado para salvaguardar la privacidad de los usuarios de tarjeta, además estos registros individuales se agregan espacial y temporalmente para dar lugar a las estadísticas de consumo que generamos. Los nombres de los comercios se han eliminado igualmente, y nunca se ofrecen datos de negocios específicos (salvo a los propios dueños de estos negocios), sino de áreas de actividad.

En el primero de estos proyectos con orientación externa -Urban Analytics- trabajamos en una escala territorial amplia para describir las dinámicas comerciales y flujos de consumidores a un alto nivel, abarcando barrios de grandes ciudades, ciudades completas en el caso de municipios de tamaño intermedio, o provincias completas, pudiéndose dar información a nivel de todo el país. Como ejemplo de ello, el pasado verano hicimos pública una visualización que se basaba en los datos recabados por la red de TPVs BBVA, en la que dejaron traza de su actividad los turistas extranjeros que visitaron el país en los meses de julio y agosto de 2014.

Urban Analytics.

Esta información se canaliza a los destinatarios finales, principalmente administraciones públicas con las que estamos colaborando, como el Ayuntamiento de Madrid, Segittur, Sectur o el Instituto Nacional de Estadística en diversas formas: desde análisis ad-hoc como el que llevamos a cabo junto con el Ayuntamiento de Madrid, hasta la aportación de datos agregados en crudo para que terceros desarrollen cuadros de mando interactivos, como se ha hecho en el marco del proyecto Destinos Turísticos Inteligentes que impulsa Segittur.

El segundo proyecto mencionado, Commerce360, nace con el objetivo de hacer llegar a todos los comercios las posibilidades que se abren al disponer de información objetiva sobre los patrones de actividad económica en una zona determinada (los biorritmos comerciales que mencionábamos antes). A través de esta herramienta, un comercio puede comparar el rendimiento de su negocio con la tendencia agregada de los otros comercios similares en la misma zona (por ejemplo, una zapatería se puede comparar con la marcha de las otras zapaterías de la zona, consideradas como un conjunto).

Commerce360.

Así mismo, Commerce360 proporciona una visión de qué segmentos de población están más activos en el comercio y los compara con los segmentos más activos en la zona en la que está. El usuario de este servicio tiene a su disposición información sobre otros sectores de actividad, otras zonas, datos históricos, comparaciones y otros perfiles de información que le pueden ayudar a tomar mejores decisiones en la gestión del negocio fundamentadas en un mejor conocimiento del contexto.

Además del uso para la gestión de un comercio o una cadena de comercios, Commerce360 es de utilidad también a la hora de tomar decisiones sobre cómo evolucionar el tejido comercial en una región amplia. En este campo de aplicación se toca ya con Urban Analytics, allí donde Urban Analytics permite un análisis más en profundidad y a medida para un objeto de estudio definido ad hoc, Commerce360 ofrece un análisis estandarizado y un acceso más sencillo a sus capacidades, y por tanto más escalable.

Las dos soluciones que hemos desarrollado desde BBVA Data & Analytics constituyen ejemplos de un fenómeno general: transformando los datos en conocimiento las nuevas tecnologías ponen a disposición de los gestores una mejora visión sobre las dinámicas que rigen el sistema urbano. Estamos convencidos de que el uso de las diversas capas de información a las que se puede acceder hoy en día irá convirtiéndose en la nueva norma en cuanto a gestión y planificación urbana. Ya hay ejemplos en diversas ciudades y macrorregiones que apuntan en esta dirección, y los que hoy se presentan como casos de innovación pasarán a conformar parte de los procesos cotidianos en unos años.

La ola de transformación digital que están viviendo numerosos sectores de actividad privada (comunicaciones, industria musical, del alojamiento, del transporte, de las finanzas, etc.) acabará también por permear todas las capas de la gestión urbana en la medida en la que los gestores y la propia ciudadanía estén cada vez más familiarizados con la lectura y toma de decisiones basadas en la evolución de los parámetros de eficiencia, calidad de vida y prosperidad, y demanden y diseñen servicios adaptados a su realidad, de una forma cada vez más fluida y con menos elementos de fricción con su entorno.