Entrevista a Nassim Rais, vicepresidente segundo de FES y presidente de Apess

En esta ocasión, FES entrevista a su nuevo vicepresidente segundo, Nassim Rais -quien además es presidente de la Asociación Provincial de Empresas de Seguridad de Sevilla (Apess)-, para hablar, entre otras cosas, sobre los nuevos retos de la Seguridad Privada en nuestro país, la normativa vigente, la formación de estos profesionales y las principales problemáticas de las empresas de seguridad.

El sector de la Seguridad Privada en España, al igual que en el resto del mundo, atraviesa momentos de cambios, de nuevos retos y objetivos. Retos que exigen nuevas respuestas. Sin duda, el futuro del sector estará marcado por la irrupción constante de nuevas tecnologías a las que las empresas del sector debemos adaptar todos nuestros procesos operativos y modelos de negocio, para dar respuesta y solución a clientes que viven y conviven cada día más con la digitalización.

El funcionamiento de la Federación es libre, plural y democrático, rigiéndose por sus Estatutos y por los acuerdos que, de conformidad a los mismos, adoptan sus Órganos de Gobierno. En atención a ello, la postura de FES será –sin dudas- la que más beneficie al conjunto de sus Asociadas ante tales retos, estructurada esencialmente por los parámetros de la formación continua de su personal, la estrecha colaboración con la Seguridad Pública y la exigencia a la Administración de que nos siga considerando como sector esencial y complementario a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, dotándonos de los instrumentos acordes a tal consideración.

El posicionamiento de FES será siempre el apoyo incondicional a cualquier iniciativa que incentive la formación, actualización y perfeccionamiento de sus empresas asociadas y del personal que las integran, cualquiera que sea la materia a tratar. Lógicamente, la formación en materias de actualidad, relacionadas especialmente con las tecnologías de la información y la transformación digital, muy vinculadas, además, al surgimiento de nuevas figuras delictivas o que perfeccionan las ya conocidas, debe ser una prioridad en cualquier Asociación que pretenda mantener a sus Asociados a la vanguardia del sector de la Seguridad.

Evidentemente que no. Los tiempos que vivimos son vertiginosos y han hecho que quede totalmente desfasada la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada. Por otro lado, es un despropósito que no haya tenido a siete años vista un adecuado desarrollo reglamentario y que estemos a expensas de lo dispuesto en el Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad Privada. Un reglamento de hace 27 años no puede estar regulando la actividad de un sector tan cambiante y a la vez esencial. Por eso, FES ha mantenido y seguirá manteniendo reuniones con los distintos Grupos Políticos de nuestro Parlamento para que se trabaje en una Ley de Seguridad Privada acorde con los tiempos que vivimos.

Vivimos en una sociedad en permanente evolución y cambio. En nuestro sector, el marco legal se encuentra encabezado –insisto- por una Ley de Seguridad Privada del año 2014, que ni siquiera se ha visto desarrollada por un Reglamento, necesario para despejar las numerosas dudas que ha suscitado el texto legal y que han merecido todo tipo de interpretaciones. Además, se carece de una regulación concreta y específica que afronte esos cambios tecnológicos, que tanto influyen y afectan a la prestación de servicios de Seguridad. Es necesario integrar las distintas Seguridades en un concepto de Seguridad integral, que tenga una base sólida, con una adecuada formación del personal y que afecte a servicios, instalaciones, medidas, funciones y productos, incluyendo, en relación con estos últimos, la certificación de producción de todos los elementos que forman parte de la Seguridad física y electrónica de las instalaciones.

El término ‘Seguridad’ engloba todo aquello que pudiese ser vulnerable y que requiera de protección. En la actualidad no sólo se analiza y estudia la protección física y electrónica de nuestros clientes en sus instalaciones. Dentro de los planes integrales de Seguridad han de tenerse en cuenta otros factores de riesgo que también suponen una amenaza y que deben ser objeto de estudio y protección.

La información en las redes, el teletrabajo, las comunicaciones… Suponen un objetivo por parte de los delincuentes digitales que en ocasiones, si no se está preparado para ello, pueden producir un daño muy significativo. Incluso irreparable.

Es posible y necesario integrar este tipo de servicios de Seguridad, relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones, en la oferta de servicios de una empresa de Seguridad. Actualmente, es rara la actividad que no se encuentra informatizada de alguna manera. La informática nos acompaña en nuestra actividad diaria y, en este estado de cosas, el cliente que deposita su confianza en una empresa de Seguridad debe recibir un servicio integral, que estudie los distintos escenarios, analice los riesgos y valore las amenazas y vulnerabilidades, siempre con el objetivo puesto en conseguir una protección eficaz en términos de Seguridad, Por ello, muchas empresas del sector han creado departamentos específicos para incorporar a su línea de negocios este tipo de servicios, que consisten finalmente en la protección y Seguridad de la información.

Hay que fomentar la cultura de la prevención en vez de la reacción, con ideas vanguardistas en el área de la protección integral.

Desde Pulman Security estamos actualmente inmersos en la creación de un departamento específico de gestión informática y de ciberseguridad con idea de ampliar nuestros servicios a clientes que ya confían en nosotros en otras áreas y así poder ofrecer soluciones integrales de Seguridad.

Aunque todo proyecto empresarial es una aventura y un riesgo, la desaparición de una Empresa, no ya en la actividad de vigilancia y protección de bienes, sino en cualquier otra, supone un inmenso dolor. Son muchas las ilusiones y los esfuerzos y recursos que se destinan a ese proyecto y es frustrante que no se consiga el propósito perseguido. Por supuesto que el modelo de negocio ha de evolucionar de manera continua para adaptarse a las necesidades del mercado y de los tiempos, pero también hay que ser exigentes con la Administración que tantas trabas pone algunas veces en el camino y en el desarrollo de ese proyecto. FES siempre velará por servir de soporte a las necesidades de las Asociadas en esa evolución y en erigirse como defensora de esa deseable flexibilización burocrática y administrativa.

No obstante, no veo tan vital la necesidad de cambiar el modelo de negocio. Considero que siempre va a ser necesaria la actividad de vigilancia física. La presencia del vigilante aporta sensación subjetiva de Seguridad al ciudadano. Otra cosa será la gestión que se haga de esa Seguridad, que sí que debe acomodarse a los tiempos que corren. La preparación del vigilante, los medios con que cuenta para el desempeño de su profesión, la protección legal de sus intervenciones, etc., son cuestiones que deben abordarse. El vigilante es un profesional de la Seguridad, que actúa en la mayor parte de las ocasiones en un entorno privado, aunque en muchas otras son públicos los bienes que ha de proteger, pero que, en cualquier caso, vela por los intereses de sus clientes. En muy contadas ocasiones puede verse revestido del carácter de agente de la Autoridad y esto le da un estrecho margen de actuación en situaciones conflictivas. Si ya la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, se hace eco de que la Seguridad privada se considera, cada vez más, una parte indispensable del conjunto de medidas destinadas a la protección de la sociedad y a la defensa de los derechos y legítimos intereses de los ciudadanos, entendiendo que la Seguridad pública encuentra, en la realización de actividades de Seguridad por otras instancias sociales o agentes privados, una oportunidad para verse reforzada, y una forma de articular el reconocimiento de la facultad que tienen los ciudadanos de crear o utilizar los servicios privados de Seguridad con las razones profundas sobre las que se asienta el servicio público de la Seguridad.

Entiendo que el legislador debe proteger al vigilante de Seguridad en el ejercicio de sus funciones. No creo que la empresa de Seguridad se esté viendo afectada por una valoración negativa de la opinión pública. Considero que el ciudadano se ha acostumbrado a la presencia uniformada del vigilante en numerosos ámbitos de actividad y ha aprendido a convivir con él, asimilando sus funciones y competencias y aprendiendo que, en cuanto a Seguridad, es el recurso más directo del que puede disponer.

Gracias al apoyo prestado por FES a sus asociadas, las mismas han podido afrontar con éxito el reto que para ellas ha supuesto la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales, que es la adaptación de la normativa española al reglamento europeo sobre protección de datos (RGPD). Desde esta tribuna tan cualificada quiero hacer partícipe a todas las empresas del sector que FES tiene suscrito convenios con Asesorías altamente cualificadas en la materia y que desde nuestra Secretaría General y nuestra Dirección Legal estaremos encantados de atenderles.

Los profesionales del sector de la Seguridad, tanto por sus funciones como por el desarrollo de las mismas, requieren una formación continua en diversos aspectos:

• Campo de las Habilidades Sociales: Necesarias para aprender las Técnicas de Diálogo Táctico Operativo, el llamado Judo Verbal, que no es otra cosa que profundizar en la forma de llevar a cabo la comunicación con terceros.
• Campo Jurídico: El vigilante de seguridad y resto de personal operativo, adolece de conocimientos en el ámbito jurídico, tanto en sus actuaciones en el ámbito procesal cuando se judicializa alguna de sus intervenciones, como en el ámbito de los límites legales de sus actuaciones.
• Campo de las Emergencias: La participación del personal de seguridad en los distintos equipos de intervención, tanto de extinción de incendios como de primeros auxilios, exigen una formación continua de estas materias a fin de poder automatizar los procedimientos de actuación cuando sea necesario. Cursos teórico prácticos de Extinción de Incendio o de Primeros Auxilios-DEA son imprescindibles.
• Campo de Defensa Personal Policial: El Vigilante de Seguridad está expuesto a situaciones de riesgo dónde el empleo de la fuerza legítima puede llegar a ser necesario. Mantener una formación permanente en este campo permitirá al profesional actuar con seguridad y conocimiento, evitando riesgos tanto para él como para terceros.
• Diversos cursos en la utilización y conocimiento de las nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad permitirán al personal de seguridad privada avanzar en la realizad de un sector dinámico y en constante evolución.

Y por último siempre he considerado importante la formación en sanidad. Para trabajadores que prestan un servicio, en su mayor parte, de cara al ciudadano, manteniendo una relación y contacto estrecho con éste, una formación adecuada en primeros auxilios es necesaria. Ni que decir tiene que la formación especializada debe ser así, enfocada exclusivamente a la formación específica en una materia concreta, me refiero por ejemplo a la formación en guías caninos, a la formación para vigilancia de espectáculos públicos, la vigilancia en infraestructuras críticas o instalaciones radiactivas, la vigilancia en grandes centros hospitalarios, entre otras.

Para ello es imprescindible contar con Centros de Formación que puedan ofrecer adecuados Planes de Formación según las necesidades de las empresas por los servicios que prestan y aquellos a los que se dirigen a corto y medio plazo.

Nos encontramos ante una situación extraordinaria; una crisis inesperada que nos ha obligado a aplicarnos más si cabe, para conservar los puestos de trabajo y la viabilidad de las empresas.

Las pymes atraviesan momentos de incertidumbre que han obligado a la reducción de la inversión y el gasto, elevando también el riesgo y la morosidad todo ello añadido a una mayor exigencia y comparativa de precios de mercado en busca de la mejor oferta por parte de los clientes.

Desde las Asociaciones territoriales que conformamos FES, como es el caso de la Asociación Provincial de Empresas de Seguridad de Sevilla (APESS), de la que soy presidente, se procura estar presentes en todos aquellos ámbitos de representación institucional en los que puedan hacerse patentes las necesidades y exigencias de nuestro sector así como el asesoramiento a todas las asociadas en materia de posibles subvenciones y/o ayudas aprobadas por el gobierno tanto por el Covid19 como otras.

Sin lugar a duda alguna, FES es y será un pilar básico para garantizar la supervivencia de todas sus asociadas, velando siempre por sus intereses. Será primordial desarrollar actividades en aras al fomento de la calidad en la empresa y del personal de seguridad, de sus mandos intermedios, técnicos y directivos.

Entre estas actividades podríamos destacar la de fomentar la formación y cualificación del personal, asesorar a las pequeñas y medianas Empresas en su trayecto empresarial aportándoles valor añadido, la información y el conocimiento técnico y profesional basado en la experiencia adquirida desde 1991, año en el que fue creada la Federación Española de Seguridad y que actualmente cuenta con presencia en todo el territorio nacional representando a casi un centenar de empresas de seguridad privada con una plantilla global de más de 20.000 trabajadores.

Como dice el proverbio “si quieres ir rápido, ve solo; pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Tanto desde FES como desde Apess somos fieles creyentes de la unidad y colaboración entre todas las Asociadas y sus integrantes con el fin de llegar lejos.