La proporción de coches eléctricos podría pasar del 1% en 2020 a un 20% en 2030
Fabricantes de automóviles, proveedores y nuevos aspirantes compiten por una movilidad eléctrica, que reduce las emisiones de carbono y está totalmente interconectada. Sin embargo, la electrificación no sólo está cambiando rápidamente la industria del automóvil. Las tecnologías innovadoras y los nuevos modelos de negocio están traspasando las antiguas fronteras de la industria. Las empresas de telecomunicaciones se han interesado por el uso compartido del coche, los supermercados compiten con las gasolineras ofreciendo estaciones de carga, los coches como unidades de almacenamiento de electricidad y los sistemas ‘vehicle-to-grid’ promueven las energías renovables, las empresas químicas apoyan la construcción ligera desarrollando nuevos materiales y las principales empresas de Internet trabajan en la conducción autónoma.
La electrificación de la industria del automóvil
La transformación de la industria del automóvil tiene enormes efectos económicos. En la actualidad hay más de 357 millones de turismos en circulación en Europa. Siguen predominando los coches con motor de gasolina o diésel (ICE - Internal Combustion Engine), pero la electromovilidad está avanzando rápidamente en muchos países.
Al contrario que los vehículos de combustión, los de propulsión eléctrica lograron un gran avance el año pasado. Mientras que el número de nuevas matriculaciones en toda Europa cayó casi un 21% en comparación con 2019 debido a la pandemia, las ventas de coches eléctricos aumentaron. Los PHEV y los BEV ya representan el 12,4% de las nuevas matriculaciones en Europa Occidental. Los fabricantes de automóviles europeos Volkswagen, BMW, Daimler y Renault lograron ponerse a la altura de Tesla y de fabricantes asiáticos como BYD.
Casi todos los países europeos promueven la compra de vehículos de bajas emisiones con incentivos financieros y legales. Incluso países comparativamente con menos recursos, como Rumanía, Grecia o Eslovaquia, ofrecen generosas subvenciones y préstamos para la compra de coches eléctricos respetuosos con el medio ambiente. Al mismo tiempo, las emisiones de CO2 de los motores de combustión interna están cada vez más sujetas a gravámenes en forma de impuestos sobre los vehículos, peajes, tasas de aparcamiento y seguros.
Paralelamente la producción de sistemas de baterías, así como la infraestructura de recarga, se están ampliando. Los principales impulsores de la electromovilidad son las estipulaciones de la Unión Europea, que endurecen constantemente los límites de las emisiones de gases de efecto invernadero en el marco de su ‘Green Deal’.
A la conquista de un futuro verde
Los analistas de Ceresana prevén que las nuevas matriculaciones de vehículos de propulsión eléctrica (PHEV y BEV) en toda Europa aumenten hasta más de 8,7 millones al año en 2030. En el caso de los BEV, esto supone un aumento medio del 25% anual, mientras que se espera que los PHEV crezcan un 11,7%. Con aumentos de alrededor del 33,8% para los BEV y del 29,2% para los PHEV, los países de Europa del Este alcanzarán las mayores tasas de crecimiento, aunque partiendo de un nivel comparativamente bajo.
Se espera que otras tecnologías de propulsión, es decir, principalmente los coches con motores de combustión interna convencionales, disminuyan en un total del 3,4% anual en toda Europa. Según las previsiones de Ceresana, en 2030 habrá casi 34 millones de BEV y 13,8 millones de PHEV en las carreteras europeas. En Europa Occidental, esto aumentará la proporción de coches eléctricos en el parque total de turismos de alrededor del 1% en 2020 a un esperado 20% en 2030.
El último estudio de Ceresana analiza los cambios en los ciclos de innovación y de mercado, las mejoras tecnológicas y de eficiencia en los trenes motrices, así como la situación específica de los distintos países. Las tendencias sociales y económicas, como el desarrollo de los ingresos, el kilometraje, el cambio demográfico y la urbanización, difieren mucho en toda Europa.
Desde los coches compactos a los de gama media, pasando por los de lujo y los deportivos, los fabricantes de vehículos tienen que adaptar su cartera de productos y sus capacidades de producción a los coches eléctricos para satisfacer las demandas de los respectivos consumidores. La concienciación sobre la protección del medio ambiente y la sostenibilidad, así como el interés por el reciclaje y la economía circular, no están desarrollados en la misma medida en todos los países, como tampoco lo están las subvenciones y los programas de apoyo gubernamentales. La expansión de la infraestructura de recarga y la aplicación de los requisitos políticos y legales para la protección del clima se persiguen con diferentes grados de entusiasmo.