Entrevista a Judit Coll, directora de Cequip, clúster de fabricantes de bienes de equipo
Cequip es el clúster que agrupa desde 2006 a los fabricantes de bienes de equipo catalanes. Un sector con un alto índice de exportación (de más del 71% en 2014) y con una gran diversificación de mercado. “Un sector muy fuerte, enfocado al mercado exterior y gran nivel de innovación”, como explica la directora del clúster, Judit Coll. Ingeniera mecánica de formación y profesión, su trabajo en Cequip consiste en incentivar a las empresas del sector, especialmente aquellas que todavía no forman parte del clúster, a colaborar, compartir, sumar esfuerzos para avanzar en la misma dirección. Hablamos con ella sobre estos retos y la situación actual de la industria.
Para empezar, ¿podría hacernos un resumen de las características más destacadas del sector de bienes de equipo?
El sector de bienes de equipo en Catalunya es fuerte y se caracteriza por estar muy diversificado. Por sectores, el de mayor peso dentro de los fabricantes de maquinaria es el del packaging, que incluye empresas tan diferentes como puede ser el productor de equipos para monodosis —desde para maquillaje hasta sobres de kétchup— hasta máquinas de muy grandes dimensiones para imprimir en material flexible. También fabricantes de blísteres... es decir, al final, empresas que no tienen nada que ver entre ellas pero que forman parte del llamado sector del packaging. Otros sectores serían la industria química, la alimentación, la automoción, la iluminación...
Además es una industria preminentemente exportadora. El índice de exportación se sitúa actualmente alrededor del 70% de su facturación total e incluso, en algunos casos, cuentan con delegaciones en el extranjero. Además, destaca por un personal muy cualificado. Asimismo, destinan una parte importante de los beneficios a la I+D, superando la media del sector industrial.
¿Internacionalización y formación son todavía dos de los factores críticos para esta industria fabricante?
Totalmente. Es un factor diferencial también con el resto de industria. Es decir, no es lo mismo un fabricante de sillas que un fabricante de máquinas para fabricar sillas. En el primer caso la ‘lucha’ es en el precio y ello va más ligado a la productividad que a la cualificación del personal. En el segundo caso, en cambio, es necesario contar con empleados con formación técnica media y superior. No son ingenierías pero a menudo funcionan como tal y requieren de muy alta especialización.
¿Cuáles son los mercados internacionales a los que se dirigen como Cequip?
El mercado cliente del fabricante de bienes de equipo es todo el mundo y es también muy diverso, depende mucho del sector. Es decir, según el producto se dirige a mercados emergentes y en otros casos, a mercados ya maduros. De hecho el clúster Cequip salió de la universidad porque no se conocían entre ellos. Existía un centro de innovación tecnológica que daba servicio a diferentes empresas que innovaban recurrentemente. Y viceversa, éstas aportaban información al centro tecnológico sobre qué necesidades había en el mercado.
Pero en Cequip en definitiva actuamos como puerta de entrada a mercados muy diferentes según a las empresas a las que acompañemos y en la mayoría de los casos no coinciden.
Otra de las tareas de los clústeres es potenciar la colaboración entre empresas... ¿Se dan casos en Cequip? ¿Cuesta crear el entorno de confianza?
Sí, existen casos de proyectos comunes pero es cierto que cuesta encontrar puntos de coincidencia. Principalmente son proyectos en los que una empresa complementa el trabajo de otra. Y para potenciar esta relación hemos abierto un espacio, dentro de Cequip, de miembros colaboradores o partners, formado por proveedores que permitan innovar a los socios del clúster. Ya sea aportando soluciones de ingeniería o como proveedores de componentes mecatrónicos, de software avanzado... empresas que puede participan en las actividades del clúster y precisamente unas de las más valoradas son las jornadas de networking. En ellas los proveedores pueden aportar inteligencia de mercado; qué hay en él, las tendencias que han detectado...; y los socios del Cequip, por su parte, les exponen sus necesidades.
Jornada Industria 4.0 aplicada a los fabricantes de bienes de equipo
Dentro de su agenda de actos, Cequip organizó a mediados de noviembre una jornada técnica sobre Industria 4.0 dirigida a fabricantes de bienes de equipo. El objetivo era poner en contacto en conocimiento de sus colaboradores y las necesidades del sector, pero pensando específicamente en los que diseñan y producen las máquinas que equiparán a las fábricas del futuro. En ella participaron las empresas Ideas2Value, Siemens, Integral PLM, Nexiona, Bosch Rexroth, Emerson y Festo.
Para los representantes de Ideas2Value, Xavier Ayneto y Xavier Gallardo, “la Industria 4.0 es evolución y revolución, ambas cosas”. Y añadían: “Es la evolución de los sistemas que ya existen. No es más que poner un nombre a un modo de trabajo que ya existe desde hace cierto tiempo y que combina el mundo físico con el virtual. Además, permite la personalización en masa de la fabricación”. Para ambos, los factores clave que permitirán la introducción masiva del concepto pasan por una mayor interconexión en red, la trasferencia de muchos datos, la integración vertical dentro de la propia fábrica y la relación de toda la tecnología disponible con las personas. En definitiva, “es una nueva dimensión de la tecnología existente gracias a toda la interconexión”. En este sentido, repasaron las tecnologías que podremos encontrar en un marco industrial que cumpla con los requisitos de la Industria 4.0: “robots autónomos, robótica colaborativa, simulación, sistemas de integración horizontal y vertical, el Industrial IoT, la ciberseguridad, la nube, la fabricación aditiva, la realidad aumentada o el Big Data”. Todo un mundo de oportunidades, y retos, para las empresas del futuro: “Podrá suponer un salto en el rendimiento de la empresa, incrementará la relevancia de las personas en la nueva estructura empresarial, a la vez aumentará la información de la misma y potenciará en autoconocimiento y mejorará el nivel de competitividad del negocio”. Pero lo más importante para los responsables de Ideas2Value es que cada empresa haga su ‘hoja de ruta’ para determinar cómo quiere avanzar hacia la Industria 4.0.
Por su parte, Fernando Mera, responsable de preventas para de Siemens para España y Portugal, expuso la ventaja que aporta la digitalización a industrias como la automoción o la eólica, que ya están aplicando la Industria 4.0, y advirtió que “el mercado va muy rápido, mucho más que la legislación, y es vital que las empresas que quieran seguir en él suban al carro o quedarán atrás, y en poco tiempo”. Consciente del tiempo que supone el proceso de producción de un nuevo producto para cualquier empresa, Mera apuntó que la digitalización puede agilizar determinados pasos a la vez que permite personalizar el producto para cada cliente: “evitar el prototipado y optar por la digitalización no sólo reduce costes. También libera tiempo y facilita una interacción mucho mayor con el cliente. Y permite obtener un modelo inteligente previo que garantiza que el producto real funcionará igual que el digital”. Entre otras ventajas, la digitalización supone una mayor colaboración en tiempo real, un mayor intercambio de información y que ésta sea eficaz y veraz.
Por parte de Integral PLM, Carlos Cosials puso el énfasis en las plataformas colaborativas y el reto que supone la Industria 4.0 para los fabricantes de máquinas y es cambiar el modo de trabajo actual: “Hoy el tiempo de producción y entrega es crítico. La Industria 4.0 permitirá ofrecer más que un mero producto para, una vez instalada la máquina en casa del cliente, obtener información y mejorar así el servicio”. Para Cosials, “la integración de sistemas 4.0 debe permitir a las fábricas iniciar la producción de manera global y configurada, enfocada a la ‘servilización’, ir más allá de la entrega del producto”.
Jaume Rey, CEO de Nexiona, alegó que “toda máquina tiene derecho a estar conectada y aquellas empresas que no opten por ello perderán competitividad”. Asimismo, expuso que el proceso de conexión es gradual, no traumático, y cada empresa debe saber elegir los tiempos para adaptarse e ir aumentando el grado de conectividad, “peldaño a peldaño”.
En la misma línea se expresaba el representante de Bosch Rexroth: “La Industria 4.0 puede ser la diferencia entre existir o desaparecer”. Y añadía: “Los fabricantes de máquinas ‘estándar’ deben buscar cómo diferenciarse y dar un servicio, un valor añadido a sus clientes”.
Para ello cuentan con una serie de soluciones y componentes, como expuso José Ángel Martínez, de Emerson, que les ayudarán a cambiar el modo de fabricación. “Hoy las empresas no pueden obviar requisitos como eficiencia energética, control de producción, gestión integral... todo relacionado con la Industria 4.0”.
Cerraron la jornada los representantes de Festo, Ramón Condal e Ignacio Salas afirmando que “en el siglo XXI el mundo real se funde con el mundo virtual”. Y apuntaban que “la Industria 4.0 permitirá cumplir con los estándares de calidad y eficiencia energética, especialmente a partir de 2018 cuando las empresas deban aprobar las auditorías de producción”.
Casi la totalidad de empresas catalanas son pymes. ¿El tamaño importa?
Diría que sí es un hándicap. Llega un momento en que crecer es complicado y, superado un cierto umbral, cuesta más si la empresa es pequeña. Hay que tener en cuenta que competimos con grandes empresas con recursos propios para la inversión, especialmente de centro Europa. Y el tamaño supone una dificultad para la inversión necesaria para nuevos desarrollos. Pero hay que evolucionar, obligatoriamente. No hay alternativa.
Encontraríamos ejemplos en Alemania, con empresas familiares que no son pymes. ¿Qué explica la diferencia en su evolución?
Quizá es una hipótesis pero aquí la dictadura hizo mucho daño a la industria, apostando más por la importación de productos en detrimento de la producción e innovación propia.
Pese a ello tenemos tradición de ingeniería y know-how que nos da valor y tenemos que conservar. Estamos recuperando el tiempo y hemos logrado superar las diferentes crisis que han venido afectando a la industria en las últimas décadas.
Pensando en los próximos años, ¿qué oportunidades de negocio se abren ante los fabricantes de bienes de equipo?
Especialmente en la aplicación de nuevas tecnologías y en todo aquello relacionado con ofrecer servicios complementarios, servicio posventa, control remoto, la automatización... debemos pensar en nuevos modelos de negocio, en servicios añadidos que nos permitan abordar las nuevas tecnologías. Aquí encaja todo lo relacionado con el concepto de Industria 4.0.
¿Es la asignatura pendiente? ¿Estamos también por detrás de otros países o es sólo una sensación?
Debo decir que la Industria 4.0 ya está en la agenda de las empresas de Cequip desde hace más de dos años. Existen proyectos desarrollados ya dentro del marco industrial de la Industria 4.0 así que no estamos por detrás de otros países. Además, en muchos casos se aplican conceptos de Industria 4.0 sin saberlo. A menudo el día a día no permite analizar qué innovaciones se introducen de manera ‘natural’.
Cambiando de tercio, ¿qué aporta Cequip a las empresas asociadas?
Cequip ayuda a las empresas que quieren dedicar más recursos a la innovación proactiva. Y les permite conocer las tendencias de mercado y los contextos de mercado mediante estudios de futuro, algo muy habitual en las multinacionales pero que cuesta más en empresas pequeñas. E incide en la necesidad de potenciar determinadas áreas de estudio que deben nutrir a las empresas industriales de personal cualificado. Hay estudios que no existen... así que es importante poner en contacto compañías y academias para diseñar estudios a medida de la demanda.
Además, organiza una completa agenda de jornadas, muy valoradas por los asociados al clúster por ser un punto de encuentro que les permite compartir experiencias.
¿Cómo valoran los asociados estas jornadas?
En una encuesta interna que realizamos hace un tiempo vimos que la actividad mejor valorada, y que más nos diferencia como clúster, era lo que llamamos ‘puntos de encuentro’. Consiste en que un departamento concreto de una empresa explique, en 10-15 minutos, qué hace, cómo se estructura, sus puntos fuertes, sus retos y si tiene algún proyecto que quiera comentar. Es una actividad muy enriquecedora. Hay que tener en cuenta que no hablan ante la competencia sino con sus homólogos y a menudo se realiza en las propias instalaciones de la empresa. Crea un entorno de confianza y es la puerta de entrada a posteriores colaboraciones.
Cequip en cifras
Actualmente Cequip cuenta con 52 asociados, de los cuales 47 son propiamente empresas (y el 20% de ellas del sector del packaging). Si tenemos en cuenta que se calcula que en Catalunya existen unas 600 empresas dedicadas a la fabricación de bienes de equipo, está claro Cequip tiene ante sí un largo camino para atraer más empresas. Para ello “debemos mostrarles qué les puede aportar el clúster y por qué es bueno participar en él”, afirma la directora.