Entrevista a Carlos Méndez, CSO de Aritex

Aritex, ingeniería referente en soluciones de automatización y robótica industrial, afronta una nueva etapa marcada por la diversificación y la expansión internacional. En esta entrevista, su director comercial (CSO), Carlos Méndez, analiza las claves de esta estrategia, el papel de las nuevas tecnologías —desde la robótica colaborativa hasta la Inteligencia Artificial— y los retos que afrontan las pymes en su camino hacia la automatización. Además, como presidente de AER Automation, comparte su visión sobre el futuro del sector, la necesidad de una reindustrialización sostenible y la importancia de fortalecer el ecosistema de automatización en España.

Hoy en día los sectores de automoción y aeronáutica conforman nuestro negocio principal y base. Creemos que, igual que un día fuimos capaces de llevar conceptos y soluciones, y robóticas y automatizaciones del sector del automóvil a la aeronáutica creemos que esto se puede replicar en otros sectores.

Como nuevas oportunidades para nosotros destacaría los sectores de la construcción, el ferroviario y el metal. En todos ellos y en diferente medida vemos que la robotización y la automatización están creciendo con nuevas soluciones.

Respecto a la diversificación geográfica, hemos entendido que para dar un mejor servicio hay que tener una mayor presencia local. Estamos buscando reforzarnos en Reino Unido y en Alemania, pero sin olvidar el mercado asiático y americano.

El primero es que la tecnología aporte un valor evidente en la solución para el cliente. No queremos únicamente seleccionar una tecnología porque sea tendencia. Hay un tipo de instalaciones que necesitan robótica colaborativa y en otras es necesaria robótica industrial. Igual que los casos de uso de Realidad Aumentada pueden tener mucho sentido de cara a la formación, pero en casos de producción la vemos limitada a procesos largos y complejos, que pueden tener Checks de calidad a registrar y normalmente con tablets, no con gafas. Aunque con gafas quede más espectacular, se trata de ser realista y complementar nuestras soluciones con tecnologías útiles y usables regularmente.

En el diseño de las instalaciones utilizamos las últimas tecnologías que tienen como valor añadido la eficiencia y un menor consumo. Intentamos que las líneas de producción sean fáciles de mantener y de reconfigurar. El hecho de que una línea de producción sea flexible también ayuda a que sea más durable y, por tanto, más sostenible.

Un proceso automatizado acostumbra a tener un mejor uso de materia prima y a reducir los defectos, por lo que genera una reducción del desperdicio de material.

Primero hay que tener claro por qué una pyme quiere automatizar un proceso. Si es una prueba o un piloto con intención de escalar o una solución necesaria para un proceso concreto que es un caso único no repetible.

No es lo mismo instalar un primer robot, por ejemplo, para aprender otra manera de producir que, por ejemplo, querer automatizar un proceso manual, único y no repetido porque tiene riesgos de H&S.

Una vez se tiene claro esto, hay que entender qué tecnologías pueden ser necesarias y qué conocimiento hay dentro de la empresa para implementarlas. Aquí hay que conseguir encontrar el encaje. Es difícil que resulte exitosa una solución que sea lo último del ‘state of the art’ si no hay una experiencia en automatización previa.

El integrador es como el tecnólogo que puede acompañarte en el proceso de seleccionar que es mejor para la necesidad del cliente. Puede orientar, recomendar o desaconsejar también.

El cliente muchas veces, especialmente en empresas no tan grandes, es experto en su producto, en que características debe tener, cómo debe ser, cómo se ha de distribuir y vender a sus clientes. Pero no es su primera obligación ser experto también en cómo se automatizan procesos industriales, cuál es el estado de tecnología, qué es lo que más le conviene y menos aún cómo se diseña, fabrica y programa esa instalación.

Sí, permiten que el cliente se centre en su producto mientras el integrador se centra en el momento de la inversión y en la industrialización de sus procesos.

También creo que tenemos la responsabilidad de ofrecer la mejor solución para el cliente, adaptada a sus necesidades reales y capacidad.

Aparece una frustración por existir un ‘gap’ entre las expectativas que se generan y la realidad. Hay que tener los pies en el suelo y pensar a medio plazo.

Si no hay una experiencia previa, pensar en la formación de los empleados, el mantenimiento y ser realista con la curva de adaptación y el grado de la automatización que se quiere, teniendo un plan flexible.

Si ya existe esa experiencia y se busca un alto grado a medio plazo, pensar ya en esa solución final, aunque se implemente por fases porque no hay ‘budget’ para todo y se van liberando inversiones anuales.

En caso de estos ‘budgets’ ajustados, hay que pensar dónde uno querría posicionar su empresa a 3 ó 4 años vista y planificar bien desde el inicio y, cuando no hay experiencia previa, entender que ese plan se tendrá que ir adaptando conforme avance. A veces incluso ganando velocidad, porque ya vemos en empresas que esa mayor facilidad de reprogramación de las nuevas tecnologías hace que el proceso de automatización sea más rápido de lo que se cree.

Nació más como una asociación de robótica industrial y desde entonces, hemos construido un ecosistema sólido que hoy integra más de 170 entidades de toda la cadena de valor: fabricantes, integradores, universidades, centros tecnológicos, clústeres, startups y consultoras.

Por un lado, es un punto de encuentro del sector donde podemos expresarnos todos con confianza y tranquilidad y trabajar juntos en objetivos comunes. Pero también hemos conseguido dar una voz al sector y que se nos escuche tanto en temas de reindustrialización, como formación e innovación además de tejer relaciones internacionales.

Todo esto ha generado una asociación que a día de hoy es muy dinámica y sigue en crecimiento.

En AER Automation creemos que los próximos diez años serán decisivos para consolidar a España como referente en automatización. Para ello, hemos definido tres prioridades estratégicas:

• Impulsar el crecimiento del ecosistema 4.0, fomentando la colaboración entre todos los actores e incrementando la conexión con polos internacionales de innovación.
• Reforzar la colaboración institucional y la internacionalización, porque la transformación industrial requiere políticas estables y a largo plazo.
• Garantizar que la automatización llegue también a las pymes, con programas específicos que reduzcan las barreras de entrada.

El mercado mundial de la robótica industrial experimentó en 2024 una consolidación reflejo de la incertidumbre económica y geopolítica. Sin embargo, España ha mantenido la senda de crecimiento y se ha consolidado como el tercer país europeo en nuevas instalaciones de robots industriales, solo detrás de Alemania e Italia, y superando por primera vez a Francia.

Este dato confirma que estamos en una posición más relevante en el mapa europeo, pero que aún debemos avanzar en la densidad de robotización, donde seguimos por detrás de otros países líderes, si queremos mantener nuestra competitividad.

Es una llamada a la acción dirigida a gobiernos, empresas, universidades, inversores y ciudadanos, para que la automatización se sitúe en el centro de la transformación industrial.

Y es una muestra de cómo en un sector tan internacional como el nuestro, los objetivos y necesidades son similares. Hemos de trabajar unidos.

Queremos mostrar que la robótica y la automatización son un habilitador del progreso humano y económico.

Esta colaboración entre asociaciones es parte de una necesidad global, al ser un sector tan internacional e interrelacionado se entiende mucho mejor qué sucede, para bien y para mal, en otros lugares, qué estrategias dan buenos resultados y cuáles no. Probablemente por eso nos es tan fácil ponernos de acuerdo en qué líneas primordiales se ha de trabajar y cuáles son los gaps que existen.

Creemos que el hecho de desarrollar esta colaboración y comunicación conjunta abre los ojos en muchas ocasiones y divulga las virtudes del sector tanto para el desarrollo humano, como el económico o incluso para cumplir buena parte de los objetivos de sostenibilidad de la ONU.

El sector industrial ha podido estar durante muchos años considerado como poco atractivo o necesario, pero, con las últimas crisis —desde 2020, con la pandemia, y pasando por los conflictos bélicos—, la Administración y la sociedad han visto y vivido la necesidad de una reindustrialización como una cuestión estratégica.

Esa reindustrialización tan necesaria solo puede funcionar si es competitiva y sostenible. En ello desempeñan un papel imprescindible la robótica y la automatización.

Esta labor de divulgación es fundamental para vencer los estereotipos erróneos que existían y para que la Administración entienda todos los beneficios que puede aportar a la sociedad.

Debe existir una estrategia industrial de país clara, estable y duradera. Los países que la han tenido —o la tienen— han conseguido que sus sociedades progresen a un mayor ritmo.

Como tecnologías destacaría la Inteligencia Artificial (IA) y el machine learning. La robótica y la automatización ya han venido utilizando cada vez más la sensórica, y existe desde hace tiempo una auténtica cultura del dato en el sector. Eso no es nuevo para nosotros como ingenieros.

El machine learning se ha empleado en robótica —especialmente en visión artificial— desde hace muchos años, pero los avances recientes en los modelos y la creciente capacidad de gestión de la información se están acelerando enormemente desde 2023. Es realmente emocionante pensar cómo todo esto puede mejorar el mundo de la automatización industrial, pero también la vida cotidiana y personal.

Esta tecnología impulsa mejoras en la eficiencia y aporta cada vez más potencial al gemelo digital. Cada vez se aprecia una fusión más estrecha entre el mundo material y el digital, orientada a optimizar todos los procesos y transformar nuestro día a día, también en las fábricas.

Al principio hablábamos únicamente de conectividad —IoT y demás—, pero ahora creo que estamos dando un salto hacia el verdadero potencial de qué hacer con todos esos datos.

El salto de la robótica de servicio creo que va a ser espectacular. Seremos capaces de tener humanoides (y otras formas) que realmente puedan comprender su entorno, como procesos industriales que puedan auto mejorarse con la propia información que generan y su experiencia.

Creo que estamos en un momento de la historia en el que la tecnología puede ayudar a cambiar la sociedad a mejor.

Resumiendo, habilitado por la IA/ML, a corto plazo diría que lo más disruptivo sería el gemelo digital, la visión artificial y la robótica colaborativa, incluyendo la intra logística. A medio plazo (a partir de 5 años vista) creo que los robots autónomos tipo humanoides serán la siguiente gran disrupción que empezará en las fábricas pero que cambiará la sociedad también.

Será muy automatizada, mucho más flexible, configurable y fácil de usar y mantener. Con gemelos digitales sobre los que se harán las pruebas y una maquinaria que podrá incluso mejorar con sus propios datos.

Mucho más eficiente energéticamente y en recursos físicos y limpia. Los trabajos manuales a pie de línea serán muy reducidos y con la calidad integrada por defecto en todos los procesos.

Empresas como Aritex seremos los arquitectos de esas soluciones integradas y nuestros clientes podrán centrar más sus recursos en el producto. Nos aseguraremos de que se produce de una forma automatizada desde la puerta de entrada a la fábrica del material hasta la salida del producto final, con procesos de mejora integrados automáticamente en la propia solución.

Creo que a día de hoy, honestamente, no acabamos de entender totalmente como de profundo puede ser el alcance. Pero está claro que ya es transformador. La productividad individual aumentará y la capacidad general, también. Y que todo eso afectará a prácticamente todos los sectores, industriales o no.

La capacidad de entender el entorno y el propio estado de la maquinaria y los robots va a aumentar de forma significativa, y eso da un enorme potencial.

Nosotros, como empresa de ingeniería, tenemos que aprender, desarrollar y adaptarnos para aprovechar todo el potencial de todas estas nuevas tecnologías, con la mente abierta y utilizándola tanto para nuestro trabajo día a día como para nuestras soluciones, que sin duda no dejarán de mejorar.

Que tengan hambre de aprender y piensen que lo mejor está por venir aún. Es una industria que necesita talento, pero también creatividad y que está evolucionando. Es indudable que tienen un gran futuro, donde es muy importante la tecnología, pero también el trabajo en equipo y la colaboración.

La formación es básica, pero también la experiencia real en las aplicaciones. Así que los animaría a formarse, pero no viéndolo como algo finalista, sino entendiendo que será un proceso continuo y, que al final, se domina trabajando y haciendo. Personalmente, creo que para estos nuevos jóvenes profesionales la robótica y la automatización se vuelve mucho más interesante aún.