La intervención se solventó aplicando 51 inyecciones de resina expansiva, con el objetivo de solucionar el asentamiento diferencial que sufría

El comportamiento de los edificios está fuertemente condicionado por la geología y la hidrología que les rodea. Muchas ciudades embellecen sus calles con el paso de ríos de todo tipo, los cuales dividen dichos entornos urbanos en varias partes. Sin embargo, edificar en zonas muy cercanas a estos ríos es un arma de doble filo, ya que el terreno bajo el edificio puede experimentar movimientos de tierra y otros problemas. Se trata de suelos que han sido removidos y recompactados, por lo que tienen mayor susceptibilidad de tener alteraciones externas en circunstancias especiales.

Además de esto, también hay que tener en cuenta la humedad que puede generar el río en la cimentación e, incluso, otros elementos como el crecimiento de las raíces de los árboles cercanos por la humedad constante del caudal. Unas condiciones similares tuvo que afrontar GeoNovatek recientemente en un edificio de la Agencia Estatal de la Administración Tributara en Sevilla, el cual presentaba un asentamiento diferencial destacado en la parte trasera de la edificación.

Esta patología tenía su origen en los movimientos del terreno generados por la presencia de un puente muy próximo; y por cambios de volumen del terreno debido a la humedad proveniente de una red de pluviales paralela a la fachada que provocaba un gran embolsamiento de agua cuando llovía, combinado con sequías permanentes en la ciudad. Por lo tanto, estas circunstancias propiciaron una desecación importante de las arcillas bajo la construcción, las cuales se encontraban más saturadas que en el resto del edificio, creando un asiento diferencial relevante en una parte amplia de la estructura.

Debido al asentamiento diferencial localizado en la parte trasera de la edificación, Geonovatek decidió consolidar el terreno aplicando inyecciones de resina expansiva HDR300, con el objetivo de rellenar los huecos y microvacíos que pudiera haber. En este caso, se realizaron 51 inyecciones en total.

Dicha técnica se inicia llevando a cabo varias perforaciones de entre 10 y 26 mm de diámetro, que atraviesan la losa. A continuación, se insertan varias cánulas metálicas en cada una de las perforaciones, en las que a su vez se realizan las inyecciones de resina HDR300 justo debajo del plano de apoyo de la losa, expandiéndose hasta llegar a un estado sólido debido a una reacción química. Una vez que se solidifica, la resina rellena todas las oquedades y crea un estrato entre el terreno y la cimentación de elevada resistencia a la compresión. Además de esta acción, también se intervino sustituyendo la red de pluviales existente para que no se repitiese de nuevo el problema de humedad.