Claudina Relat reforma una vivienda en el Empordà con piscina-estanque y comedor acristalado
La arquitecta Claudina Relat firma la rehabilitación de una casa de pueblo en el Baix Empordà (Girona), un proyecto que combina soluciones contemporáneas, conexión con el paisaje y materiales naturales. La intervención integra un comedor acristalado que diluye los límites entre interior y exterior y una piscina-estanque incorporada al jardín, en una propuesta que prioriza eficiencia, durabilidad y una estética mediterránea serena y sostenible.
En el jardín se encuentra la piscina con una pequeña cascada, las baldosas cerámicas, la piedra y la vegetación se combinan para configurar un espacio orientado a la calma y al bienestar. Imagen: Carla Baraldés
La arquitecta Claudina Relat ha llevado a cabo la reforma de una vivienda en el Baix Empordà (Girona), donde se combinan tradición mediterránea y soluciones contemporáneas para lograr un equilibrio orientado al confort, la eficiencia y el diseño.
Concebida con un enfoque basado en la luz natural y en la conexión continua con el entorno, la vivienda incorpora espacios serenos orientados a un modo de habitar pausado. El comedor acristalado combina relación con la naturaleza y criterios de eficiencia energética, mientras que la piscina, diseñada como un estanque con cascada, se integra en el jardín y se acompaña del sonido de las campanadas de la iglesia del pueblo.
La materialidad de la vivienda se basa en el uso de elementos nobles y sostenibles —como morteros de cal, madera y piedra— que aportan transpirabilidad, confort higrotérmico y durabilidad. Estos recursos se combinan con criterios de eficiencia energética y gestión responsable de los materiales, configurando una intervención que optimiza el confort diario y refuerza el enfoque ambiental del proyecto.
Una piscina que ofrece una experiencia natural
En el jardín, la piscina se aleja del concepto tradicional y adopta un planteamiento más cercano a un estanque integrado, favoreciendo una experiencia natural y una continuidad visual con el entorno.
Una pequeña cascada, las baldosas cerámicas, la piedra y la vegetación se combinan para configurar un espacio orientado a la calma y al bienestar. “Hemos generado una atmósfera relajante, donde el murmullo del agua, el canto de los pájaros y el repicar de las campanas hacen que este espacio sea muy especial. Aquí el tiempo parece transcurrir con más serenidad”, explica Claudina Relat.
Un comedor acristalado como prolongación habitable del jardín
El comedor se plantea como una galería abierta al exterior. Mediante un sistema de toldos regulable, el espacio gestiona la incidencia solar y la temperatura, actuando como una extensión habitable de la vivienda tanto en verano como en invierno. La conexión visual con el jardín y la piscina refuerza la sensación de amplitud y continuidad, difuminando los límites entre interior y exterior.
Mesa de madera maciza preside el espacio y aporta calidez, mientras las sillas de fibras vegetales remiten al trabajo artesanal propio de la zona. Imagen: Carla Baraldés
El carácter mediterráneo se refuerza a través de la materialidad. Una mesa de madera maciza preside el espacio y aporta calidez, mientras las sillas de fibras vegetales remiten al trabajo artesanal propio de la zona.
Las paredes de piedra vista y los suelos cerámicos se integran con el entorno natural, proporcionando frescura en verano y una estética atemporal que vincula la vivienda con su contexto en el Empordà.
La cocina: diseño contemporáneo en diálogo con lo artesanal
La cocina, de carácter acogedor y rústico, reinterpreta el ámbito doméstico desde la artesanía y se presenta como uno de los elementos distintivos de la vivienda. La península en forma de L está ejecutada con muros de obra revestidos en mortero de cal, un acabado que aporta textura, autenticidad y robustez, en línea con la tradición constructiva mediterránea.
Los frentes de los armarios, realizados mediante una adaptación del modelo FORSBACKA de Ikea, muestran cómo el diseño contemporáneo puede integrarse con elementos artesanales, proporcionando soluciones funcionales sin comprometer la identidad del espacio.
La cocina combina artesanía y diseño, destacando como uno de los elementos distintivos de la vivienda. La península en L, con muros de obra revestidos en mortero de cal, aporta textura, autenticidad y robustez, siguiendo la tradición constructiva mediterránea. Imagen: Carla Baraldés
El techo abovedado, pintado en blanco, aporta ligereza visual y refuerza la luminosidad natural de la estancia, generando un contraste con el pavimento de baldosas hidráulicas, cuyo patrón geométrico introduce dinamismo y color.
El tono verde salvia de las carpinterías de madera de puertas y ventanas aporta un matiz de frescura y establece una conexión visual con la naturaleza, evitando la monotonía cromática.
Austeridad y sosiego en los dormitorios
En la planta superior se ubican los dormitorios, que mantienen la coherencia natural y la atmósfera sosegada presente en toda la vivienda. Bancos de acacia y fibras vegetales, cabeceros de ratán, ropa de cama en tonos neutros y mobiliario en maderas locales se integran con elementos de obra diseñados a medida. La suite principal, de amplias dimensiones, constituye un espacio caracterizado por serenidad, autenticidad y sobriedad.
Los dormitorios, con mobiliario en madera y fibras naturales, se integran con elementos de obra a medida. La suite principal, por su parte, destaca por su serenidad, autenticidad y sobriedad. Imagen: Carla Baraldés
“Esta reforma representa, para mí, la oportunidad de demostrar cómo la arquitectura puede reinterpretar la tradición mediterránea desde la innovación técnica y la sostenibilidad. Es una manera de proponer un habitar más equilibrado, respetuoso y profundamente enraizado en el territorio” concluye la arquitecta Claudina Relat.

























