Veolia impulsa la valorización energética como pilar de la economía circular
En este contexto, Veolia, líder mundial en gestión de recursos, se sitúa como un referente global en valorización energética de residuos, aportando tecnología de vanguardia, experiencia operativa consolidada y soluciones adaptadas a cada territorio.
La valorización energética como pilar para cerrar el círculo de los residuos
La valorización energética es el proceso mediante el cual los residuos no reciclables se transforman en energía en forma de electricidad, vapor o agua caliente. Se trata de una tecnología madura, altamente regulada y considerada por la Unión Europea como una alternativa prioritaria al vertedero para tratar los rechazos no reciclables.
En España, la valorización energética cobra especial relevancia ante una realidad que necesita cambios profundos: en el año 2022 la tasa de reciclaje de los residuos municipales fue del 43% y de vertido del 47% —duplicando la media europea del 24,6%— y apenas un 10% se aprovecha energéticamente, cifra muy inferior a la de los países líderes en economía circular. Esta situación evidencia que España se encuentra aún lejos de cumplir los objetivos europeos, que exigen reducir el vertido por debajo del 10% y alcanzar una tasa de reciclado de residuos municipales del 65% antes de 2035, revelando un amplio margen de mejora en la gestión integral de residuos.
Más valorización energética, menos vertido
La valorización energética complementa el reciclaje, no lo sustituye. Su función es tratar exclusivamente aquellos residuos que ya han agotado todas sus posibilidades de valorización material. La experiencia de países como Dinamarca, Suecia, Países Bajos o Alemania lo demuestran: son precisamente los que más reciclan y también los que más valorizan energéticamente, alcanzando porcentajes de vertido inferiores al 3%.
Esta tecnología de valorización energética aporta múltiples beneficios ambientales, económicos y sociales. Disminuye drásticamente el volumen de residuos destinados a vertedero, prolongando su vida útil y minimizando el impacto ambiental; es hasta un 245% más eficiente en la reducción de emisiones de CO₂ comparada con la eliminación del residuo en vertedero; además una parte de la energía producida (hasta el 50%) se puede considerar renovable porque procede de la parte biogénica de los residuos difícilmente reciclables, contribuyendo a la seguridad y autonomía energética.
El proceso de la valorización energética combina ingeniería avanzada, seguridad operativa y estrictos controles ambientales para optimizar la eficiencia y minimizar el impacto. Los residuos se reciben y pesan, se descargan en el foso y se homogenizan para alimentar a los hornos de combustión, cumpliendo con la normativa europea.
La energía generada se recupera mediante calderas para producir electricidad o calor, mientras los gases ácidos y metales pesados se neutralizan en reactores específicos y las partículas son capturadas por filtros de mangas. El vapor residual se aprovecha para generar electricidad que alimenta la red eléctrica pública. Todo el proceso está completamente monitorizado y cumple estrictamente con la normativa europea y con las mejores técnicas disponibles.
La apuesta global de Veolia por la valorización energética
Veolia opera más de 65 plantas de valorización energética en el mundo, de las cuales más de 50 se encuentran en Europa y dos en España. En conjunto, procesan más de 11 millones de toneladas de residuos al año, contribuyendo de manera significativa a la reducción del vertido y a la producción de energía local, asequible, segura, sostenible y renovable.
El modelo de Veolia se fundamenta en unos pilares estratégicos: integración de tecnologías de depuración de última generación que garantizan el máximo control ambiental; monitorización en tiempo real y operación remota que aseguran la excelencia operativa; eficiencia energética optimizada para la recuperación de recursos y subproductos valorizables, transparencia con las administraciones públicas y ciudadanía mediante información accesible y verificable y soluciones personalizadas que se adaptan al contexto, necesidades y características de cada territorio.
El Centro Integral de Valorización de Residuos del Maresme, en Mataró (Barcelona), es un ejemplo de economía circular a escala territorial. Esta instalación da servicio a 28 municipios y trata más de 280.000 toneladas de residuos anuales mediante compostaje, metanización y valorización energética. Gracias a este enfoque integral, el Centro del Maresme ha logrado reducir significativamente el porcentaje de vertido y maximizar la recuperación de materiales y energía.
Reducción de más del 50% de residuo en vertedero
El Centro de Tratamiento Las Lomas, en Valdemingómez (Madrid), trata 258.000 toneladas de residuos domésticos y 120.000 toneladas de Combustible Derivado de Residuos (CDR). Mediante una separación avanzada se recuperan materiales reciclables, mientras que los rechazos se valorizan energéticamente, reduciendo en más de un 50% la cantidad de residuo destinada a vertedero.
En definitiva, la valorización energética representa una solución madura, probada y necesaria para completar el modelo de economía circular. Lejos de ser una alternativa al reciclaje, constituye un complemento indispensable para aquellos residuos que han agotado todas sus opciones de valorización material y se pueden utilizar como fuente de energía. Con Veolia como referente global, esta tecnología demuestra que es posible transformar un desafío ambiental en una oportunidad de desarrollo sostenible, generando energía renovable, reduciendo emisiones, creando empleo cualificado y acercando a España a sus objetivos de descarbonización y de gestión de residuos. El futuro de la gestión de residuos pasa por integrar todas las soluciones disponibles, y la valorización energética es, sin duda, una de las más estratégicas.

































