El reto de mejorar la gestión de los RSUs

En los últimos años, la gestión de residuos urbanos se ha convertido en uno de los desafíos clave para administraciones municipales, empresas y ciudadanía. España —alineada con los objetivos de la UE (55% de reciclaje en 2025, 60% en 2030, solo un 10% de residuos destinados a vertedero en 2035)— ha visto cómo algunas de las principales ciudades reinventan sus sistemas de recogida, mezclando innovación técnica, normativa y cambio cultural.

Los municipios han implementado medidas en los últimos años para acercarse a estos objetivos, que en el caso de España son muy ambiciosos, ya que el depósito en vertedero continúa siendo el principal destino de los residuos sólidos urbanos. La aplicación de nuevas y más altas tasas, la instalación de contenedores inteligentes que permitan identificar a los usuarios que colaboran en una mejor separación de la basura doméstica, el desarrollo de campañas de concienciación ciudadana se está generalizando (el compostaje es uno de los focos de esta labor didáctica). Todo ello, unido a  las nuevas tecnologías utilizadas para mejorar los índices de reciclaje, como sensores en contenedores y vehículos la utilización de herramientas de, sí, ya lo saben, Inteligencia Artificial (IA) y también de geolocalización de los vehículos de recogida que facilitan la optimización de sus rutas están logrando mejores tasas de separación y una menor contaminación atmosférica permite avanzar en un terreno en el que nuestro país no destaca, pero en el que se está avanzando.

Como en prácticamente en cualquier campo de nuestras vidas, el despliegue tecnológico ya forma parte del diseño estructural de los servicios urbanos y no es una mera anécdota que permite realizar anuncios que en demasiadas ocasiones se quedan en eso. La transformación tecnológica de los servicios de gestión de residuos en España ha avanzado de forma significativa durante los últimos años, con múltiples iniciativas impulsadas desde ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas. Aunque el nivel de desarrollo y aplicación varía entre municipios, se observan varias tendencias comunes a nivel estatal.

Por lo que respecta a la recogida selectiva, ofrecemos ejemplos de varios municipios de más de cincuenta mil habitantes. Uno de ellos es Manresa, en la provincia de Barcelona, donde desde enero de este año se han instalado contenedores inteligentes en buena parte de la ciudad, lo que ha permitido que la tasa de recogida selectiva pase del 27% a finales de 2023 al 47% a finales de enero de este año. Otra de las medidas instauradas en el municipio catalán es la recogida de residuos en comercios mediante el ‘sistema Porta a Porta’, que ha permitido incrementar la tasa de recogida desde el 47% (en diciembre de 2023) al 87,4% doce meses después.

En Manresa el contenedor amarillo y el contenedor marrón se podrán abrir de manera ilimitada, siempre con la tarjeta, mientras que el contenedor gris de la fracción resto (rechazo) sólo se podrá abrir un día a la semana, también con tarjeta. Foto: Ayuntamiento de Manresa.

Otro ejemplo de iniciativas impulsadas para incrementar la recogida selectiva de RSUs es el del Ayuntamiento de Parla, en la Comunidad de Madrid, que puso en marcha en el primer mes de este año una campaña de concienciación titulada ‘El superpoder de las acciones pequeñas’, con la que se pretende fomentar la correcta separación de residuos mediante vídeos informativos. Más recientemente, este mes de junio, en Parla, que supera los 134.000 habitantes censados, se instalaron más de 150 papeleras nuevas como parte del nuevo contrato de gestión de residuos municipales: 41 papeleras con hasta cuatro fracciones (envases, papel, orgánico y resto), cincuenta con dispensadores para bolsas de perros y otras tantas convencionales. Esta renovación no se puede denominar de avance tecnológico, pero sí muestra un interés municipal por facilitar la separación de los residuos que se generan en las calles.

También en la Comunidad de Madrid, en Móstoles (214.000 censados a finales del 2024, según datos del INE), el ayuntamiento aprobó en febrero de este año un programa de reducciones en la tasa de residuos del 50% a quienes participen en el ‘Programa Móstoles Composta’, del 90% a personas en situación de exclusión social y del 15% a familias numerosas.

El Ayuntamiento de Fuengirola (Málaga, más de 85.500 residentes censados) inició la instalación de papeleras inteligentes compactadoras, equipadas con paneles solares y sensores que envían alertas al superar el 80 % de llenado. Según la corporación municipal, la adopción de esta tecnología ha logrado una reducción de más del 85 % en los desplazamientos de vaciado comparado con papeleras convencionales. Estas papeleras compactadoras—que recogen dos fracciones de residuos (envases o resto)— mejoran la limpieza urbana, evitan los desbordamientos de residuos y facilitan la labor de los operarios municipales.

No solo la tecnología logra mejorar la calidad de los RSUs recogidos: la implicación de la población es fundamental. Foto. Ayuntamiento de Móstoles.

En el marco de su estrategia LPA Inteligencia Azul, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (casi 380.500 habitantes), instaló entre octubre de 2023 y junio de 2025 alrededor de 600 sensores volumétricos en contenedores de vidrio, papel y plástico, desplegados en distintos barrios de la ciudad canaria. Los sensores, integrados en una plataforma de ‘Gestión Inteligente de Residuos’, permiten medir en tiempo real del nivel de llenado y temperatura, alertando al servicio de recogida cuando se supera el 80% de capacidad de almacenamiento, lo que permite optimizar rutas de recogida, reducir costes y disminuir las emisiones de CO₂. Está previsto que esta sensorización se amplíe a casi 1.000 dispositivos, dentro de un proyecto global que incluye más de 10.000 papeleras y contenedores.

El Ayuntamiento de Alicante (358.720 habitantes, según los datos del último censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística) —dentro de la implantación de la recogida separada de residuos orgánicos (contenedor marrón)— desplegó un sistema de contenedores inteligentes con cierre electrónico, apertura controlada mediante la tarjeta ‘Tú haces Alicante’ o a través de una app móvil (NFC o Bluetooth). El sistema registra cada apertura de los contenedores que incorporan esta tecnología vinculando la acción a un inmueble determinado (a través del número fijo del recibo de la tasa municipal de residuos), lo que permite establecer, desde este año, bonificaciones fiscales de hasta el 20% en la citada tasa. Fuentes del ayuntamiento alicantino señalan que ya se han distribuido más de 18.000 tarjetas. Esta tecnología, añaden desde el consistorio, permite definir horarios de apertura, monitorizar el uso mediante sensores de paso y gestionar accesos por zonas e incidencias. Además, la identificación ciudadana registra aportaciones, facilitando un sistema equitativo de tarifa según desempeño, alineado con la Ley 7/2022 de residuos.

"Seguimos consolidándonos como un municipio inteligente y que recurre a las nuevas tecnologías para mejorar el bienestar y la calidad de vida de sus vecinos”, declaró la alcaldesa de Fuengirola, Ana Mula. Foto: Ayuntamiento de Fuengirola.

En mayo de este año, el Ayuntamiento de Zaragoza (691.037 habitantes) concluyó la implantación de un sistema inteligente que incorpora sensores de nivel de llenado en todos los contenedores de vidrio, que se integran en una plataforma centralizada. El objetivo de este sistema es generar rutas dinámicas para los camiones de recogida, optimizando recorridos y recursos. Desde el ayuntamiento de la capital aragonesa se asegura que entre abril y mayo de 2025 los kilómetros recorridos por los camiones dedicados a esta tarea se han reducido 10.000 kilómetros, cifra que ha permitido evitar la emisión de 8 toneladas de CO₂. El sistema solo recoge contenedores que alcanzan más del 40% de su capacidad, descartando los que estén por debajo del 20%, y añade automáticamente otros que superen el 75% fuera de ruta. Otro de los cambios implantados tras la puesta en marcha de este servicio es que la recogida de vidrio, donde hay carga efectiva suficiente, pasa de quincenal a semanal. Además, la flota de camiones recibe rutas actualizadas en tiempo real gracias al GPS y a los dispositivos de navegación integrados.

En el ámbito de las administraciones supramunicipales, por aportar un ejemplo, la Diputación de Salamanca instaló el pasado año 330 nuevos sensores ultrasónicos (que miden volumen y temperatura) en contenedores de recogida selectiva repartidos en cincuenta municipios de la provincia. Estos sensores —alimentados por baterías con transmisión inalámbrica y que se suman a otros tantos instalados en 2022— están diseñados para medir en tiempo real los niveles de llenado y la temperatura interior del contenedor. Los datos obtenidos se gestionan a través de la plataforma digital ‘Territorio Rural Inteligente de Castilla y León’. El sistema envía alertas cuando el nivel de llenado supera el 80%, para priorizar rutas de recogida en tiempo real, optimizando recursos, personal y reduciendo gastos de desplazamiento. Además, los sensores advierten si la temperatura interior supera los 80 °C, permitiendo prevenir incendios o comportamientos inadecuados. El sistema cuenta con dispositivos ignífugos con protección IP66, baterías con autonomía superior a cinco años y conectividad NB-IoT. Además, los contenedores están geolocalizados e incorporan sensores de detección de movimiento para evitar robos o traslados no autorizados.

La recogida selectiva, especialmente la orgánica (contenedor marrón), está experimentando una mejora sustancial de eficacia gracias a la incorporación de tecnologías de acceso controlado. El uso de tarjetas, llaveros o apps móviles para acceder al contenedor permite identificar al ciudadano, registrar su comportamiento y aplicar criterios de tarifa justa.

Este modelo abre la puerta al pago por generación y a sistemas de bonificación equitativos, algo que la Ley 7/2022 de residuos promueve explícitamente. La separación se convierte en un acto trazable, con incentivos definidos y resultados medibles. Además, los sensores ayudan a planificar de forma eficiente la instalación y recogida de cada fracción, evitando sobrecostes y desbordamientos.

Entre abril y mayo de este año la distancia recorrida recorrida por los camiones dedicados a la recogida de residuos de vidrio de la ciudad de Zaragoza se ha reducido en 10.000 kilómetros. Foto: Ayuntamiento de Zaragoza.

Muchas de las iniciativas desarrolladas en este campo en España durante los últimos meses han sido posibles gracias a la conjunción de dos factores: los fondos NextGeneration-EU y la obligatoriedad legal derivada de la Ley 7/2022. La primera ha aportado financiación para la instalación de sensores, flotas eléctricas y plataformas inteligentes, mientras que la segunda ha forzado la implementación de nuevas tasas, sistemas de seguimiento y objetivos de recuperación.

El periodo 2024–2025 ha supuesto una consolidación del papel de la tecnología en la gestión de residuos urbanos. España avanza hacia un modelo de economía circular en el que los datos, la inteligencia artificial y la conectividad juegan un papel cada vez más determinante.

No obstante, quedan aún desafíos por delante: extender estas tecnologías a todos los municipios de más de 50.000 habitantes, mejorar la interoperabilidad entre sistemas y reforzar la confianza ciudadana. Pero la dirección está clara: una recogida selectiva más eficiente, personalizada y transparente, junto a un transporte de residuos optimizado, electrificado y adaptado a las necesidades reales de cada entorno.