El éxito de la economía circular del aceite industrial en 2024
Ainhöa Lizarbe, directora de Relaciones Institucionales y Comunicación de SIGAUS y GENCI
20/05/2025En un contexto marcado por la urgencia climática y la necesidad de reducir el impacto ambiental de la actividad industrial, el modelo de economía circular aplicado a los aceites industriales demuestra ser un mecanismo eficaz y consolidado. En 2024 en SIGAUS gestionamos cerca de 133.000 toneladas de aceites industriales usados recogidos en 66.500 establecimientos de 4.800 municipios. El 100% de este residuo fue tratado para obtener, entre otros productos, bases lubricantes para formular 61.000 toneladas de nuevos aceites, en un claro ejemplo de que la circularidad es posible, y conlleva importantes beneficios ambientales asociados.
En un momento de máxima presión ambiental y con la urgencia climática marcando el paso de nuestras decisiones, la gestión responsable de los residuos ya no es una opción: es una necesidad impostergable. Solo los modelos de economía circular nos permitirán avanzar hacia un modelo industrial verdaderamente sostenible.
Desde hace años, la Unión Europea y sus Estados miembros han situado la economía circular en el centro de sus estrategias medioambientales. España, en particular, ha trazado su hoja de ruta con una ambiciosa Estrategia que marca el horizonte 2030: reducir en un 30% el consumo de materiales y en un 15% la generación de residuos respecto a 2010. Y en ese camino, el papel del sector industrial es absolutamente clave.
En SIGAUS llevamos 18 años trabajando para que un producto esencial para muchas actividades industriales, como son los aceites (lubricantes, térmicos, dieléctricos, de mecanizado) pueda seguir el modelo de la circularidad, lo que implica actuar desde que es diseñado hasta que, convertido en residuo, se transforma en nuevos recursos válidos para nuevos procesos productivos. Y lo hacemos aplicando el principio de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), una fórmula eficaz que hace recaer sobre fabricantes e importadores del producto –en este caso, los aceites industriales– la responsabilidad de asegurar dicha circularidad. Esa responsabilidad es la que asumimos desde SIGAUS en nombre de más de 250 empresas adheridas que representan casi un 90% del mercado español de aceites industriales.
Residuo 100% recogido y valorizado
Recientemente hemos hecho públicos los resultados de nuestra actividad en 2024, que evidencian que hemos logrado cerrar el círculo un año más: el 100% del aceite industrial usado generado en España fue recogido y tratado para su posterior aprovechamiento. Detrás de ese dato hay una intensa labor de coordinación, seguimiento y control, desde la fase de recogida hasta la gestión final.
En términos de recogida, la actividad se extiende a todos los rincones del país, desde grandes núcleos industriales hasta talleres ubicados en pequeños municipios rurales. Y siempre asegurando que el servicio cubra cualquier instalación generadora en cualquier punto del territorio, sin coste para los generadores del residuo si el aceite cumple especificaciones. Así, en 2024 la red de más de 160 empresas gestoras con la que trabajamos realizó casi 180.000 recogidas en 66.500 establecimientos de 4.800 municipios, recuperando más de 154.000 toneladas brutas de aceite usado.
Se trata de una labor que entraña una gran complejidad logística, un elevado número de desplazamientos que, en muchos casos, suponen largas distancias para recoger pequeñas cantidades de residuo, sobre todo en áreas de escasa población y de difícil acceso, pero que es absolutamente esencial para evitar impactos ambientales graves: un solo litro de aceite usado puede contaminar hasta un millón de litros de agua y sus consecuencias pueden perdurar entre 10 y 15 años en el medio acuático.
Generar valor a partir de un residuo
Pero no se trata solo de evitar daños. La gestión del aceite industrial usado es también una oportunidad extraordinaria para generar valor a partir de un residuo. De las 132.568 toneladas netas (una vez retiradas las impurezas presentes en el aceite usado) recuperadas en 2024, el 74% fue destinado a regeneración, el tratamiento que la normativa considera como prioritario, al permitir extraer del residuo bases lubricantes válidas para la formulación de nuevos aceites, en un proceso que materializa la circularidad del producto, y que puede repetirse infinidad de veces. Con tres litros de aceite usado procedentes de vehículos o maquinaria se pueden obtener dos litros de nuevos lubricantes, que una vez terminada su vida útil podrán volver a regenerarse y ser aprovechados en la formulación de nuevos aceites. Gracias a ello, se pudieron aportar al mercado más de 61.000 toneladas de nuevos lubricantes elaborados a partir de bases regeneradas. El resto del aceite usado recuperado fue descontaminado para su posterior uso como combustible, permitiendo la producción de unas 30.000 toneladas de fuel BIA (fuel óleo con bajo índice de azufre de utilización en calderas y hornos industriales).
Este proceso no solo ahorra recursos (al evitar utilizar el refino del petróleo para producir bases lubricantes o fuel óleo), sino que también evita emisiones y gasto de energía: tratar el aceite usado es un proceso más eficiente en términos de consumo energético y generación de emisiones que la producción primaria de estos productos a partir del petróleo. En concreto, en 2024 el tratamiento del aceite usado nos permitió evitar la emisión de casi 84.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. Una cifra equivalente a 332 vuelos de ida y vuelta de un Airbus 350 lleno de pasajeros entre Madrid y Nueva York.
Trazabilidad total
Nuestro trabajo se apoya en herramientas tecnológicas que nos permiten una trazabilidad total de la gestión del residuo. Toda la información sobre aceites industriales puestos en el mercado, y sobre la recogida y tratamiento de los aceites usados se registra en nuestro Sistema de Información Tecnológico (SIT), nutrido –en el caso de la gestión– con la documentación oficial que registra las entregas del residuo. Además, ese enorme volumen de datos se enriquece en un sistema de información geográfica (GIS), que nos ofrece la posibilidad de visualizar y analizar el comportamiento de la gestión en el territorio.
En definitiva, la gestión del aceite industrial usado evidencia cómo la economía circular puede ser una realidad, tangible, medible y beneficiosa no sólo en términos ambientales, sino también económicos. Desde SIGAUS seguiremos trabajando para que así sea. Porque la sostenibilidad no es un discurso: es una tarea diaria que empieza, precisamente, por no dejar nada al azar.
El reciclado de aceites usados no solo ahorra recursos (al evitar utilizar el refino del petróleo para producir bases lubricantes o fuel óleo), sino que también evita emisiones y gasto de energía

































