SIGAUS cumple 15 años

Durante estos años nunca hemos perdido de vista nuestros objetivos, siempre bien definidos y que han guiado nuestras acciones y esfuerzos hacia lo que queríamos conseguir. Porque, en toda organización, tener clara una dirección es el primer paso para no perder el rumbo a seguir, y los objetivos pueden convertirse también en fuente de motivación y compromiso para todos los que forman parte de ella.

La clave es transformar esos propósitos en metas bien definidas, medibles, alcanzables y siempre retadoras. Porque sin retos, y un plan de acción, tampoco es posible el avance. El nuestro, hoy lo sabemos gracias a la experiencia acumulada, ha sido posible gracias a todos los agentes implicados en el sistema que es SIGAUS: fabricantes, empresas gestoras, administraciones públicas y ciudadanos. Todos ellos han impulsado, y siguen impulsando, el engranaje de la Economía Circular para que éste nunca se detenga. De la mano, continuaremos caminando para seguir cumpliendo hitos los próximos 15 años.

Hoy, hacemos balance y celebramos los que ya hemos conseguido.

Casi 900.000 t de nuevos aceites devueltos al mercado y 422 millones de barriles de petróleo ahorrados en los últimos 15 años gracias a la nueva vida que se le da al residuo de aceite lubricante.

Belén Justo, directora de Operaciones de SIGAUS

Los aceites lubricantes utilizados en sectores claves de la economía, como el de la automoción o el de la industria y la maquinaria, generan uno de los residuos más frecuentes y con mayor poder contaminante del mundo: el aceite industrial usado, un residuo peligroso que, sin embargo, puede ser totalmente aprovechado, en forma de nuevas materias primas secundarias o energía, si se recoge y se trata adecuadamente.

Uno de los tratamientos más ventajosos a nivel económico y ambiental es el de la regeneración, que permite, a partir del aceite usado, obtener bases regeneradas que se convierten en nuevos lubricantes industriales. Por ello, y porque es el tratamiento que mejor se alinea con los principios de la Economía Circular, éste es el tratamiento prioritario de acuerdo a la normativa vigente y el tipo de valorización más sostenible para este residuo, ya que hace posible que pueda reintroducirse en el circuito productivo evitando el uso de recursos costosos y escasos como es el petróleo, obteniendo bases lubricantes con la misma calidad que las de primer refino, y consiguiendo un ahorro muy significativo de emisiones contaminantes a la atmósfera.

El aceite usado que, por su composición, no puede ser regenerado, se somete a un tratamiento de descontaminación que permite obtener un combustible de uso industrial de similares características al fuel óleo. De esta manera, se logra el total aprovechamiento del aceite usado, devolviendo al mercado nuevos recursos en forma de materias primas o energía.

Y es que, en un momento en el que la escasez de recursos y la crisis climática han puesto a la Economía Circular en una posición clave como respuesta a estos retos ambientales, la recuperación de residuos se convierte en imprescindible para abandonar el modelo lineal y de sobreexplotación que ha sometido al planeta a un altísimo estrés. Por eso, desde SIGAUS trabajamos desde hace una década y media en el impulso de esta circularidad, algo que nos ha permitido superar en 2021 los 2 millones de toneladas de aceites industriales usados recuperados —tras sumar las 128.700 t que fueron gestionadas en 2021— y las 900.000 t de nuevos lubricantes devueltos al mercado a través de la regeneración del residuo.

Para ello contamos con la participación de una red de empresas gestoras formada por 166 compañías y el funcionamiento de 207 instalaciones de gestión distribuídas por toda España, que contribuyeron a que en 2021 cerca del 80% del residuo gestionado fuera destinado a regeneración. A lo largo del año se atendió a casi 68.700 establecimientos productores de aceites usados repartidos entre 4.827 municipios, en los que se efectuaron un total de 174.440 recogidas.

Gracias al tratamiento mediante regeneración sólo en 2021 se devolvieron al mercado 63.540 t de nuevos lubricantes, suficientes como para llenar el cárter de más de 15 millones de vehículos, evitando la emisión a la atmósfera de 67.700 toneladas de CO₂ y el consumo de 30 millones de barriles de petróleo, que se hubieran necesitado para la obtención de esa misma cantidad de aceites industriales. El acumulado en los últimos 15 años asciende a 900.000 t de nuevos aceites devueltos al mercado, con los que se podría llenar el cárter de más de 221 millones de turismos, y supone una reducción de emisiones a la atmósfera de casi 956.000 t de CO₂.

Sin duda, durante estos dos últimos años, en los que hemos sufrido las consecuencias de la pandemia, la crisis de suministros y la escalada de precios, nos hemos dado cuenta de la vulnerabilidad del sistema económico actual y también de que nuestra recuperación depende de un cambio drástico en nuestros patrones de producción y consumo. Pero, sobre todo, del decidido impulso a un modelo circular en el que todos los productos se conciban, diseñen y fabriquen teniendo en cuenta el uso racional de los recursos naturales, una mayor vida útil y facilitando el reciclaje y aprovechamiento de los residuos que generen.