"Europa debe proteger su industria"
Entrevista a Laura Minotto, Sales Project manager de Bano Recycling
Ramon Cardona Palà y Salva Bravo Nebot
15/12/2025El mercado del reciclaje en Europa atraviesa un momento decisivo, condicionado por los elevados costes energéticos, la falta de redes de distribución eléctricas adecuadas y una competencia internacional cada vez más intensa. Desde Italia, uno de los países con mayores tasas de recuperación de materiales, Laura Minotto, Sales Project manager de Bano Recycling, analiza un escenario marcado por profundos cambios estructurales que afectan no solo al reciclaje, sino también a sectores estratégicos como la automoción y la industria manufacturera.
En este contexto, las dificultades de la industria europea conviven con la pujanza de fabricantes que ganan cuota de mercado, entre otros motivos, porque los compradores no llevan a cabo un análisis del coste total operativo, al valorar casi exclusivamente el coste de adquisición sin tener en cuenta los perjuicios que generan paradas imprevistas que en ocasiones se alargan debido a una escasa oferta de componentes y recambios.
A ello se suma un escenario geopolítico y económico complejo, en el que Europa afronta el reto de mantener su posición industrial frente a mercados con menores costes laborales y normativas medioambientales más laxas. En esta entrevista, realizada por nuestro compañero Ramón Cardona en la reciente edición de Ecomondo, Minotto considera que esta situación exige una reflexión profunda sobre el modelo productivo europeo, la protección de su tejido empresarial y la necesidad de actuar de forma coordinada para garantizar la viabilidad de la industria y el empleo a largo plazo.
Laura Minotto, Sales Project manager de Bano Recycling.
Hola, Laura, encantado de saludarte. Tengo unas cuantas preguntas para ti. La primera de ellas es, ¿cómo yendo este año el mercado del reciclaje en Italia? Desde tu punto de vista, ¿en qué momento se encuentra?
El mercado del reciclaje en Italia está se encuentra en una situación de evolución. Nuestro país es uno de los que cuenta con unos niveles de recuperación y reciclaje de envases, cartón, papel y aluminio más elevado al mundo y, por tanto, también a nivel europeo. A pesar de ello, nos enfrentamos a algunas circunstancias que no nos benefician. Por ejemplo, no tenemos suficientes recursos internos de energías alternativas, lo que obliga al país a importar muchísima energía desde Francia, por ejemplo, con las consecuencias que esto tiene en los costes de toda la industria, también en la del reciclaje.
Esto es algo que afecta negativamente, por ejemplo, a los fabricantes de vehículos, lo que obliga a las marcas italianas que forman parte del grupo Stellantis a reducir sus márgenes o a vender sus productos con precios más altos que los de otras marcas foráneas. Lo que quiero remarcar con este ejemplo es que todas las empresas están sufriendo estos elevados costes energéticos. Aunque es cierto que algunas empresas industriales están generando parte de la energía que requieren en sus procesos productivos mediante paneles solares fotovoltaicos, la red de distribución eléctrica no está preparada para asumir toda esta energía. Tampoco contamos —como sucede en casi todo el mundo— con la capacidad de almacenamiento que podría atenuar este problema. Y aunque se reciclan muchos materiales, su coste se está elevando, lo que es un problema muy serio si tenemos en cuenta que en algunos casos es más barato que las empresas manufactureras recurran a materiales vírgenes.
Por tanto, desde mi punto de vista es necesario una adaptación de las infraestructuras de distribución de electricidad que permita reducir los costes de la industria, porque esa energía barata y no contaminante no se aprovecha en su totalidad.
A todo ello, y siguiendo con el ejemplo de la industria de automoción, las estadísticas recogen que las ventas de vehículos nuevos no son las adecuadas para que se produzca una renovación del parque rodante, que en su enorme mayoría está alimentado por combustibles fósiles contaminantes. Ante esta situación, lo adecuado sería contar con una red ferroviaria de alta velocidad, pero la puesta en marcha de una red de vías de este tipo mucho más capilar no es sencilla, lleva mucho tiempo ponerla en marcha. La realidad es que se pretenden implantar unas tendencias que van en contra de la realidad que se vive en nuestro país. Nos encontramos en un punto de inflexión de gran calado, sin duda.
En parte es una situación parecida a la que vivimos en España, donde también se requieren fuertes inversiones en la red de distribución de electricidad y donde la edad media de los vehículos es de las más altas de Europa. En estas circunstancias, las ventas de vehículos usados son muy altas porque los precios de los nuevos son prohibitivos para gran parte de la población.
Creo que es algo a lo que se enfrentan todas las economías europeas. Vivimos un momento de cambio muy profundo, un cambio radical, que es necesario llevar a cabo, pero que en Europa llega en un momento en el que no estamos preparados todavía para afrontar con garantías.
El caso de la industria automovilística es paradigmático. Europa inventó el automóvil, los vehículos y las marcas europeas han sido líderes durante décadas, pero las multas que deben asumirse en la Unión Europea por los vehículos de gasóleo o de gasolina dificulta su acceso por parte de la población. Frente a este tipo de vehículos, los eléctricos fabricados en nuestro continente son mucho más caros que los que se importan desde China, que a pesar de las tasas impuestas por la Unión Europea siguen siendo mucho más baratos que los europeos. Ante esta realidad, ¿quién tiene muchas posibilidades de ganar? Estamos trasladando las ventas a marcas chinas; un movimiento que casi se ha solapado en el tiempo con el fin de la exportación de algunos residuos, los que tienen menor calor o presentan mayores dificultades para ser reciclados, mientras que sí aceptan aquellos residuos de más valor y más fácil utilización como materias primas secundarias.
Europa no podrá soportar durante mucho tiempo esta situación. Europa debe proteger su economía ante la de países donde el coste laboral y donde la legislación medioambiental son mucho más laxas. Las empresas europeas deben ser protegidas, porque el riesgo de cierre de multitud de empresas, con el efecto dominó que tiene desde el punto de vista de la industria auxiliar y del empleo pueden ser muy graves.
La industria europea debe poder producir en el continente para salvaguardar no solo a las empresas, sobre todo para mantener los puestos de trabajo que permitan a la población adquirir productos europeos. Hay ocasiones en las que me asombra que hayamos llegado a este punto con todo el conocimiento y toda la experiencia acumulada en Europa. Europa debería comportarse como un país, como un único Estado, y proteger su economía. En definitiva, creo que Europa debe proteger su industria.
La próxima edición de Ecomondo volverá a celebrarse en el recinto ferial de Rímini del 3 al 6 de noviembre del próximo año.
¿Qué previsiones tenéis de cara al próximo año en España?
Ahora mismo, lo que pretendemos es estabilizar nuestra presencia allí, fortalecerla, porque España es un mercado muy interesante, muy importante por muchos motivos, por su situación económica y por el margen de mejora que tiene desde el punto de vista del reciclado. Hay gestores de residuos españoles que están invirtiendo de forma muy activa, por lo que queremos mantener y, si se dan las circunstancias adecuadas, ampliar nuestra presencia. Bano ya tiene una historia en España y queremos profundizarla.
En cuanto a vuestra presencia en Ecomondo, ¿habéis presentado alguna novedad en el salón?
Nosotros contamos con una gama de producto de primerísimo nivel que actualizamos atendiendo las demandas de nuestros clientes, lo que nos permite mejorar de forma constante nuestra oferta. Nuestra presencia en Ecomondo pretende remarcar nuestra enorme experiencia en separadores de un solo eje, que es un segmento del mercado en el que quieren entrar competidores que carecen de nuestro saber hacer. Somos los inventores del mono eje, sobre el que hemos y seguimos innovando de forma constante.
Hay empresas que presentan como novedades sus productos mono eje, pero nosotros siempre hemos apostado por esta solución por su eficiencia, robustez y bajo coste operativo. Parece que en los últimos años algunos competidores se han dado cuenta de algo que forma parte del corazón de Bano. Desde nuestros orígenes, Bano se proyecta al futuro, tanto en las continuas mejoras que introducimos en nuestros mono ejes —que son trajes a medida, adaptados a las necesidades de cada cliente— como en otros segmentos. No obstante, no nos olvidamos de esos otros productos que siguen ampliando nuestra oferta en el mercado del reciclaje de residuos en cualquier material, que es la más amplia de todas. Y estamos presentando una innovación de gama que empezaremos a comercializar
Estamos presentando un fragmentador de martillo para metales que no sustituye a ninguna de nuestras referencias, sino que completa la gama que ya tenemos y se dirige a aquellos clientes que son fieles a Bano y nos han pedido que incorporemos esta tecnología porque quieren que seamos nosotros quienes les fabriquemos este tipo de fragmentadoras.
Muchas gracias por tu tiempo, Laura, siempre es muy enriquecedor charlar contigo.
Muchas gracias a vosotros por visitarnos en Ecomondo.

































