Aprendizajes en el marco de la Responsabilidad Ampliada del Productor
Patricia Herrero Martín. Directora Técnica y de Operaciones. Fundación ECOLUM
17/11/2025Durante la jornada, enfocada mayoritariamente en el ámbito de los envases domésticos, comerciales e industriales, constatamos que los productores, además de garantizar la calidad y funcionalidad de sus productos, deben hacerse responsables de la gestión de los envases que están introduciendo en el mercado dado que, al final de su vida útil, serán residuos que deben ser correctamente gestionados, un cambio de cultura empresarial que ya se ha producido en el caso de los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE). Por este motivo, la experiencia acumulada durante 20 años en el ámbito de los AEE puede ser una referencia, transmitiendo sus aprendizajes para tender a modelos de RAP eficientes, colaborativos y basados en la innovación.
Como profesional vinculada al sector de los AEE desde los primeros momentos, he tenido la oportunidad de vivir día a día cómo la RAP puede transformar una industria, inicialmente el mundo de la iluminación, ya de por sí innovador con tecnologías que han cambiado nuestra forma de entender la luz, pero durante los últimos años, aportando valor en todas las categorías de AEE que establece la normativa, entre otros flujos de productos. Por este motivo, quiero aportar mi grano de arena y tender la mano a la colaboración entre Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP) destacando algunos de los aprendizajes más relevantes y que espero sirvan de guía para éste u otros flujos de productos a los que en breve también aplicará la RAP:
- La implementación de la RAP no ha sido un camino de rosas dado que somos muchos los actores implicados (administración, productores de producto, productores y poseedores de residuos, gestores autorizados, etc.) y, como es de esperar, con intereses y objetivos diferentes pero, pequeños pasos, suponen grandes avances aprovechando las conexiones casi neuronales entre todos los involucrados.
- Ni que decir tiene que la normativa tampoco es sencilla y siempre surgen interpretaciones, ya sea por intereses de las partes o porque no se contemplan todas las casuísticas que hemos comprobado que producen en la práctica. Por tanto, anticiparse y trabajar de la mano con la administración es fundamental para encontrar las soluciones más eficientes. Un ejemplo claro se puso de manifiesto en la mesa redonda, en el caso de los AEE, con la ampliación del ámbito de aplicación del Real Decreto 110/2015 en agosto de 2018, trabajamos intensamente con los responsables del Registro Industrial Integrado (RII-AEE) y pusimos en marcha la declaración de los nuevos productos, asesorando a los productores y teniendo los sistemas informáticos preparados el 1 de enero de 2018 por lo que, cuando llegó agosto, todo estaba funcionando correctamente y todas las partes estábamos cumpliendo, en plazo, con los nuevos requisitos legales.
- Por otro lado, la coordinación entre Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP), ya sean colectivos (SCRAP) o individuales (SIRAP), también es esencial porque, aunque trabajemos en un marco de competencia, entender la colaboración como un ente superior permite aclarar las normas bajo las que todas las entidades debemos desarrollar nuestro trabajo minimizando desigualdades y aportando mayor eficiencia a este modelo de gestión. En el caso de los envases ya se prevé una oficina de coordinación que, lógicamente, implicará negociaciones y concesiones por parte de todos los integrantes, pero también promoverá que la operativa diaria sea más sencilla para todos los usuarios, repartiendo responsabilidades, aportando transparencia y cuidando la trazabilidad de la información, aspectos que hacen que la RAP siga siendo un modelo de gestión de referencia a nivel europeo.
- Y hablando de innovación, solo puedo decir que tenemos inmensas oportunidades por delante porque, además de innovar en el ámbito digital con plataformas de trazabilidad muy avanzadas o en el uso de la inteligencia artificial para facilitar numerosas gestiones, los SCRAP contamos con una situación privilegiada al estar en contacto con todos los actores del sector y desarrollar nuestro trabajo en un marco regulatorio que avanza con fuerza hacia la sostenibilidad y la circularidad y nos permite seguir creciendo en servicios y proyectos. Es el caso de algunos de los ejemplos destacados por ECOLUM durante la mesa redonda, ya sea para facilitar las declaraciones a los productores o hacer seguimiento de las recogidas con un asistente de IA o desarrollar proyectos de ecodiseño que están siendo todo un éxito en el sector de la iluminación y el material eléctrico al ser valorados en licitaciones tanto públicas como privadas.
Por tanto, la Responsabilidad Ampliada del Productor representa una evolución cultural y empresarial profunda. Supone entender y reconocer que la sostenibilidad no empieza en el reciclado, sino en el (eco)diseño, que la responsabilidad se comparte y que el residuo no es un final, sino un recurso para nuevos ciclos de valor.
La experiencia de los RAEE demuestra que cuando la RAP se entiende como una herramienta de innovación y no como una carga administrativa, los resultados son tangibles: mejores datos, mayor eficiencia, optimización de costes y una mejora sustancial en la percepción pública del trabajo realizado.
El sector de los envases se encuentra ahora ante esa misma oportunidad. Las empresas que adopten una visión proactiva, integrando la circularidad en su ADN y colaborando activamente en la construcción de los sistemas de RAP, serán las que marquen el ritmo del cambio.
En definitiva, la RAP no se traduce solo en gestionar residuos, sino en diseñar futuro. Pasar de la gestión al diseño es el verdadero salto cualitativo que puede situar a los productores de producto a la vanguardia de la sostenibilidad. Porque en un mundo que avanza hacia la circularidad, la responsabilidad es también una forma de liderazgo.
La experiencia de los RAEE demuestra que cuando la RAP se entiende como una herramienta de innovación y no como una carga administrativa, los resultados son tangibles: mejores datos, mayor eficiencia, optimización de costes y una mejora sustancial en la percepción pública del trabajo realizado

































