La entidad reconoce la innovación, el compromiso ciudadano y la divulgación ambiental en su vigésimo sexta edición

En un acto celebrado en Madrid, Ecovidrio entregó los Premios a la Sostenibilidad 2025 a personalidades, instituciones y profesionales que impulsan la economía circular y la acción climática. La gala, marcada por el optimismo y la reflexión sobre los retos ambientales, distinguió al científico Stefano Mancuso, al Ayuntamiento de Barcelona, al Real Betis Balompié y a los periodistas Alfredo Merino y Xiana Fernández Albor por su labor en favor de un futuro más sostenible.

La vigésimo sexta edición de los Premios Ecovidrio reunió en Madrid a personalidades, instituciones y profesionales comprometidos con la sostenibilidad y la acción climática. Un encuentro marcado por el reconocimiento a quienes “miran diferente” y dejan “una marca positiva en la sociedad”, en palabras de José Manuel Núñez-Lagos, director general de Ecovidrio, que inauguró el acto con un mensaje de optimismo y responsabilidad colectiva.

“Ecovidrio no cesa día a día de hacer todo lo posible por contribuir a que este país sea cada vez más circular”, destacó Núñez-Lagos, antes de subrayar que la entidad “cumple los objetivos de reciclaje que marca la ley”. En su intervención, recordó que los premios no solo celebran el reciclaje, sino también la innovación, la educación y la capacidad de inspirar a otros en la lucha contra la emergencia climática. “Todo lo que hacemos, por pequeño que sea, deja una marca”, afirmó.

El moderador del acto recordó que la gala coincidía con la celebración de la COP30 en Brasil, destacando “la esperanza y el optimismo” que se respiran en un momento clave para “adaptar mejor nuestros territorios a los impactos climáticos cada vez más intensos, adversos y frecuentes”.

El primero de los galardones fue para el científico italiano Stefano Mancuso, reconocido con el Premio a la Personalidad Ambiental 2025 por su pionera labor en el estudio de la inteligencia vegetal. Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, y Luis de Javier, presidente de Ecovidrio, fueron los encargados de entregar el premio.

Mancuso ofreció un discurso reflexivo en el que subrayó la necesidad de “mirar el mundo con otros ojos” para entender la vida en su totalidad. “Solo entendemos lo que se nos parece, y esto es un problema cuando hablamos de comprender cómo funciona la vida. La vida animal representa apenas el 0,3% del total, mientras que las plantas suponen el 87%”, afirmó.

“El mero hecho de que las plantas sean tan numerosas demuestra su inteligencia”, añadió. En una intervención cargada de mensajes científicos y éticos, insistió en que “las leyes biológicas tienen el mismo valor y la misma trascendencia que las leyes de la física”. Además, alertó sobre la pérdida de masa forestal y sus consecuencias: “Si hubiésemos conservado los dos billones de árboles que hemos talado, hoy no tendríamos un problema de calentamiento global”.

Mancuso advirtió también sobre la urgencia de actuar en las ciudades mediterráneas, puesto que es “uno de los puntos calientes del planeta”, donde “enfriar nuestras ciudades ya no es una cuestión de confort, sino de supervivencia”.

Tras un emotivo recuerdo a las víctimas de las recientes DANAs e incendios —“400.000 hectáreas calcinadas, el equivalente a la provincia de Pontevedra”, señaló el moderador—, se entregó el Premio al Mayor Impacto Ciudadano al Ayuntamiento de Barcelona por su liderazgo en sostenibilidad urbana.

Iñaki Soroa, vicepresidente de Ecovidrio, destacó que la capital catalana “ha incrementado en más de un 18% la recogida selectiva de vidrio en la última década, alcanzando una aportación ciudadana de 23,15 kilos por habitante, muy por encima de la media nacional”. Subrayó además que Barcelona “impulsa la movilidad sostenible, lidera en kilómetros de carril bici y transforma sus espacios urbanos para reducir el tráfico privado y ampliar las zonas peatonales”.

En nombre de la ciudad, Sonia Frias, gerente de Serveis Urbans del Ayuntamiento de Barcelona, junto con Carlos Vázquez, director de Limpieza y Gestión de Residuos de la Ciudad e Irma Ventayol directora de la Oficina de Cambio Climático, recordaron que “el Plan Clima es un proyecto transversal, fruto del trabajo técnico y la colaboración de todos los agentes”. También pusieron el acento en la dimensión humana del cambio climático: “A menudo ponemos el foco en el planeta, pero el foco también está en las personas, en nuestra supervivencia como especie. El planeta seguirá girando con o sin nosotros”.

El ayuntamiento de Barcelona ha logrado reducir un 20% sus emisiones en el último año, triplicar la generación de electricidad renovable y avanzar en la naturalización de la ciudad. “Este año plantaremos 8.000 árboles más para combatir la sequía”, anunciaron sus representantes, antes de insistir en que “la valentía política, la ciencia y la colaboración son esenciales para mantener el equilibrio entre adaptación y progreso”.

El Premio Ecólatra fue para el Real Betis Balompié, por su proyecto Forever Green, que utiliza la visibilidad del fútbol para movilizar a la sociedad en favor de la sostenibilidad. Ecovidrio reconoció así a “la entidad deportiva más comprometida con la protección del medio ambiente”, un club que se ha convertido en el primero de España en adherirse a la iniciativa ‘Climate Neutral Now’ de Naciones Unidas.

“Desde el biberón a la urna no podemos hacer nada, pero en medio sí, y ahí es donde el Betis se ha metido para contribuir”, señaló Héctor García, patrono de la Fundación Real Betis Balompié, al recoger el galardón junto a Rafael Gordillo.

Ecovidrio también premió la labor de los profesionales de la información, destacando la importancia de un periodismo “constructivo y de soluciones”. El primer premio de prensa fue para Alfredo Merino, del diario El Mundo, por su reportaje ‘Cómo el cambio climático cambiará los mapas del mundo’, que analiza las consecuencias geopolíticas de la crisis climática.

En la categoría audiovisual, la periodista Xiana Albor, de la productora audiovisual A Galega, fue galardonada por su reportaje ‘Oso Pardo’, una pieza que muestra cómo la recuperación de esta especie emblemática en la cordillera cantábrica contribuye al desarrollo económico, turístico y medioambiental de varias comunidades.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, clausuró el acto recordando que “Ecovidrio demuestra que, si se quiere, se puede”, aunque reconoció que “en el mundo de los residuos deberíamos poder mucho más”. Subrayó que “la tasa más cara que se puede pagar en gestión de residuos es la de no gestionarlos” y reivindicó el papel de los medios de comunicación como “traductores de la verdad científica al lenguaje ciudadano”.

Morán subrayó la humildad humana ante la naturaleza: “Somos una especie insignificante en un gran escenario ecológico, y hoy se nos ha demostrado que las plantas son mucho más importantes que nosotros”.

El acto concluyó con un emotivo homenaje a Jane Goodall, reconocida en 2016 como Personalidad Ambiental, recientemente fallecida. Su mensaje, recordó el moderador, sigue vigente: “Cada día que vives dejas una huella en el planeta; tú eliges qué tipo de huella quieres dejar. Elige sabiamente, por el bien de las generaciones futuras.”