Recyclia organiza una visita a la planta de Recybérica Ambiental en Torrejón de Ardoz, Madrid
La circularidad de los RAEEs, cada vez más relevante
Periodista. Coordinador de contenidos en FuturEnviro e Interempresas Smart Cities · Interempresas Media
06/10/2025
Pero los tiempos cambian y de aquella forma de actuar —que era la base en la que se asentaban negocios como la reparación de calzado, por citar alguno, o que permitían reutilizar envases una y otra vez (aquellas latas de latón de ColaCao, por ejemplo)— pasamos, casi sin darnos cuenta, a un ‘usar y tirar’ casi obsceno. Esas ideas, esos recuerdos de un tiempo que no volverá (ninguno lo hace), se acumulan al visitar la planta de Recybérica Ambiental en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz. La visita, organizada por Recyclia, permitió constatar la importantísima labor que desarrollan empresas y profesionales para aprovechar mejor los recursos, desarrollar tecnología y, también, generar empleo y, por tanto, riqueza.
Por suerte, la constatación de que nuestro planeta no puede soportar un ritmo de consumo tan voraz ha hecho que revisemos y repensemos hábitos de consumo propios de nuevos ricos. Y esa vuelta al sentido común, además de aliviar el estrés al que sometemos a nuestro planeta, está propiciando el desarrollo de nuevas actividades económicas. Es el caso del aprovechamiento de los materiales que se acumulan en aparatos eléctricos y electrónicos, que en muchos casos son materiales de alto valor ya no solo económico, sino incluso geoestratégico.
Recybérica Ambiental ha adaptado a sus procesos y necesidades la maquinaria adquirida a sus proveedores, por lo que solo pudimos tomar fotografías en determinadas zonas de la planta.
La escasez de materias raras, necesarias para la fabricación de aparatos electrónicos —que continúan siendo un mal ejemplo de la fiebre consumidora lineal— hace que su valor en el mercado sea muy alto, permitiendo el desarrollo de iniciativas empresariales como la de Recybérica Ambiental, una empresa que presta servicio en toda la península ibérica, particularmente en la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, el sur de Castilla y León y el Levante.
Pero esa recuperación es un proceso arduo, que requiere de la maquinaria, el tiempo, la tecnología y el equipo humano adecuados para extraer toda la riqueza acumulada en todo tipo de residuos eléctricos y electrónicos, desde los obsoletos tubos de televisión a los componentes de equipos médicos de diagnosis, entre un abanico que cada vez se amplía más, fruto de la imparable incorporación de la electrónica a objetos que hasta hace poco no la incluían. Por tanto, el futuro del suministro de RAEEs no parece correr peligro.
El director general de Recybérica Ambiental, Fermín Rodríguez, augura que a medio plazo los residuos que más incrementarán su presencia en los muelles de descarga de las instalaciones en Torrejón de Ardoz, serán los paneles solares y las baterías de vehículos eléctricos, aunque en este último caso las inversiones para llevar a cabo la valorización de esta tipología de residuos serán bastante elevadas, advirtió.
Una historia plagada de hitos
La compañía, que en la actualidad cuenta con una plantilla de alrededor de 80 personas, nació como parte del proyecto promovido por Indumetal Recycling. Constituida en 2006, su primera ubicación se localizó en San Agustín del Guadalix, Madrid. Seis años más tarde, en 2012, Recyberica Ambiental trasladó su centro de operaciones a Torrejón de Ardoz, también en la Comunidad de Madrid, donde continúa en la actualidad con unas instalaciones más modernas y especializadas. Ese mismo año, hace ya trece, la empresa obtuvo certificaciones en calidad, medio ambiente y seguridad laboral, alineándose con las normas ISO 9001, ISO 14001 y OHSAS 18001 (actualmente ISO 45001).
Cinco años más tarde, Recyberica Ambiental alcanzó la certificación internacional Weeelabex, que reconoce su excelencia en el tratamiento de RAEE. Al año siguiente, en 2018, obtuvo la Autorización Ambiental Integrada conforme al Real Decreto 110/2015, consolidando su compromiso con la normativa medioambiental vigente.
La empresa no ha dejado de mejorar sus procesos, invertir en nuevos equipos, algunos de ellos customizados y personalizados por técnicos de la compañía. Así, en 2019 la empresa amplió sus capacidades con la instalación de una nueva línea de trituración y separación mecánica, una mejora que optimizó el procesamiento de ciertos RAEE y así avanzar en la valorización de sus fracciones, reforzando su posición en el sector del reciclaje electrónico. Además de mejorar los procesos mediante I+D+i, la compañía también se ha preocupado de implantar mejoras ergonómicas y de seguridad en sus instalaciones, incluyendo la insonorización de la cubierta para reducir el ruido ambiente, mejorando así las condiciones de trabajo de la plantilla.
Ya en esta década, en 2022, la empresa dio un paso hacia la sostenibilidad al actualizar su flota de vehículos, que en la actualidad está formada por vehículos híbridos enchufables, por lo que instaló cargadores en sus instalaciones con capacidad para recargar cuatro vehículos de forma simultánea. Un año después, Recyberica Ambiental concluyó la instalación de paneles solares fotovoltaicos en su planta, lo que le permitió reducir significativamente su consumo energético, puesto que el 30% consumida a día de hoy en la instalación proviene de la energía solar captada con esas placas. Este proyecto, destacan desde la compañía, fue financiado con fondos de la Unión Europea, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esta es, a grandes rasgos, la trayectoria de la compañía, marcada por la innovación, la sostenibilidad y el cumplimiento normativo, Recyberica Ambiental es a día de hoy un referente en la gestión de RAEE en España. Su enfoque integral y su adaptabilidad a las necesidades del mercado y los requisitos medioambientales le permiten afrontar con éxito los retos del sector del reciclaje electrónico.
Conocer los procesos para valorar su dificultad
Durante la visita guiada, pilotada por el jefe de la planta, Arturo Couto, los periodistas —acompañados por el director de Comunicación, Marketing y Eventos de Recyclia, Julio Lema, y Fermín Rodríguez— pudimos comprobar la variedad de residuos que se gestionan en la instalación, los procesos a los que son sometidos los residuos, distintos dependiendo de la fracción que se pretenda recuperar y del tipo de proceso productivo en el que se aprovecharán.
La importancia de la labor realizada por empresas como Recybérica Ambiental se confirma cuando se conoce algunos datos, como que entre el 55 y el 60% del hierro que se consume en Europa en la actualidad proviene de residuos férricos, un porcentaje que en el caso del cobre, muy abundante en luminarias y cables eléctricos, es del 65%. Estos datos corroboran que la denominada minería urbana es una alternativa mucho más sostenible desde los tres puntos de vista que contempla el concepto (económico, social y, particularmente, el medioambiental) que la extracción tradicional de estos materiales, que deben ser refinados y sometidos a procesos de transformación (con un elevado consumo energético y de productos químicos) para adaptarlos a las necesidades productivas de las acerías.
Más allá de esta cuota de producción, la recuperación de RAEEs crece de forma acelerada y este año en España podrían llegar a gestionarse 400.000 toneladas, cifra que podría ser muy superior si entregáramos en los puntos de recogida habituales la multitud de dispositivos electrónicos que se acumulan en cualquier hogar con la naif idea de que algún día podremos utilizarlos de nuevo.
A pesar de la relevancia y dependencia que recae sobre las máquinas, en la visita guiada también pudimos comprobar la importancia de la labor humana, fundamental para extraer piezas y componentes que solo pueden ser retiradas con la habilidad y experiencia de los empleados de la compañía. Es el caso de los grandes aparatos como, por ejemplo, escáneres de diagnosis médica.

































