Tensiones en la red eléctrica
La industria vasca y catalana exige inversiones urgentes para desatascar la red eléctrica
El mapa interactivo de capacidad por subestaciones eléctricas en España, publicado por el Foro Industria y Energía (FIE), ha confirmado el alto grado de saturación de la red: un 82,4% de las 6.023 subestaciones analizadas carecen de capacidad disponible. Las reacciones desde Catalunya y el País Vasco coinciden en un mensaje común: sin refuerzo y expansión de la red no habrá competitividad, ni transición energética, ni nuevas inversiones industriales.
Catalunya: Tarragona alerta de que “esto es solo el inicio”
Aunque Catalunya es la tercera comunidad con mayor capacidad de acceso a la red (1.306,3 MW), solo por detrás de Galicia y Andalucía, casi toda se concentra en la provincia de Barcelona (1.113,9 MW). De las 378 subestaciones de la región, 300 están saturadas, mientras que Girona (85,53%), Lleida (94,29%) y Tarragona (92%) superan la media nacional de saturación, lo que refleja carencias significativas para el desarrollo industrial. En Tarragona, 46 de las 50 subestaciones están completamente saturadas.
Desde el sector químico, la Asociación de Empresas Químicas de Tarragona (AEQT) reconoce el riesgo que esto supone para la industria. “El sector químico de Tarragona es consciente de las limitaciones técnicas y de capacidad en la red de transporte. Por ello, impulsamos proyectos que puedan revertir la situación como es el caso de la línea Escatrón–Els Aubals–La Secuita, pero esto es solo el inicio. Debería complementarse con otras actuaciones en consenso con el territorio para mantener la industria química descarbonizada y circular”, advierten.
País Vasco: “7 MW no son suficientes”
En el País Vasco, el diagnóstico es aún más crítico: de 497 subestaciones, 493 están totalmente ocupadas, con un grado de saturación del 99,2 %, casi diez puntos por encima de la media española, que se sitúa en el 82,4%. El margen disponible apenas alcanza los 7 MW, concentrados en cuatro subestaciones de Gipuzkoa, en un territorio que consume el 10,4 % de la electricidad industrial del país y aporta casi el 10 % del PIB nacional, según un estudio de Opina 360.
Miren Elosegui, responsable de Transición Ecológica y Sostenibilidad en ADEGI, afirma que “Gipuzkoa y el País Vasco tienen uno de los músculos industriales y empresariales más fuertes del país. Pero esto no viene de la nada, ni podemos caer en el error de darlo por hecho”. Para Elosegui, “7 MW no son suficientes” y alerta de que “la red eléctrica se va a ver cada vez más tensionada por un aumento de la demanda debido a la electrificación de procesos productivos y a la cada vez mayor penetración de las renovables”.
Tamara Yagüe, presidenta de la Confederación Empresarial Vasca (Confebask), coincide en el diagnóstico: “Sin ‘enchufe’ suficiente, ni crecemos ni progresamos en la transición energética”. Celebra el acuerdo para aumentar un 40 % la potencia disponible, pero reclama concreción: "Necesitamos conocer los detalles y los plazos de materialización de esa mayor capacidad disponible para una implantación urgente de la medida".
Orkestra: una agenda de siete puntos para reforzar la red
Desde el ámbito académico, Macarena Larrea Basterra y Stephanía Mosquera López, investigadoras de Orkestra - Instituto Vasco de Competitividad, vinculan la saturación de la red con la pérdida de competitividad regional. “En la medida en que no se solucione el problema de saturación de las redes mediante una mayor inversión en su expansión, refuerzo y adaptación, no se podrá avanzar en la transición energética”, advierten.
Su último informe, El valor de las redes eléctricas para la competitividad del País Vasco, plantea una hoja de ruta con siete propuestas: desde actualizar la planificación de la red para el siglo XXI, agilizar permisos y coordinar la ejecución de obras, hasta establecer un marco normativo previsible que incentive la inversión y fomentar la aceptación social de las infraestructuras.
Iberdrola: “Lo tradicional ahoga a lo moderno”
Desde la perspectiva empresarial, Patxi Calleja, director de Regulación de Iberdrola España, pone el acento en el origen del problema: “Pensamos en lo nuevo, pero no se tiene en cuenta lo que sabemos hacer desde hace cien años, que son las redes”. A su juicio, “lo tradicional ahoga a lo moderno y es incapaz de apalancar el desarrollo y crecimiento de muchas industrias que lo necesitan”, explicó durante el Forbes Summit 25 en Madrid.
Calleja reconoce los avances normativos en marcha, pero insiste en la necesidad de rapidez: “La clave está en ejecutar y desaprender: solo así lideraremos la transformación energética en España”. Según señala, el sector sigue a la espera de que la CNMC ajuste sus propuestas, de modo que la inversión en redes eléctricas anunciada por el Gobierno de España pueda materializarse plenamente.


























