De la regla geométrica a la calidad lumínica basada en prestaciones. Una revisión de los códigos de habitabilidad con la mirada puesta en la EN 17037
Jorge Otaegi de Arce e Iñigo Rodríguez Vidal (Departamento de Arquitectura, Universidad del País Vasco UPV/EHU)
05/11/2025Dos estancias con la misma proporción de ventana pueden comportarse de manera radicalmente distinta en términos lumínicos, en función de factores como la profundidad del espacio, la forma de la ventana, la presencia de voladizos o las propiedades del vidrio. Es decir, el marco normativo actual deja demasiados aspectos sin controlar, con el riesgo de generar desigualdad entre muchos casos que, en teoría, cumplen con la misma norma.
Dos estancias con ventanas idénticas, pueden tener distintos comportamientos en términos de iluminación natural.
Un buen ejemplo lo encontramos en el nuevo Decreto de Habitabilidad del Gobierno Vasco, en el que nos centramos en la ponencia por ser el de nuestra Comunidad Autónoma. Esta norma introduce variaciones en el porcentaje de superficie acristalada exigida según la profundidad del local o si la estancia se abre a fachada o a patio, como ya es habitual. Mediante simulaciones, tratamos de mostrar que sigue existiendo una enorme dispersión en los resultados. Dormitorios de igual superficie pueden ofrecer niveles de iluminación muy diferentes, solo por pequeños cambios en proporción, orientación o elementos de sombra. El vidrio también resulta determinante, naturalmente, y sin embargo nada se dice de él esta norma.
Íñigo Rodríguez Vidal (derecha) y Jorge Otaegui de Arce.
Mientras en Euskadi y España seguimos anclados en proporciones geométricas, otros países europeos han transitado hacia regulaciones basadas en prestaciones. Dinamarca y Noruega exigen ya un factor de iluminación natural mínimo en las estancias habitables; Suecia fija valores umbral que deben cumplirse en puntos representativos de las habitaciones, etc. La tendencia es clara: pasar de reglas estáticas y simplistas a métodos de comprobación que reflejen la realidad del comportamiento lumínico. Garantizar calidad y dar libertad a los diseñadores al mismo tiempo.
En ese contexto surge la norma europea EN 17037, que establece un cambio de paradigma. Su enfoque no se limita a calcular el tamaño de la ventana, sino a verificar que el espacio interior alcanza unos niveles mínimos de iluminación natural. Fija umbrales de iluminación para distintos grados de calidad y criterios para garantizar la uniformidad y la autonomía a lo largo del año.
Pasarnos a este modelo no está exento de retos. Supone incorporar más cálculo o incluso simulaciones sencillas en los proyectos, lo que exige algo de formación y herramientas adecuadas. Sin embargo, contamos con software accesible (incluso gratuito) y testeado. Además, existen formas de introducir el cambio de manera progresiva, comenzando por aplicar el método más sencillo de la EN 17037 y evolucionando hacia modelos dinámicos basados en datos climáticos reales.
En la Escuela de Arquitectura de la Universidad del País Vasco trabajamos ya en el desarrollo de una utilidad de cálculo que permitirá a nuestros colegas arquitectos verificar el cumplimiento de uno de los métodos EN 17037 de forma rápida y sencilla. La idea es que esta herramienta sea tan ágil como la aplicación directa de una regla geométrica, pero con las ventajas que comentamos.
Para nosotros es evidente que el marco regulatorio actual está agotado, y que no responde a las expectativas de confort y sostenibilidad actuales. La evolución normativa debería simplificar la aplicación, y resultar en una mejor calidad lumínica para los usuarios y más libertad de diseño para promotores y proyectistas.







































