¿Transparencia salarial como tendencia?
Redacción Protección Laboral04/04/2016
Muchos de nosotros no sabemos el salario de nuestros compañeros de trabajo y, probablemente, pocas veces nos hemos planteado si deberíamos saberlo por el simple hecho de que “esto es así”. El secretismo salarial lleva tanto tiempo entre nosotros que no nos imaginamos que pueda ser de otra manera. De hecho, descubrir que un compañero que desempeña las mismas labores que tú, y se encuentra en la misma categoría, cobra más que tú, puede llegar a ser desmotivador y un foco de tensión entre ambos. De esta manera, todos podemos entender que haya cierta información que no queramos compartir o que sea compartida con nosotros. Pero, ¿y si nos lo planteamos al revés? ¿Y si la transparencia obligara a las empresas a calcular el sueldo de los trabajadores de una manera más equitativa?
Algunas consultoras de empleo y otras compañías del sector de las relaciones profesionales han realizado estudios en los que se concluye que, al saber el empleado su sueldo, el de sus compañeros y -lo más importante- por qué él gana esto y el otro gana aquello, aumenta la motivación en general de la empresa y, por lo tanto, la productividad. Además, cuando las empresas adoptan una política de transparencia, son conscientes de que sus sueldos deberán ser justos con y entre sus empleados y empleadas. Uno de los principales beneficios de estas iniciativas es el de fomentar la reducción de la brecha salarial entre mujeres y hombres. Al sentirse el trabajador justamente pagado en comparación con sus compañeros, también encontrará un extra de motivación.
Un ejemplo de transparencia máxima dentro y fuera de la empresa es el de la startup Buffer, quien tiene publicados los salarios de sus empleados y hace público el algoritmo con el que los calcula, basándose en experiencia, cargo y localización (gran parte de sus trabajadores son remotos), entre otros. Viendo sus cifras, vemos que los salarios son en general equitativos y que, obviamente, no hay ninguna variable de género en su fórmula. Haciendo gala de su fama de modernidad, algunas startups marcan las nuevas tendencias en políticas laborales, aunque no en todos los casos sea siempre así, claro.
Si nos ponemos en el marco de una empresa que retribuye justa y equitativamente a sus empleados, es normal que la transparencia de salarios nos parezca una práctica mucho menos polémica de lo que en un principio pensamos. Una vez más, se trata de fijarnos en el contexto en el que se realiza. Por supuesto, nosotros nos preguntamos cómo podría funcionar esta política en las empresas con más años de recorrido en secretismo salarial. ¿Serían capaces de cambiar su política y poder justificar las diferencias entre los sueldos de sus trabajadores? ¿O incluso de readaptarlos para que la retribución fuera en base de unas variables más justas? Puede que en un país como el nuestro, sea más sencillo evitar las envidias y rivalidades que puede despertar el ver las diferencias salariales entre compañeros, que no estemos ya acostumbrados a explicar por qué uno cobra más que otro. Aunque haya un razonamiento detrás, no tiene por qué ser fácil de digerir. A nivel español, ¿cuál creéis que sería la mejor solución?
La transparencia salarial puede aumentar la productividad
Algunas consultoras de empleo y otras compañías del sector de las relaciones profesionales han realizado estudios en los que se concluye que, al saber el empleado su sueldo, el de sus compañeros y -lo más importante- por qué él gana esto y el otro gana aquello, aumenta la motivación en general de la empresa y, por lo tanto, la productividad. Además, cuando las empresas adoptan una política de transparencia, son conscientes de que sus sueldos deberán ser justos con y entre sus empleados y empleadas. Uno de los principales beneficios de estas iniciativas es el de fomentar la reducción de la brecha salarial entre mujeres y hombres. Al sentirse el trabajador justamente pagado en comparación con sus compañeros, también encontrará un extra de motivación.
Un ejemplo de transparencia máxima dentro y fuera de la empresa es el de la startup Buffer, quien tiene publicados los salarios de sus empleados y hace público el algoritmo con el que los calcula, basándose en experiencia, cargo y localización (gran parte de sus trabajadores son remotos), entre otros. Viendo sus cifras, vemos que los salarios son en general equitativos y que, obviamente, no hay ninguna variable de género en su fórmula. Haciendo gala de su fama de modernidad, algunas startups marcan las nuevas tendencias en políticas laborales, aunque no en todos los casos sea siempre así, claro.
Si nos ponemos en el marco de una empresa que retribuye justa y equitativamente a sus empleados, es normal que la transparencia de salarios nos parezca una práctica mucho menos polémica de lo que en un principio pensamos. Una vez más, se trata de fijarnos en el contexto en el que se realiza. Por supuesto, nosotros nos preguntamos cómo podría funcionar esta política en las empresas con más años de recorrido en secretismo salarial. ¿Serían capaces de cambiar su política y poder justificar las diferencias entre los sueldos de sus trabajadores? ¿O incluso de readaptarlos para que la retribución fuera en base de unas variables más justas? Puede que en un país como el nuestro, sea más sencillo evitar las envidias y rivalidades que puede despertar el ver las diferencias salariales entre compañeros, que no estemos ya acostumbrados a explicar por qué uno cobra más que otro. Aunque haya un razonamiento detrás, no tiene por qué ser fácil de digerir. A nivel español, ¿cuál creéis que sería la mejor solución?
