Radiación ionizante: imperceptible y mortal
Paula Llull08/01/2014
Aquello poderoso puede ser también muy peligroso. La energía nuclear nos proporciona incontables ventajas en nuestro día a día, pero a precios que a veces no vale la pena pagar. Así pues, la mala utilización de la energía nuclear puede provocar desastres humanos impensables. Lo primero que nos viene a todos a la mente son los ataques nucleares, Hiroshima y Nagasaki, la Guerra Fría… Momentos en que la humanidad ha sido puesta en grave riesgo.
Pero no siempre se trata de daños intencionados, como ya hemos visto, la causa más probable de un desastre nuclear es un accidente, como por ejemplo el más grave de la historia, Chernóbil, y muchos otros como Fukushima o el accidente de Three Mile Island.
Pero creo que además de explicar el desarrollo de los hechos, es importante saber porqué la energía nuclear puede ser tan nociva para el ser humano, qué parte de dicha energía es la que afecta a los seres humanos y cuáles son sus riesgos, dado que hemos estado hablando de algunas EPIs de protección ante las adversidades nucleares. Es decir, ¿de qué nos protegen estos equipos especializados?
La radiación se puede clasificar en dos tipos: la ionizante y la no ionizante. Esta última está presente en muchos ámbitos de nuestra vida (a diario estamos en contacto con radiación presente en el aire, alimentos, además de la radiación que proviene de fuentes no naturales como la luz eléctrica o la calefacción), pero los átomos que se desprenden de esta radiación no son capaces de atravesar las paredes del cuerpo humano y por lo tanto no produce ningún efecto sobre nosotros. En cambio, la radiación ionizante sí que tiene efectos adversos sobre la salud, atacando a la estructura de las células. Hoy en día, las fuentes artificiales más comunes de radiación ionizante son los aparatos de rayos X y otros dispositivos médicos.
RADIACION IONIZANTE
El daño que causa la radiación en los órganos y tejidos depende de la dosis recibida. Si la dosis es baja o se recibe a lo largo de un periodo amplio, las probabilidades de reparación de las células son altas. Aun así, pueden producirse efectos a largo plazo si el daño celular no está bien reparado, produciendo cáncer. De hecho, algunos estudios epidemiológicos de poblaciones expuestas a la radiación (supervivientes de la bomba atómica o desastre nuclear de Chernóbil) muestran un aumento significativo del riesgo de cáncer y estrés, además de efectos sobre la función mental de los recién nacidos (fetos afectados por radiación ionizante).
Lo que nos interesa tratar son precisamente los efectos de la radiación ionizante en casos como emergencias nucleares, así como formas de prevención, normativa española y evaluaciones de la OMS en cuanto a dichos accidentes. Pero era necesario primero contextualizar qué tipo de radiación es la que nos hace daño. El próximo día, hablaremos de los protocolos de actuación y como protegerse en caso de accidente nuclear.
Pero no siempre se trata de daños intencionados, como ya hemos visto, la causa más probable de un desastre nuclear es un accidente, como por ejemplo el más grave de la historia, Chernóbil, y muchos otros como Fukushima o el accidente de Three Mile Island.
Pero creo que además de explicar el desarrollo de los hechos, es importante saber porqué la energía nuclear puede ser tan nociva para el ser humano, qué parte de dicha energía es la que afecta a los seres humanos y cuáles son sus riesgos, dado que hemos estado hablando de algunas EPIs de protección ante las adversidades nucleares. Es decir, ¿de qué nos protegen estos equipos especializados?
La radiación se puede clasificar en dos tipos: la ionizante y la no ionizante. Esta última está presente en muchos ámbitos de nuestra vida (a diario estamos en contacto con radiación presente en el aire, alimentos, además de la radiación que proviene de fuentes no naturales como la luz eléctrica o la calefacción), pero los átomos que se desprenden de esta radiación no son capaces de atravesar las paredes del cuerpo humano y por lo tanto no produce ningún efecto sobre nosotros. En cambio, la radiación ionizante sí que tiene efectos adversos sobre la salud, atacando a la estructura de las células. Hoy en día, las fuentes artificiales más comunes de radiación ionizante son los aparatos de rayos X y otros dispositivos médicos.
RADIACION IONIZANTE
El daño que causa la radiación en los órganos y tejidos depende de la dosis recibida. Si la dosis es baja o se recibe a lo largo de un periodo amplio, las probabilidades de reparación de las células son altas. Aun así, pueden producirse efectos a largo plazo si el daño celular no está bien reparado, produciendo cáncer. De hecho, algunos estudios epidemiológicos de poblaciones expuestas a la radiación (supervivientes de la bomba atómica o desastre nuclear de Chernóbil) muestran un aumento significativo del riesgo de cáncer y estrés, además de efectos sobre la función mental de los recién nacidos (fetos afectados por radiación ionizante).
Lo que nos interesa tratar son precisamente los efectos de la radiación ionizante en casos como emergencias nucleares, así como formas de prevención, normativa española y evaluaciones de la OMS en cuanto a dichos accidentes. Pero era necesario primero contextualizar qué tipo de radiación es la que nos hace daño. El próximo día, hablaremos de los protocolos de actuación y como protegerse en caso de accidente nuclear.