Raíces Radiactivas
Paula Llull11/12/2013
En cuestión de dos días, en abril del 86, muchas personas perdieron la vida, pero no solo en el sentido literal de la expresión. Muchos supervivientes que habitaban en las cercanías de la central fueron evacuados, sin ninguna expectativa de poder recuperar su hogar, y su vida.
Miles y miles de ciudadanos de Prypiat fueron evacuados “con lo puesto”, dejando atrás toda una vida llena de recuerdos, materiales e inmateriales. Pero como siempre, hay excepciones. Algunos románticos de su ciudad, por llamarlo de alguna manera, no quisieron pasar por el tubo y tener que empezar de cero. Ellos no tenían la culpa de la explosión, ellos no habían decidido marcharse. Ellos, eran felices.
ivan semenyuk y maria, su mujer.foto de Frank Moller (El Mundo)
Así, después de las primeras limpiezas de polvo radiactivo y muchos estudios después, algunas familias deciden volver. En total, cerca de 270 personas de edad viven actualmente en la zona de exclusión. Las autoridades amenazaban al comienzo con expulsarlas, pero terminaron por resignarse a tolerar su presencia allí. En un reportaje de Cuatro, un español que hace años que vive en Kiev explica cuales son los peligros que comporta vivir en la ciudad fantasma de Prypiat, los controles de seguridad que se deben pasar antes de entrar y las implicaciones y riesgos que supone exponerse a la radiactividad de forma cotidiana.
Aun así, los habitantes de dicha ciudad, son gente de más de cincuenta años. El gobierno ucraniano estimó que el daño psicológico que podría provocar a estas personas era más elevado que el daño que tendrían viviendo allí. La radiación, si está controlada, produce daños a largo plazo. Algunos habitantes el pueblo afirman que quizás la muerte les llegará antes a causa de la edad, que por la radiación.
No solo algunas familias han regresado, sino que otros seres vivos jamás se han marchado. Diferentes documentales han mostrado al mundo que la naturaleza está presente en la zona. Hay vegetación y animales que han resistido a los ataques, aunque han mutado, y han salido nuevas especies que seguramente ya sean resistentes a los rayos.
Los siguientes documentales son muy interesantes para vivir casi en primera persona la experiencia de los evacuados, de la vida en una ciudad desierta enterrada bajo nubes de radiación.
Miles y miles de ciudadanos de Prypiat fueron evacuados “con lo puesto”, dejando atrás toda una vida llena de recuerdos, materiales e inmateriales. Pero como siempre, hay excepciones. Algunos románticos de su ciudad, por llamarlo de alguna manera, no quisieron pasar por el tubo y tener que empezar de cero. Ellos no tenían la culpa de la explosión, ellos no habían decidido marcharse. Ellos, eran felices.
ivan semenyuk y maria, su mujer.foto de Frank Moller (El Mundo)
Así, después de las primeras limpiezas de polvo radiactivo y muchos estudios después, algunas familias deciden volver. En total, cerca de 270 personas de edad viven actualmente en la zona de exclusión. Las autoridades amenazaban al comienzo con expulsarlas, pero terminaron por resignarse a tolerar su presencia allí. En un reportaje de Cuatro, un español que hace años que vive en Kiev explica cuales son los peligros que comporta vivir en la ciudad fantasma de Prypiat, los controles de seguridad que se deben pasar antes de entrar y las implicaciones y riesgos que supone exponerse a la radiactividad de forma cotidiana.
Aun así, los habitantes de dicha ciudad, son gente de más de cincuenta años. El gobierno ucraniano estimó que el daño psicológico que podría provocar a estas personas era más elevado que el daño que tendrían viviendo allí. La radiación, si está controlada, produce daños a largo plazo. Algunos habitantes el pueblo afirman que quizás la muerte les llegará antes a causa de la edad, que por la radiación.
No solo algunas familias han regresado, sino que otros seres vivos jamás se han marchado. Diferentes documentales han mostrado al mundo que la naturaleza está presente en la zona. Hay vegetación y animales que han resistido a los ataques, aunque han mutado, y han salido nuevas especies que seguramente ya sean resistentes a los rayos.
Los siguientes documentales son muy interesantes para vivir casi en primera persona la experiencia de los evacuados, de la vida en una ciudad desierta enterrada bajo nubes de radiación.