¿Qué se oculta detrás de las startups de limpieza?

Los intermediarios están de moda. Algunos más éticos, otros menos. Ya hablábamos en su momento de la peligrosidad del modelo de negocio que representaba Uber, que en su ecuación se olvidaba de contemplar los derechos laborales de los trabajadores.

No solo taxis y hoteles se ven afectados por nuevas formas de negocio. En la limpieza del hogar ha nacido también la famosa figura del intermediario online para sustituir a las empresas de limpieza, ofreciendo dinamismo, eficacia y rapidez. Aunque a priori parece que los trabajadores del hogar podrían mejorar su situación económica gracias a estas iniciativas, no hay que dejarse llevar por las primeras impresiones.

Se trata de páginas web que ponen en contacto a personas que trabajan limpiando y gente que necesita que le limpien la casa. El trabajador solicita el acceso, y después de pasar algunos controles, la empresa le da de alta en su plantilla, apareciendo su nombre en la web. La principal ventaja que ofrecen es una cartilla de clientes tan grande como para que el trabajador pueda ocupar sus ocho horas diarias. El intermediario se lleva, de promedio, un 20% del precio que paga el cliente.

¿Quién está limpiando mi casa?

¿Autónomos? ¿Trabajadores en nómina? ¿Particulares que intercambian servicios? Hay de todo. En principio y de cara al público, todas estas startups se escudan en la obligatoriedad de que el trabajador esté dado de alta como autónomo, por ética o por no pillarse los dedos. En este caso sorprende pues, la velocidad en que algunas de ellas son capaces de aumentar su plantilla de autónomos. Unas, 50 trabajadores más al mes. Otras, 1000. ¿Cuestión de popularidad? ¿O es que las medidas de control son más laxas?

Se buscan personas proactivas, responsables, organizadas, puntuales, con disponibilidad inmediata. Los requisitos para acceder a la verificación y validación son los siguientes:

-Experiencia laboral en el sector de al menos 1 año
-Estudios mínimos Educación Secundaria Obligatoria
-Disponibilidad para realizar servicios al menos 3 días a la semana
-Imprescindible experiencia en el puesto
-Permiso para trabajar en España
-Teléfono móvil
-Acceso a internet

Nada de autónomos, nada de regulación. Una app, y a currar.

En cuanto al precio

Algunas de estas empresas fijan un precio por hora que ronda los 12-15 euros. Un precio ligeramente más elevado que el que puedes encontrarte en el mercado desregulado, restándole la comisión que se va a llevar la empresa en cuestión. La ventaja, que compensaría ese 20%, sigue siendo la amplia cartera de clientes. Para obtener beneficios algunas premian la fidelidad rebajando el precio si repites con ellas, y otras han migrado su sede a diferentes lugares de Europa, con una presión fiscal más baja, para que esos 15 euros salgan más rentables, aunque en el mercado desregulado de España, los precios oscilan entre los 8 y 10 euros. Hasta aquí, entendido, limpio y claro.

Pero hay algunas de estas startups que fijan un precio mucho más bajo: servicios de limpieza a 8 euros. Menos el 20%... ¿le sigue compensando al trabajador? Quizás solo si los otros 6.5 euros están libres de impuestos. Fuentes directas aseguran que la factura, muchas veces, es algo de lo que se prescinde.


Colada. Imagen de flickr

Por último, la tercera categoría, la más peligrosa: Es el cliente final quién fijará el precio por hora. La más peligrosa porque puede inducir a aceptar ofertas por necesidad (que hoy en día es algo que abunda) y producir un efecto dominó.

“Si mi vecino ha conseguido a una persona que le limpie la cocina por 3 euros la hora, yo tampoco subiré ese precio”.

Entonces, en el hipotético caso de una contratación a 3 euros la hora, menos el 20% que se lleva el intermediario, menos los supuestos impuestos que debes pagar (porque has pasado un estricto control antes de entrar en plantilla para confirmar que eres autónomo), ¿ganas algo?. Si no hay un error en los cálculos, esta empresa debería haber quebrado, ya que a ningún autónomo le saldría a cuenta.

Exención de responsabilidad

La mayoría de estos intermediarios (no todos) especifican claramente en sus políticas que se eximen de cualquier responsabilidad en relación a desperfectos que puedan suceder mientras dura la relación profesional entre limpiador y cliente. Al fin y al cabo, es el trabajador autónomo quién debe disponer de un seguro de responsabilidad civil.

Pero si este trabajador no ha pasado un control sobre su situación laboral y no dispone de ese seguro… ¿es lícito que las empresas sigan desentendiéndose? ¿No es suyo el error en la falta de control sobre la situación laboral de los candidatos?

Pese a todo, la conclusión no es tan mala

Estos emprendedores tienen la capacidad de mejorar, al menos para el usuario del servicio, la situación de mercado que había hasta el momento. Antes del nacimiento de estas ideas, la situación laboral en el mercado de la limpieza del hogar era similar a la de los taxis: o aceptabas el stablishment y sus precios (en este caso, los precios de las empresas de limpieza) o contratabas en negro.

Ahora puedes meterte en internet y tener en dos minutos una contratación hecha. Pagas en la plataforma de pago y el limpiador no cobra hasta terminar el servicio y tras la valoración del cliente. Comodidad, mayor oferta y quizás un precio más bajo para el comprador y mayor clientela para el trabajador.

Pero si estas ideas se utilizan de forma irresponsable pueden ser otra fuente más de explotación y de competencia desleal, basadas en la ley de la jungla. Otro resultado de los que quieren sacar provecho de la necesidad de muchos en tiempos de crisis. Aunque a priori parezca un tema más relacionado con las nuevas tecnologías, probablemente es la situación económica la que hace que proliferen estos negocios, ya que la fuerza de trabajo está perdiendo o ya ha perdido mucho poder adquisitivo.

Agradecimientos: Agradecemos a Domesting y a Getyourhero su implicación y colaboración constante durante la elaboración de este artículo.