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Industria y PRL 4.0: retos y oportunidades

Redacción Protección Laboral19/06/2017
La Jornada “PRL 4.0, el sector de la automoción a la vanguardia”, celebrada en Fomento del Trabajo (Barcelona), abordó desde la óptica preventiva “algunos de los cambios más relevantes a los que el sector tiene que enfrentarse en un futuro muy inmediato”.
La robotización es una oportunidad que plantea nuevas situaciones en materia de prevención de riesgos laborales. Diversos expertos abordaron el estado de la cuestión bajo el denominador común de que la industria 4.0 necesita una prevención a la altura de la circunstancias; es decir, 4.0, que tenemos que ir desarrollando.

La industria automotriz (y cualquier otro sector de actividad) necesita la innovación para ser competitiva. Además de fabricar productos de valor añadido, el sector industrial se ve abocado a explorar continuamente nuevas vías de flexibilidad y optimización productiva. La robotización es una solución que, como tal, también entraña aspectos que deben ser tenidos en cuenta para que no se conviertan en problemas.

Las fábricas del futuro están aquí


Son fábricas flexibles, conectadas y personalizadas. Desde el fordismo (cadena de montaje) no se había hecho un avance tan importante. La fabricación 4.0 de cualquier producto sigue un ritmo adaptado al cliente y las exigencias cambiantes de la demanda.
La “industria conectada” y el internet de las cosas dan lugar a la “Fábrica del Futuro”, sinónimo de fabricación más flexible y posibilidad de personalización de productos, con tiempos de entrega más cortos.
En palabras de Xavier Pi, que participaba como ponente en representación del Col·legi d’Enginyers, “la industria 4.0 es considerada como la cuarta revolución industrial, después de la máquina de vapor, la electricidad y la automatización. Es posible -dijo- que el marketing vaya por delante de la realidad. Pero estamos constatando que muy pronto la realidad superará al propio concepto de ‘revolución industrial’. Estamos ante un escenario idílico de fabricación, que ha sido posible por la democratización del conocimiento, y que produce como resultado una gran flexibilización de la producción, o lo que los expertos conocen como producción en serie con tamaño de lote 1 (Series production with lot-size-1).
Las ‘personas electrónicas’ echan una mano
Los robots androides colaboradores de última generación reciben la denominación de personas electrónicas y, por su energía, liberan a los humanos de tareas penosas. Las aplicaciones industriales que están empleando robots actualmente se caracterizan por la ejecución de tareas repetitivas que pueden suponer sobrecarga no sólo física sino también mental. Los TME son un problema de salud pública, que afectaría al 50% de la población europea. Entre las afecciones ósteo-musculares, que son las más numerosas, prácticamente el 85% son enfermedades por fatiga de vainas tendinosas (irritación de la membrana que cubre los tendones). Esta enfermedad se produce en codos, hombros o muñecas, debido a movimientos repetitivos, con o sin grandes esfuerzos.
La automovilística Audi ha sido una de las pioneras de su sector en poner en la cadena de montaje a robots y humanos trabajando mano con mano. Fue el caso de la planta de Ingolstadt. En España, Seat, otra filial del grupo matriz VW, también ha implantado los robots colaboradores. Hay múltiples ventajas, tanto para la fuerza de trabajo como para los gestores empresariales. Los robots pueden trabajar prácticamente 24 horas ininterrumpidas, además de lograr una eficiencia extrema en tareas repetitivas con absoluta precisión, preservando la calidad y la productividad de la factoría.
La delegación de ciertas funciones en el robot mejora la productividad de algunas operaciones. En las tareas de montaje de componentes en el motor, el trabajador humano dirige la operación, y es el robot el que extrae las piezas de las cajas y las acerca a las manos del operario, que se ahorra la ejecución de ciclos repetitivos. Según los responsables de calidad de Ingolstadt, “el robot ejecuta esta tarea tan rápido como cualquier operario, además no se equivoca ni sufre el cansancio que genera el movimiento repetitivo”. La colaboración estrecha tampoco crea problemas de seguridad para el trabajador, pues los robots colaboradores tienen propriocepción como los humanos y conocen siempre su ubicación espacial para interactuar armoniosamente con el entorno. Asimismo, van equipados con sistemas de detección de fuerza redundante para que no puedan causar daño físico si se produce contacto accidental con el humano.

Trabajo con robots colaboradores


Julián San Mateo, ESH Manager de Continental Automotive Spain, abordó el tema “Trabajo conjunto: Robots Colaborativos y Operarios” desde la experiencia que ha acumulado su organización y las implicaciones en materia de prevención de riesgos laborales.
Dijo que “contar con robots no cambia las obligaciones de PRL, que son las mismas, pero sí obliga a conocer una normativa compleja, que exige capacitación. Hay robots intrínsecamente seguros y otros que no lo son. No es enchufar y punto. Se requiere un conocimiento técnico y normativo. La seguridad del trabajador depende de la fuerza y la velocidad con que trabaje el robot, así como la aplicación que ejecute el robot (siempre será más peligroso un robot que trabaje con una herramienta de corte que si lo hace con una brocha). Lo importante es la aplicación. Por lo demás, los robots de última generación (Universal Robot, de 2 brazos, o UR 10, de 1 brazo) son muy fiables. Los robots colaboradores (‘cobots’, en el argot) reaccionan cuando los tocas, se paran o retroceden”.
“La madre de toda la prevención -insistió San Mateo- está en la Evaluación de Riesgos y, en el caso de las fábricas con robots, ésta es especialmente compleja, debiendo contemplar tanto el robot como la aplicación que éste ejecuta”.
En cuanto a la posible competencia que pueden suponer los robots para los trabajadores industriales, San Mateo matizó el fatalismo y afirmó que “perderemos trabajo de bajo contenido que será sustituido por otros empleos a más largo plazo”.

Empoderamiento y pro-actividad


En fábricas robotizadas, el empoderamiento del trabajador se revela como uno de los factores de éxito en las políticas de Health & Wellness. Así lo explicó Anna Jofre, Coordinadora Área Seguridad y Salud de Kostal Eléctrica, suministrador de la industria automotriz.
“Empoderar -decía Jofre- es capacitar al trabajador en un sentido amplio. Nuestras obsesiones son la actitud positiva y la salud pues, sin salud, las personas están anuladas. Nuestra estrategia es la pro-actividad, esto es, asegurarnos de que las cosas ocurran”.
Jofre aludió a la evolución positiva de los índices de siniestralidad y, al respecto, dijo que “no sólo se trata de poner el foco en la persona, también hay que ocuparse de las condiciones de trabajo, pues unas condiciones no óptimas en seguridad y salud no son compatibles con la industria 4.0”.
El liderazgo transformador que ejerce Kostal, con su marca personal ‘Start to be great’, se sustancia en campañas de Seguridad/Salud como: alimentación saludable, cuidado de la espalda, podología, yoga, cuidado de la vista, etc. Entre todas, Jofre destacó como “campaña de campañas la que orientamos al bienestar personal, que conocemos como METS (Metabolic Energy Training System), que hemos diseñado para potenciar el optimismo, dieta sana, ejercicio y osteopatía. También ponemos mucha atención en la gestión de las limitaciones, pasando del enfoque paternalista a uno mucho más participativo, sustituyendo la reactividad por la pro-actividad”.
Cuando los ‘cobots’ empiezan a estar en las naves industriales es hora de centrar la atención en los humanos. Por ese motivo, Kostal se preocupa de diseñar puestos a la medida de sus trabajadores (adaptación de puestos), haciendo suya la frase de Klaus Schwab, fundador y director general del Foro Económico Mundial, de “Hay que garantizar que el ser humano sea el centro de todas las decisiones”.

Prevención de Riesgos transnacional


La globalización de los mercados (caída de barreras aduaneras y movimiento de personas y mercancías) y los avances tecnológicos han impulsado los procesos de internacionalización de las empresas. Pero internacionalización es un concepto más amplio al del mero tránsito de mercancías. También se desplazan personas, lo que, en términos de seguridad laboral, hace que la prevención de riesgos laborales se convierta en una actividad transnacional, con los condicionantes propios de los distintos lugares.
Elena Castro, Auditor Jefe y Responsable de Área Internacional de Full Audit, intervino con su ponencia “La gestión de la seguridad y salud a nivel internacional: cinco claves para el éxito” para señalar los nuevos escenarios-nuevos riesgos y el papel de la prevención en situaciones que habían sido inéditas hasta hace pocos años (trabajadores españoles que desarrollan su actividad en el extranjero y extranjeros que trabajan en España debido a la actividad de empresas multinacionales).
Tras destacar las dificultades para la prevención, derivadas de las diferencias normativas entre países, cuestiones idiomáticas y culturales, Castro indicó los requisitos (incorporar, por ejemplo, legislación local).
Su recomendación para el personal de prevención fue “conocer el marco legal de cada país, considerarlo a la hora de establecer requisitos y, en caso de conflicto, aplicar el criterio más restrictivo”. Sobre la auditoría, herramienta básica para detectar no-conformidades, precisó que, “además de comparar el nivel de desempeño en materia de seguridad entre países, la auditoría sirve para involucrar a toda la organización (optimizar recursos, aprovechamiento de sinergias, compartir la mejores prácticas, impulsar el benchmarking) y valorar la eficacia del modelo de prevención corporativo, así como poder tomar decisiones basadas en información objetiva”.
Como se hizo patente a lo largo de la exposición, la gestión de la seguridad / salud en los procesos de internacionalización (algo común en la industria automovilística) es compleja, requiere armonización de conceptos entre países (accidentes de trabajo, legislación, vigilancia de la salud coordinación de actividades empresariales) , pero tiene beneficios innegables, pues contribuye a la creación de cultura preventiva en las organizaciones, optimiza las condiciones de seguridad y reduce la siniestralidad y sus costes asociados.
Las ‘personas electrónicas’ echan una mano
Los robots androides colaboradores de última generación reciben la denominación de personas electrónicas y, por su energía, liberan a los humanos de tareas penosas. Las aplicaciones industriales que están empleando robots actualmente se caracterizan por la ejecución de tareas repetitivas que pueden suponer sobrecarga no sólo física sino también mental. Los TME son un problema de salud pública, que afectaría al 50% de la población europea. Entre las afecciones ósteo-musculares, que son las más numerosas, prácticamente el 85% son enfermedades por fatiga de vainas tendinosas (irritación de la membrana que cubre los tendones). Esta enfermedad se produce en codos, hombros o muñecas, debido a movimientos repetitivos, con o sin grandes esfuerzos.
La automovilística Audi ha sido una de las pioneras de su sector en poner en la cadena de montaje a robots y humanos trabajando mano con mano. Fue el caso de la planta de Ingolstadt. En España, Seat, otra filial del grupo matriz VW, también ha implantado los robots colaboradores. Hay múltiples ventajas, tanto para la fuerza de trabajo como para los gestores empresariales. Los robots pueden trabajar prácticamente 24 horas ininterrumpidas, además de lograr una eficiencia extrema en tareas repetitivas con absoluta precisión, preservando la calidad y la productividad de la factoría.
La delegación de ciertas funciones en el robot mejora la productividad de algunas operaciones. En las tareas de montaje de componentes en el motor, el trabajador humano dirige la operación, y es el robot el que extrae las piezas de las cajas y las acerca a las manos del operario, que se ahorra la ejecución de ciclos repetitivos. Según los responsables de calidad de Ingolstadt, “el robot ejecuta esta tarea tan rápido como cualquier operario, además no se equivoca ni sufre el cansancio que genera el movimiento repetitivo”. La colaboración estrecha tampoco crea problemas de seguridad para el trabajador, pues los robots colaboradores tienen propriocepción como los humanos y conocen siempre su ubicación espacial para interactuar armoniosamente con el entorno. Asimismo, van equipados con sistemas de detección de fuerza redundante para que no puedan causar daño físico si se produce contacto accidental con el humano.


Humanos y humanoides comparten armoniosamente trabajo en la línea de montaje

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