Se lo pido, no se lo pido, se lo pido…

¿Alguna vez has dejado escapar una oportunidad por miedo a no conseguirlo, antes siquiera de intentarlo? Puede que esta situación te sea familiar, ya sea en tu vida cotidiana o en el transcurso de tu carrera laboral. Pedir un aumento de sueldo, por ejemplo, una promoción, un ordenador nuevo, cambiar de horario para poder hacer aquel curso, o bien poder participar en un proceso que te motiva pero que no sabes si se te va a asignar.

Hay quien asegura que muchas mejoras en nuestra vida laboral se dejan escapar porque el trabajador no ha tenido el valor de solicitarlo por miedo al rechazo, a sentirse en deuda o por pensar que, si él tuviera una posibilidad de progreso dentro de su compañía, ya se lo habrían comunicado. Así lo afirman Miriam Ortiz de Zárate y Pilar Jericó, expertas en Relaciones Laborales, en El País. Lo mismo pasa con el material nuevo o los horarios flexibles, tenemos miedo que nos digan que no por sistema (y a veces ni sabemos que hay una partida de presupuesto reservada a estos fines). Pedir en el trabajo no es algo fácil y muchas veces poco agradecido, con lo que hay quien directamente ni se lo plantea.



Aunque concordamos con que deberían haber herramientas o metodologías de seguimiento que facilitaran las peticiones (de lo que sea), admitámoslo: los jefes no son adivinos. Por ello, sí que tendremos que armarnos de valor algún día y comunicar, lo mejor que podamos, nuestras demandas. Para ayudar un poco, hoy te traemos una serie de consejos que podrán ayudarte.

• Elige un buen momento: después de ejecutar un caso de éxito por ejemplo. Cuando el recuerdo de tu desempeño extraordinario aún está presente. Otro ejemplo más simple y evidente es elegir una temporada en la que la persona que va a recibir tu petición esté de buen humor o esté pasando por una buena racha en el trabajo.
• Da un buen motivo: al pedir algo, aunque tengamos claro que lo merecemos, nuestro interlocutor esperará que le demos un buen argumento. Con lo que será interesante recopilar qué beneficios hemos aportado a nuestra empresa para poder recordárselo o bien qué beneficios podrá aportar nuestra solicitud. Nuevo material, por ejemplo: estimulará la productividad.
• Elige bien la persona: debemos determinar quién puede ser el compañero o superior adecuado antes de hacer la petición. Por ejemplo, si tu empresa tiene un departamento de RRHH que se encarga de definir los horarios y/o salarios, podemos acudir a éste primero. En el caso de pedir material, tendríamos que saber quién se encarga de las compras.
• Estudia bien tu compañía: investiga si hay algún sistema establecido para las promociones o peticiones. Si se recompensa por el esfuerzo y ese ha sido tu caso, puedes acogerte a esa normativa.
• Haz un buen análisis de mercado: sondea los salarios, privilegios o material con el que trabaja la gente de tu misma posición en otras empresas de la misma categoría. Ésta es una manera de argumentar por qué, si hacemos y demostramos que valemos lo mismo que otra gente con cargos similares, merecemos la misma compensación. Este argumento, no obstante, quizá sea mejor no traerlo a la primera de cambio sino más bien como herramienta de persuasión en segunda instancia.
• Prepárate para ceder: siempre debemos estar preparados para una negativa, pero ello no significa que debamos dejar de hacer nuestra petición. La valentía es bien vista si se presenta con respeto. Asimismo, también debemos saber ceder a medias o, más bien, regatear. Si pedimos algo pero no se nos quiere/puede conceder, podemos intentar llegar a un término medio.

Esperamos que esta serie de consejos te sean útiles para el futuro de tu carrera. Si tienes algún otro que quieras compartir con nuestra comunidad, nos encantará conocerlo.