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Monóxido de carbono. Una amenaza silenciosa

Paula Llull24/03/2014
Cuando llegamos a nuestro hogar, entramos en un ambiente acogedor y seguro, un entorno que hemos escogido, hemos creado y que nos transmite esa sensación. No obstante, en nuestra actividad, los elementos de confort que hemos ido incorporando y que compartimos con nuestros familiares entrañan algunos riesgos. Entre ellos, los sistemas de calefacción que tanto bienestar nos proveen en los días de invierno, que nos abastecen de agua caliente durante todo el año o que simplemente nos permiten cocinar.

En condiciones ideales, de ninguno de estos elementos de confort cabría esperar riesgo alguno puesto que, en un principio, todos ellos fueron diseñados e instalados para un funcionamiento seguro.

Cuando se produce la combustión en un sistema con aportación de aire óptima, la reacción de oxígeno y combustible producen CO2, agua y calor. Sin embargo, cuando esta cantidad de aire no es la adecuada, se produce una pérdida creciente de la eficacia calorífica como mal menor y, lo que es peor, se empieza a generar monóxido de carbono. El monóxido de carbono es un gas extremadamente tóxico y se produce fácilmente en nuestro entorno cuando existe una combustión incompleta de los combustibles fósiles (gas, madera, gasoil, etc.).

Las causas frecuentes de dichas emisiones pueden deberse a aparatos de calefacción en mal estado (calderas, calentadores, braseros, estufas), emisiones de los tubos de escape de los automóviles con filtros sucios o en recintos cerrados y chimeneas con un mal ajuste de la entrada de aire, entre otros.

Cada año, se producen innumerables casos de intoxicación y muertes en Europa como consecuencia de las intoxicaciones por monóxido de carbono (CO), siendo la mayoría de ellas prevenibles y evitables. Gran parte de estas muertes están relacionadas con el uso de aparatos a gas en mal funcionamiento, ubicados en ambientes no adecuados o mal ventilados.

En España, no existe ninguna legislación o recomendación a diferencia de Reino Unido, donde las comunidades y la junta de gobierno local recomiendan establecer una obligación para las propiedades privadas de proveerse de un detector de humo y de CO siempre que se haya instalado un aparato de calefacción. En nuestro caso, deberemos utilizar nuestro sentido común ya que no estamos exentos de poder sufrir un accidente de estas características en nuestro hogar.

Fuego y monóxido de carbono. Imagen de MaxiPullaro
Fuego y monóxido de carbono. Imagen de MaxiPullaro

El monóxido de carbono es un gas tóxico, inodoro, no irritante e incoloro que se absorbe fácilmente por el aparato respiratorio actuando como una toxina intracelular, pero que no percibimos con tanta facilidad. Los efectos de la exposición a dicho gas originarían inicialmente a nuestro organismo cefalea, mareos o debilidad.

Si la exposición es más prolongada, los síntomas se agravarían con náuseas, confusión, dificultad de respiración, dolor torácico, calambres, pérdida de conocimiento y muerte.

Este gas provocó la muerte a 125 personas el pasado año 2013 en España. Debemos recordar que el límite máximo de exposición es de 25 ppm o 29 mg/m3, con un riesgo muy alto para el embarazo.

Para evitar los graves accidentes por intoxicación de CO, sobre todo en las estaciones de frío, la mejor herramienta es la prevención. Se debería realizar un mantenimiento anual de los aparatos de combustión y garantizar una buena ventilación en los espacios donde estén ubicados para que exista una buena circulación del aire.

No obstante, junto con el mantenimiento anual, la incorporación de detectores domésticos autónomos incrementará la seguridad a muy bajo coste. Cuando la presencia de CO en el ambiente supere los niveles de seguridad, el detector activará un aviso acústico que cesará en cuanto el ambiente vuelva a ser saludable. Este tipo de detectores no requiere mantenimiento y su vida útil es la de su batería, unos 6 años. Son especialmente adecuados para personas mayores que habitualmente viven solas y son susceptibles de sufrir este tipo de accidentes domésticos.

Actualmente los detectores de CO deben cumplir la normativa europea EN50291-1:2010, no deberían emplearse dispositivos que no garanticen el cumplimiento de esta norma. Honeywell ha desarrollado una amplia gama de equipos domésticos para la detección de CO, gases inflamables, etc., siempre con las certificaciones de laboratorios acreditados y reconocidos por la UE. El detector H450EN es un equipo de detección de Monóxido de Carbono para instalaciones domésticas sólo comercializado por profesionales.

Xavier Martínez

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