Conexpo 75
Algo más de 130.000 profesionales de todo el mundo se dieron cita en Chicago de los días 9 al 14 de febrero, para visitar el certamen organizado por CIMA cada seis años. CIMA agrupa a unos 200 fabricantes norteamericanos de equipos para la construcción, los cuales facturan casi el 95 % de los 420.000 millones de pesetas que son el volumen anual de ventas de los equipos de construcción fabricados en Norteamérica. Además de la fuerza organizativa propia de su Asociación, y que de por sí bastaría para promover, CIMA recibe el concurso de 17 Asociaciones profesionales más, en su mayoría del sector comprador. La unión de las opiniones y de los criterios de todos, bajo intereses comunes, dan como resultado una exposición de gran eficacia a todos los niveles, en el que como premisa principal el expositor y el visitante son, como es lógico, los auténticos protagonistas, reyes y señores de esta feria internacional. Por primera vez este año, el clásico internacional Amphitheatre, se le han unido parte de los espacios cubiertos de la gigantesca sala de exposiciones McCormik Place, totalizando entre ambas salas una superficie cubierta de unos 180.000m2. También ha sido novedad en Conexpo-75 la participación de fabricantes europeos, por primera vez en la historia de este certamen, los alemanes Demag y Orenstein & Koppel, los franceses Poclain y PPM, y el británico JC Bramford.
Con respecto a las novedades exhibidas, no podemos hablar de sistemas o unidades totalmente revolucionarias, pero no por ello ha dejado de ser interesante el certamen, ya que ha aportado unas serias enseñanzas que, hasta cierto punto, dan el tono en el mundo de la construcción de las grandes máquinas de ingeniería civil. Al comparar el certamen del 63 con la edición del 69 observamos, en aquel entonces, un decidido impulso en convertir al simple operador en un “técnico de la cabina”. Dicho técnico contaba, ya no con duros embragues mecánicos y recios mandos que manipular, sino con suaves controles en casi todos los mandos. En este certamen del 75, al operador, ya bien tecnificado y pieza clave en la producción a conseguir, se le facilitan aún más las cosas: con controles digitales de alta precisión, reduciendo los puntos de atención rutinaria y añadiendo a sus equipos dispositivos de seguridad personal anteriormente no empleados. Sintetizando aún más entre lo expuesto, definiríamos a Conexpo-75 como el Certamen de la seguridad.