¿Desaparecerán las ferreterías de barrio?

Muchas pequeñas ferreterías de barrio son propiedad de una familia: dos hermanos, un padre y un hijo, un matrimonio… En este tipo de negocios es el propio fundador o alguno de sus herederos quien lleva la empresa y se hace cargo de toda la gestión del negocio, muchas veces con la colaboración del resto de la familia o con su soporte económico inicial.

No es nada nuevo decir que este tipo de pequeños comercios familiares lo tiene cada vez más difícil para competir con los grandes gigantes digitales del sector. El cierre progresivo de establecimientos por la falta de jóvenes que continúen con los negocios, la férrea competencia de las grandes cadenas y el auge de la compra online, a menudo, pueden resultar descorazonadores. Tristemente, cada semana leemos en prensa sobre el cierre de alguna de estas ferreterías de barrio en algún municipio español y los más pesimistas afirman con contundencia que están condenadas a desaparecer en el corto plazo, ¿pero es esto inevitablemente cierto?

Es evidente que, en la mayoría de los casos, los comercios familiares no pueden competir con los grandes grupos y compañías digitales del sector en lo que a precio se refiere. A veces esto los hace menos atractivos para los jóvenes. No obstante, sí que pueden competir en otras áreas para explotar sus puntos fuertes, tal y como veremos a continuación. Me consta que muchos de los lectores de esta revista pertenecéis a pequeños negocios e incluso a microempresas del sector ferretero, por lo que con este artículo quiero romper una lanza a favor de todas las ventajas competitivas que tenéis las pymes y que muchas veces pasan desapercibidas.

Las ferreterías de barrio son comercios de proximidad (cercanos), expertos en su área (especializados) y con un trato al cliente insuperable (humanos):

1. Más rapidez en la toma de decisiones y más agilidad. El hecho de tener un menor tamaño y una estructura organizativa simple ayuda a evitar la burocracia y los cuellos de botella de los que muchas veces adolecen las compañías de mayor tamaño. Ser pequeños nos permite adaptarnos más fácilmente a los cambios en el entorno y a los gustos de los consumidores para satisfacer rápidamente las necesidades del mercado. Así pues, por lo general, las ferreterías de barrio suelen ser negocios más flexibles.

2. Especialización. A diferencia de grandes superficies donde se vende un poco de todo, los pequeños comercios tienen una oferta más especializada y, a menudo, de mayor calidad. Son especialista en su género: los clientes acuden expresamente a la tienda en busca de un producto concreto que no encuentran en las tiendas generalistas. El alto grado de especialización forma parte de la propuesta de valor de las ferreterías de barrio.

3. Asesoramiento profesional, honesto y humano. El hecho de ser pequeños negocios posibilita dar un trato individualizado y ‘de tú a tú’ a cada comprador. Son líderes en atención profesional al cliente. No podemos pasar por alto que las empresas familiares acumulan décadas de experiencia en su sector. Gracias a esta veteranía, pueden asesorar adecuadamente al cliente, en lugar de interactuar con él con una finalidad exclusivamente comercial. No se busca la venta inmediata, sino ayudar y fidelizar, algo que no suele ocurrir en las grandes superficies o en las cadenas.

4. Gran conocimiento de los clientes, el mercado y de la cultura local. Las pymes familiares no solo están convenientemente cerca de los clientes, habitualmente en su barrio o a poca distancia de este, sino que en el ámbito personal también son muy próximas y accesibles. Los dueños del establecimiento están implicados en el día a día del negocio y mantienen una relación estrecha con los clientes, lo que redunda en un gran conocimiento de su público (deseos, preocupaciones, necesidades…). Esto les permite personalizar y adaptar su estrategia (productos, promociones, campañas, lanzamientos…) a la zona en la que operan con mejores resultados.

5. Un equipo implicado. Tanto los miembros de la familia que ayudan en el negocio como los empleados ‘de toda la vida’ tienen un gran sentido de pertenencia, lo que significa menor rotación de personal y mayor profesionalización. El mayor grado de compromiso y dedicación es clave para una atención al cliente excepcional. Además, el hecho de tener un equipo relativamente pequeño facilita el hecho de mantenerlo formado e informado.

Los clientes valoran mucho estas cinco ventajas competitivas, que suelen estar detrás de la decisión de comprar en las ferreterías de barrio en lugar de en grandes multinacionales online. Así que, respondiendo a la pregunta del título, no, no creo que vayan a desaparecer todas las ferreterías de barrio o, por lo menos, no aquellas que sepan aprovechar estos puntos fuertes que hemos comentado. Y, en aquellas que estén en riesgo de desaparecer por no tener relevo generacional dentro de la familia, una situación común que ya hemos abordado en otros artículos, recordad que se pueden explorar otras opciones de continuidad antes que cerrar. El traspaso o la cesión a los trabajadores pueden ser alternativas viables para evitar cerrar la ferretería de toda la vida, un negocio de gran valor para el barrio.