OPINIÓN
"Para avanzar no hay trucos: solo trabajo duro, constancia y una verdadera pasión por este oficio"

Daniel Gallego: el talento detrás de la colección masculina que volvió a conquistar los Fígaro

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El reciente triunfo de Daniel Gallego en los Premios Fígaro —donde ha conseguido por segunda vez el galardón a la Mejor Colección Masculina— confirma la solidez de una trayectoria construida a base de técnica, creatividad y una visión muy personal de la imagen masculina. Como director de Peluquería Daniel Gallego, un salón exclusivo para hombres distinguido con el sello TheQHair 5 estrellas, ha desarrollado un estilo que combina precisión, elegancia y un profundo respeto por la identidad de cada cliente. Sus numerosos premios nacionales e internacionales, unidos a su capacidad para transformar la barbería en un concepto de autor, lo consolidan como una de las figuras más influyentes del sector.

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¿En qué momento sentiste que habías encontrado tu propio estilo?

Mi estilo fue construyéndose poco a poco. Comencé trabajando con mi padre, en una barbería clásica, donde aprendí los fundamentos del oficio. Más adelante, el mundo de la competición me permitió afinar la técnica, mejorar los acabados y desarrollar un criterio mucho más exigente. Esa etapa me enseñó a analizar mi trabajo con detalle, a corregir cada aspecto y a tener claro hacia dónde quería seguir evolucionando.

Con los años descubrí que mi forma de trabajar se basa en simplificar lo difícil para lograr resultados consistentes, elegantes y fáciles de replicar por todo el equipo. Aunque un corte sea muy actual o incluso radical, siempre busco ese toque de dulzura y limpieza que define nuestra esencia. Esa identidad se fue asentando en mí de manera natural, al ritmo de cada reto y cada colección.

¿Qué quisiste transmitir con Balance, la colección ganadora del Premio Fígaro?

Balance surge de mi necesidad de mostrar el equilibrio entre dos mundos: el trabajo del día a día en la barbería y la peluquería masculina más editorial. Quería que se viera cómo conviven la técnica perfecta, la elegancia y la creatividad sin perder la esencia del salón. Es una colección que refleja quién soy como profesional y cómo entiendo la imagen masculina.

También busqué equilibrio en colores y texturas, utilizando los tonos más habituales del salón —rubio, pelirrojo y moreno— y combinando acabados lisos, rizados o con diferentes volúmenes. La intención era que cada 'look' tuviera coherencia propia, pero también formara parte de un conjunto sólido, natural y armónico.

¿Cómo trabajas la inspiración para convertirla en técnicas visuales que conecten con el profesional?

La inspiración puede aparecer en cualquier momento: en un edificio, una obra de arte, un paisaje o un simple movimiento. A eso le sumo la observación del trabajo de grandes referentes y ganadores de concursos, que me ayuda a comprender las tendencias y hacia dónde se está dirigiendo el sector. Me gusta recopilar imágenes que me despierten algo y analizarlas con calma.

A partir de ahí dibujo, mezclo ideas y empiezo a dar forma al concepto. Para mí, una colección no es solo una propuesta para competir, sino un proceso creativo que disfruto mucho. El objetivo es que, al final, todo lo que imaginé cobre vida el día del 'shooting', con un resultado técnico y visual que inspire a otros profesionales.

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¿Qué hábitos o decisiones han sido clave para avanzar y crecer en tu carrera?

Si algo tengo claro es que el crecimiento viene del trabajo duro. No hay atajos. Para llegar lejos en concursos o mejorar como profesional hay que insistir, presentarse muchas veces, aprender de cada intento y no rendirse. La excelencia exige compromiso y constancia.
Esa dedicación también implica sacrificios: noches de poco sueño, horas extra dedicadas a dibujar, planificar o crear, y tiempo que se resta a la familia, al ocio o al descanso. Incluso tiene efectos físicos, como el estrés o el bruxismo. Aun así, todo ese esfuerzo es lo que ha moldeado mi carrera y me ha permitido avanzar con firmeza.

¿Hacia dónde crees que se dirige la peluquería masculina y qué papel te gustaría desempeñar en su evolución?

Estamos viviendo un momento muy positivo. El hombre valora cada vez más su imagen y entiende que cuidarse le aporta seguridad, energía y bienestar. Esa conciencia hará que la peluquería masculina siga creciendo, evolucionando y abriendo nuevas oportunidades para los profesionales del sector.

Me gustaría contribuir a dignificar la profesión. Durante años se ha visto la barbería como un oficio menor, cuando realmente requiere técnica, formación y una gran responsabilidad. Aspiro a que exista una titulación oficial universal y, ojalá, una formación superior que permita un desarrollo aún mayor. También quiero que el público general entienda que nuestro trabajo es esencial, como ocurre hoy con la alta gastronomía. Sería un orgullo aportar mi granito de arena a esa evolución.

El hombre entiende, por fin, que cuidarse es parte de su bienestar. Esa conciencia está impulsando una nueva era para la peluquería masculina

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