Cuidar el cabello, cuidar el planeta
La sostenibilidad ha dejado de ser una opción estética o comercial para convertirse en una prioridad ética. En el ámbito de la peluquería profesional, esta transformación implica mucho más que eliminar el plástico o sumarse a modas ‘verdes’: exige repensar cada decisión, desde la elección de productos hasta el modo en que se asesora y se educa al cliente. Dos referentes del sector, Adrián Pardo y Christian Ríos, comparten cómo abordan este compromiso desde sus salones, combinando conciencia medioambiental, rigor técnico y resultados de alta calidad.
Ingredientes responsables: entre el conocimiento y la conciencia
La creciente demanda de productos con ingredientes 'limpios' o fórmulas naturales es un fenómeno que ambos estilistas observan a diario. Para Christian Ríos, director de Salón Christian Ríos Hair Couture, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), este cambio responde a una mayor conciencia general: “Muchos clientes preguntan si trabajamos sin sulfatos, siliconas o parabenos. Valoran la transparencia y quieren saber qué les estás aplicando y por qué. Su preocupación va desde la salud capilar hasta el impacto medioambiental”.
Adrián Pardo, estilista y director de Adrián Pardo Hair Studio coincide en el diagnóstico, aunque subraya un matiz importante: la necesidad de combatir la “quimiofobia”. “Cada vez más personas llegan con inquietudes, pero también con muchas ideas preconcebidas. Nuestra labor es educar. Ingredientes como los sulfatos o las siliconas no son malos por sí mismos, lo importante es saber cómo usarlos, con qué frecuencia y para qué tipo de cabello. Nosotros confiamos en la ciencia y creemos que la cosmética no se puede dividir en buena o mala según lo que aparezca en la etiqueta”.
Marcas aliadas y fórmulas conscientes
Técnicas de bajo impacto: suavidad sin renunciar al estilo
“Después de años de exceso de calor y químicos, se valora más que nunca la salud del cabello”, explica Pardo. Por eso, han incorporado tratamientos sin calor, productos ‘leave-in’ y rutinas que facilitan un secado al aire más estético. “Incluso trabajamos con una línea de alisado que no requiere planchas y que controla el encrespamiento dejando una caída muy natural”.
Ríos, en la misma línea, destaca el éxito de los tratamientos ‘detox’ capilares, los productos específicos para cabellos con textura que definen sin apelmazar y las coloraciones suaves, como los baños de color o los reflejos. “El resultado es un cabello más sano, más brillante, y con una textura real. Ya no se busca un acabado forzado, sino potenciar la belleza del cabello tal como es”.



