Presa de Siles. Ante la necesidad de proteger el medio
La construcción de la presa de Siles ha sido pospuesta muchas veces, a pesar de las demandas persistentes de los habitantes de esta comarca del Segura. Los retrasos han tenido causas diversas, aunque en los últimos años han sido determinantes las exigencias de la preservación medioambiental. Su situación dentro del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas ha condicionado el proyecto, y su realización va acompañada de medidas muy estrictas en la elección de su tipología, su ubicación, los materiales empleados y la recuperación posterior de las zonas afectadas por las obras.
Piedad Bullón
Desde principios del siglo XX, esta zona de la sierra del Segura ha visto como todos los intentos de construir una presa, destinada al abastecimiento de agua a sus 13.000 habitantes y a surtir de riego a los agricultores, no salían adelante. Y así una y otra vez. A las recurrentes disputas políticas se unió luego la demanda medioambiental, porque la estructura había de levantarse en un Parque Natural – declarado Reserva de la Biosfera y Reserva Nacional de Caza – espacio perteneciente a la Red Natura 2000, lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las aves (ZEPA). De ahí que el acuerdo entre ingenieros y ecologistas fuera necesario para, finalmente, alumbrar un proyecto que afectara lo menos posible el equilibrio ecológico de la zona. Por este motivo, el Estudio de Impacto Ambiental (en adelante EIA) es más que exhaustivo, tanto en lo relativo a las medidas tomadas antes de la construcción, como aquellas que corrigen en lo posible y a posteriori los inevitables desperfectos ocasionados por las obras.
El concurso para la construcción de la presa se adjudicó a la UTE formada por Sacyr, Cavosa Obras y Proyectos, y Sociedad General de Obras (SOGEOSA), por un monto de 45,8 millones de euros. La estructura se levanta sobre río Guadalimar, en el paraje del Molino de Cantalar. Los términos municipales afectados son Siles (Jaén), donde se sitúan la presa y gran parte del embalse, y Villaverde del Guadalimar (Albacete), donde el espejo de agua penetra unos 500 metros.
La pertinencia de la obra se justifica porque era necesario abastecer de agua a la totalidad de las poblaciones de la comarca, mal servidas por fuentes dispersas y de calidad desigual, todo ello agravado por un déficit estival que se agudiza cada año y que perjudica, además, el rendimiento de una región que vive de la agricultura. La zona se ve afectada por variaciones incontrolables de los niveles pluviométricos anuales, tanto que el lecho del Guadalimar queda completamente seco al menos una vez cada tres años, entre los meses de julio a septiembre, y este ciclo se ha acortado en el último decenio. Dado que el embalse es fundamentalmente para regadío, la mayor demanda se produce en los meses más secos del año, en los que el caudal del río es menor; por esta razón, las sueltas de agua de la presa en esos meses dará lugar a un incremento importante que mejorará los rendimientos agrícolas. En el proyecto se contempla también la transformación y consolidación del regadío con técnicas modernas mediante sistemas localizados que se adoptarán en la zona.
Volviendo al EIA, el proyecto garantiza el flujo de caudal ecológico para los ecosistemas de aguas abajo, superior al natural en el estío. Asimismo, el embalse protege de las avenidas del río, gracias al efecto laminador de mismo, en los municipios de La Puerta de Segura y Puente de Génave, así como la introducción de mejoras en la zona regable (3.500 hectáreas). Pero, además, la presencia de una lámina de agua constante de no menos de 8 centímetros de altura, a partir de caudales ecológicos en los meses de máximo estiaje, permite tanto la conservación de la ictiofauna como un nivel hídrico adecuado a las características tróficas de la vegetación existente. La topografía y características del lecho, facilita, además, otros aportes secundarios por precolación o de carácter hidrogeológico, lo que juega a favor del caudal ecológico en los meses de máximo estiaje.
Por añadidura, en la zona se construye una central hidroeléctrica cuya característica básica será la regularidad en su producción, dadas las condiciones de la cuenca, contribuyendo de esta forma al incremento de energías no contaminantes. La minicentral eléctrica aprovecha la conducción de toma de agua y turbinará los caudales de servicio a los riegos, vertiendo parte de los caudales por el aliviadero. Además, serán necesarios otros elementos constructivos en hormigón, como el canal de desvío del río y otras obras auxiliares. Por último, el embalse creará una zona húmeda con una superficie de embalse de 213 hectáreas que supondrá un nuevo atractivo turístico para la zona. Se trata, en suma, de una presa multifuncional: agrícola, urbana e hidroeléctrica.

Tipología de la presa
En semejante terreno no fue fácil ubicar la construcción de una infraestructura que afecta un medio tan delicado. La elección del lugar donde levantar la presa se decantó por aquel que ofrecía litologías y geotecnias favorables, tanto en la zona de implantación de la presa como en el vaso de llenado. Se rechazaron otras zonas posibles, en tanto que eran alternativas que obligarían a levantar una presa de mayor altura, además de que afectaban zonas naturales más diversificadas y en mejor estado de conservación. Por otro lado, el lugar seleccionado, el Molino del Cantalar, está situado aguas arriba de la futura zona regable, lo que supone que se minimicen las inversiones e impactos ambientales que pudiesen ser originados por la red de canalizaciones. Otro elemento que jugó a favor de la elección fue que el vaso, aguas arriba de la presa, presenta buenas condiciones de impermeabilidad.
Las condiciones del terreno, las exigencias de los usos del agua (central hidroeléctrica o toma de riego) y a veces la tecnología y circunstancias económicas del momento originan una serie de condicionantes que llevan a la elección del tipo más idóneo. De ahí la conveniencia de disponer de varios tipos constructivos, para acoplarse mejor a las diferentes circunstancias. Cuando las premisas medioambientales son tan exigentes, la elección de la tipología de la presa ha de ser sometida a un exhaustivo estudio, y así llegó a determinarse que habría de ser de materiales sueltos formados preferentemente por elementos naturales: piedras, gravas, arenas, limos, arcillas y suelos en general. En la de Siles predominan los materiales sueltos con núcleo impermeable de arcilla y espaldones de escollera caliza; aunque el hormigón se usa en otras estructuras auxiliares de la obra, se desestimó en la construcción de la presa por criterios geotécnicos y ambientales.
La infraestructura hidráulica está situada cerca de la población de Siles, 400 metros aguas abajo de la confluencia del arroyo de los Molinos con el río Guadalimar y lleva un embalse asociado de 28 Hm3 de capacidad útil, con una superficie a su nivel máximo normal de 213,40 hectáreas. La presa es de planta recta de 287,40 metros de longitud y una altura máxima sobre el cauce de 55 metros, presentando un núcleo central de material arcilloso. La coronación se sitúa a la cota de 706,90 m. y el volumen total de materiales empleados es de 826.923 m3.
El efecto más perturbador en el medio debido a la construcción de la presa consiste en las alteraciones sobre los depósitos aluviales (fondo de valle) y roquedo (estribos de apoyo ) en la zona de actuación. En el EIA se estableció que los materiales para escollera y áridos de hormigón habrían de obtenerse de una cantera de caliza en funcionamiento y, si fuera necesario abrir una nueva cantera, se haría lo más próxima a la presa y al embalse. Los materiales arcillosos se obtendrían de los depósitos aluviales situados dentro del vaso del embalse. Es obvio que la ejecución de la obra supone alteraciones de carácter temporal producidas por excavaciones, prestamos, acopios y desvío temporal del curso del río, así como alteraciones de carácter permanente del régimen de escorrentía provocados por la interposición del embalse.
Se ha dado el caso de que estas escorrentías se produjeron en la primavera especialmente lluviosa de 2008, y provocaron una saturación del terreno y la necesidad de realizar una excavación en el estribo derecho de la presa. Esta circunstancia hizo imposible la continuación de los trabajos de excavación que se estaban llevando a cabo y, como consecuencia, la iniciación de la ejecución del núcleo de arcilla. Por otra parte, cualquier actuación en la zona deslizada suponía un riesgo añadido de avalancha, o incluso de deslizamiento de la ladera en cotas más altas. Por si no fuera suficiente, una vez concluido el verano y ante el inicio de nuevos periodos de lluvia, se incrementó el riesgo de nuevos deslizamientos y, por consiguiente, el peligro. Por ello, hubo que actuar urgentemente en la estabilización de la ladera antes de continuar las obras con la seguridad exigida, lo que supuso retrasos en la ejecución.
En cuanto al aliviadero, es de labio fijo sin compuertas, por la reducida magnitud de los caudales a evacuar. Descartada para su ubicación la margen derecha, en atención a los problemas de inestabilidad que generaría la excavación del potente coluvial que la cubre, la presa se ubica en el collado de la margen izquierda y el túnel a través de este margen. Gracias a esta opción, la obra tiene un volumen menor, que requiere menos presupuesto y tiene inferior incidencia ambiental, ya que se trata de una obra subterránea con menor volumen de productos a depositar en vertedero.
Para la conducción de desvío se estudió la posibilidad de hacerla en galería a cielo abierto, variante de menor coste que el túnel. Sin embargo, presentaba dificultades para su implantación: en la margen derecha obligaría a desmontes superiores a 15 metros, desarrollados en su mayor parte en el coluvial de esta ladera, con los consiguientes problemas de inestabilidad. La margen izquierda, por su parte, no presenta condiciones topográficas adecuadas. Por estas razones quedó descartada la solución en galería y se eligió la de un túnel que discurre por la margen izquierda, de moderada longitud y presupuesto razonable, solución en cualquier caso más segura por su independencia de la presa y su lejanía del embalse. Este tipo de infraestructura hidráulica no es novedosa, ya que ha sido experimentada en otras actuaciones, y está demostrada la seguridad de su diseño frente a las avenidas y sucesos hidrológicos extremos, regulando el flujo de escorrentías y aportaciones del cauce.

Recuperación del medio
La construcción de la presa de Siles supone la inundación de menos de 0,1 % de la superficie del área protegida de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas; de ahí que, a pesar de no poder eliminar la pérdida de superficie, se hayan establecido una serie de medidas correctoras – entre otras muchas – que permitan el incremento de biomasa disponible para su explotación por el conjunto de la fauna intrazonal. Especialmente en favor de las aves rapaces, para las que se van a implantar vivares para el incremento de las poblaciones de lagomorfos – conejos y liebres- por la dependencia directa que de estas tienen las especies de rapaces (halcones, águilas calzadas y búhos) de la zona.
La incidencia de la inundación sobre el conjunto de la vegetación tiene cierta relevancia, ya que es irrecuperable, aunque sin alcanzar valores elevados debido a que ocupa escasa superficie, a su baja cobertura, la ausencia de especies singulares, y su deficiente estado fitosanitario. No obstante, una vez acabadas las obras, se plantarán masas de vegetación autóctona, fundamentalmente encinares y vegetación de ribera, en zonas predeterminadas: en la margen izquierda del arroyo de los Molinos, por encima del nivel máximo ordinario del embalse, y en la margen izquierda del Guadalimar, inmediatamente aguas abajo del Molino del Cantalar.
La presa de Siles es una obra que se inscribe dentro del Programa AGUA (Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua) del ministerio de Medio Ambiente, que incluye proyectos de mejora de gestión y del suministro de agua acordes con las necesidades existentes y futuras. Estas obras están ligadas al desarrollo sostenible de los territorios en términos económicos, sociales y ambientales, incluso en situación de sequía. El programa se propone también preservar el dominio público hidráulico y los espacios asociados a los mismos.
Ficha Técnica
Nombre de la Obra: Presa de Siles
Ubicación: Jaén. Curso alto del río Guadalimar
Promotor: Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
Fecha de inicio de la obra: Diciembre de 2007
Fecha de finalización: 2009
Plazo de ejecución: 30 meses
Proyecto y construcción: UTE: Sacyr S.A.U., Cavosa Obras y Proyectos, S.A., Sociedad General de Obras, S.A. (SOGEOSA)
Inspección y vigilancia: Seguridad de Presas, S.A.
Coste de adjudicación: 45,8 millones de euros
Proyecto: 500.000 euros.
Obra: 30,8 millones de euros.
Expropiaciones: 6 millones de euros.
Medidas correctoras: 9 millones de euros
Capacidad: 30,5 hectómetros cúbicos
Características técnicas del embalse:
Cota del nivel máximo normal (NMN): 702,30.
Superficie del embalse a su nivel máximo normal: 213,4 hectáreas
Capacidad total del embalse, a su nivel máximo normal : 30,50 Hm3.
Cota del nivel para la avenida extrema ( NAE ) : 705,57.
Demandas servidas :
– Abastecimiento : 1,20 Hm3/año
– Ecológica : 5,94 Hm3/año
– Riegos : 15,00 Hm3/año.




























































