Una sentencia ejemplar
Acabamos de conocer la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla sobre la denuncia presentada por la acusación particular integrada por EMERITA RESOURCES ESPAÑA, SC ANDALUCÍA MINING y la Federación Provincial de Ecologistas en Acción. Una denuncia que siempre avanzó en sentido contrario al criterio del Ministerio Fiscal, que jamás apreció indicios de irregularidad y, mucho menos, de delito.
La resolución llegó el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, patrona y protectora de quienes trabajamos en este noble oficio. Para quienes sentimos que nos acompaña en cada jornada, no podía existir un símbolo más hermoso: recibir esta sentencia precisamente bajo su amparo, como si ella misma quisiera enviarnos un mensaje de justicia y alivio. Es tradición que en esta fecha nuestros centros mineros resuenen con la detonación de petardos, especialmente en las escuelas de Ingeniería de Minas. Este año, la sentencia estalló con más fuerza que cualquier celebración, como una explosión de verdad que llevaba demasiado tiempo retenida.
La decisión del tribunal no deja lugar a dudas: absolución plena de todos los acusados y condena en costas, para los integrantes de la acusación particular. Aunque la sentencia pueda ser recurrida, la claridad y solidez de sus argumentos hacen pensar que pocas veces una verdad ha quedado tan firmemente asentada.
El tribunal aprecia mala fe procesal, recordando que EMERITA presentó la denuncia apenas un día después de conocerse la adjudicación. Una actuación tan inmediata que resulta difícil no interpretarla como un intento deliberado de obstaculizar un proceso legítimo, sin reparar en el profundo daño que podía causar.
Quienes conocíamos el procedimiento siempre confiamos en la inocencia de los acusados. Pero, por respeto a la justicia, nuestras voces debieron ser prudentes. Y aun así, nada podrá borrar el sufrimiento que han soportado durante más de diez largos años funcionarios ejemplares, personas cuya única 'falta' fue cumplir con su deber con honradez, rigor y reconocida profesionalidad. El daño moral que han padecido no tiene reparación posible, pero hoy, al menos, la justicia les devuelve la dignidad que nunca debió verse cuestionada.
La ética empresarial no es un adorno ni una aspiración: es la base imprescindible de una minería responsable. Cuando se actúa sin ella, se hiere no solo a las personas, sino también a un sector entero que trabaja con esfuerzo, seriedad y respeto para dar lo mejor de sí a Andalucía y al mundo.
La minería ha sido siempre motor de nuestra civilización. Como dice el lema de Pan Global, “Si no nace o germina, sale de una mina”. Y también es cierto que “lo que nace o germina, necesita de la mina”. Somos parte esencial del progreso, pero también guardianes del entorno y del futuro.
Por eso defendemos con firmeza una minería basada en la transparencia, el respeto ambiental, la seguridad y la ética. Una minería del siglo XXI, orgullosa de lo que es y plenamente consciente de lo que debe ser.
El pueblo de Aznalcóllar merece un reconocimiento inmenso. Ha sabido resistir, informarse, luchar contra la contaminación del suelo y también contra la contaminación mediática. Ha respaldado un proyecto que no solo resolverá los pasivos mineros, sino que devolverá la vida económica a una comarca que lleva demasiados años esperando esta oportunidad.
Y en el centro de esta defensa ha estado su alcalde, D. Juan José Fernández. Su compromiso, su valentía y su honestidad han sido un faro en tiempos de dudas. Supo enfrentarse a presiones ideológicas y mantuvo siempre firme su mirada en el bienestar de su pueblo. Ese ejemplo de integridad quedará para siempre en la memoria colectiva de Aznalcóllar.
Cuenta, además, con una ventaja que no es menor: conoce la minería. Y quien conoce la minería, acaba amándola. Porque la minería es más que un oficio: es pertenecer a algo grande, a una labor que sostiene la vida moderna y que late bajo la tierra que pisamos.
Por eso, los profesionales del sector tenemos una misión: contar nuestra verdad, mostrar lo que somos y lo que aportamos. La minería es esfuerzo, es ciencia, es compromiso… y también es corazón.
También es pertinente y de justicia en este momento, reconocer el brillante trabajo que realizan nuestros funcionarios, un esfuerzo demasiado a menudo insuficientemente valorado, y en ocasiones, sometidos a una injusta presión bajo la que se ven obligados a desempeñar sus responsabilidades. Su profesionalidad, su vocación de servicio y su integridad merecen un reconocimiento público que hoy, por fin, podemos expresar con claridad.
