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Entrevista con tres miembros de la junta directiva del Clúster de Materials Avançats de Catalunya

El material como materia prima para innovar

Esther Güell31/08/2016
El clúster MAV es un clúster de materiales —avanzados— que busca innovaciones aplicables a la producción actual. Las empresas que participan en él, más que tener intereses comunes, los buscan. Este es quizá uno de los factores que más distinguen y diferencian a este clúster. Y para ello comparten capacidades, tal como explican Lluís Raurich, Business Delevopment en Engi-com; José Antonio Calero, R&D Director de Ames; y José Ramón Fernández, Managing Director de Plasgom; presidente y vicepresidentes respectivamente del clúster.
De izq. a dcha...
De izq. a dcha.: José Antonio Calero, R&D Director de Ames; Lluís Raurich, Business Delevopment en Engi-com; y José Ramón Fernández, Managing Director de Plasgom.

¿Qué buscan 33 empresas diferentes en un clúster dedicado a avanzar en el campo de los materiales? Sinergias, sin duda. Y oportunidades. E ideas… Sin ser un lobby ni el defensor del sector, el punto diferenciador de MAV es que todos los que pertenecen al clúster comparten este objetivo: “Aglutinar actores en toda la cadena de valor. Esta es la diferencia respecto otras asociaciones industriales con un mismo foco de interés. En el clúster MAV nos encontramos clientes, proveedores, centros tecnológicos e incluso algunos que, a priori, no tienen que ver pero que en realidad sí pueden estar relacionados”. Y añaden: “Y precisamente encontrar en qué podemos colaborar y qué podemos aportar unos a otros es lo que da valor a este clúster. La diversidad nos da la fortaleza”. Y más teniendo en cuenta que la mayoría de los que forman parte del clúster MAV son empresas B2B, empresas cuyos clientes son otras empresas, que no llegan al consumidor final, con lo que en general cuesta sacar nuevos productos al mercado. Ello hace todavía más importante la heterogeneidad de este clúster. “Un clúster transversal en toda regla”. Y voluntario…. “En él las empresas asociadas buscan mejorar la competitividad pero es una apuesta totalmente opcional, hay que entender que supone horas de inversión en reuniones, encuentros… que no sería posible si no hubiera sintonía entre las personas que lo conforman. En este clúster lo más importante son las personas y la relación que se establece entre ellas y la implicación personal de cada uno. Supone un plus que no sólo es representar a tu compañía. Esto va de confianza”.

En este sentido, los representantes del clúster destacan el papel de ‘impulsores’ de la gente de Acció.

No es sólo sumar

“Yo siempre les explico a mis alumnos —explica José Antonio Calero— que la generación de cualquier interficie supone un aumento de la energía del sistema y por lo tanto en un proceso de solidificación. La formación de un núcleo sólido estable necesita una diferencia de energía mayor que la que la indican los valores termodinámicos. Por tanto, la formación de este conjunto estable de empresas requiere un trabajo mayor que meramente hacer ver a las empresas que juntas somos más fuertes y podemos abordar retos más grandes”.

Cabe decir que el clúster MAV no es el primer clúster transversal puesto en marcha en Cataluña. Otro ejemplo sería el de fotónica: “la Generalitat busca, con este tipo de clústeres, que las empresas trabajen en entornos que no le sean los habituales. Es entonces cuando puedes obtener resultados diferentes”. Y es que tal como señalan los tres, “todas las empresas necesitan buscar nuevos mercados y clientes y el material es la base para avanzar en nuevos productos. Y no nos engañemos, las empresas buscan aumentar su competitividad y las que participan del clúster, también”.

En este sentido, el papel de los centros tecnológicos puede ser una buena ayuda si orientan su trabajo al mercado. “El objetivo hoy de los centros varía según sus propias estrategias pero por lo general sí se enfocan al producto, están centrados en el mercado” aunque se lamentan de que “las universidades todavía no participan cuando precisamente es en la Universidad donde está la base del conocimiento”.

Igualmente echan en falta “clientes potentes de materiales. En Alemania por ejemplo las grandes marcas apoyan el trabajo de los clústeres de materiales y participan. Algo que aquí no tenemos aún en nuestro clúster, probablemente porque somos el clúster más joven, con menos de 2 años de vida”. Por ello en las jornadas de trabajo que realizan regularmente invitan a participar a clientes de referencia para que aporten su visión sobre las necesidades del mercado en cuanto a materiales, aunque admiten que “el objetivo sería que estas empresas entraran a formar parte del clúster”.

Un proceso a fuego lento

Hoy, en el ámbito culinario está ganando terreno la cocina a baja temperatura, una técnica que consiste en cocinar los alimentos a baja intensidad durante períodos lo más largos posibles y obtener, como resultado, sabores más contrastados y texturas más suaves en comparación con los métodos tradicionales.

La introducción de la I+D en el ámbito de los materiales parece seguir la misma filosofía. “Cuesta incorporar la innovación en el día a día pero es una necesidad y, poco a poco, cada empresa la introduce en todos los aspectos posibles”. En la misma línea, si bien admiten que cuesta introducir nuevos materiales —e incluso hay empresas que no están motivadas para trabajar con materiales avanzados— afirman que la mayor parte de las empresas que quieren avanzar en el mercado global al que se enfrentan, deben apostar por ellos y aprovecharse de las ventajas que aportan. Y el beneficio: la facturación total de las empresas que trabajan en el sector de los materiales avanzados es de 11.000 M€. “Existe un importante volumen de negocio potencial relacionado con el desarrollo de materiales avanzados, especialmente aquellos dedicados a sectores como automoción, aeronáutica, packaging, textil, construcción o bienes de equipo”.

En este sentido, es importante señalar el trabajo que realizan desde MAV para identificar nuevas oportunidades, como el estudio de mercado para identificar actores dentro del sector de las nuevas tecnologías, o las reuniones con posibles interlocutores —como el clúster del sector médico—.

Entre los proyectos llevados a cabo hasta el momento se encuentra el desarrollo de materiales ligeros para automoción, nuevas soluciones eficientes para el sector de la construcción, para el packaging, o nuevos materiales para implantes y productos biomédicos.

Materiales futuribles….

En el clúster MAV trabajan en el desarrollo de materiales avanzados —aquél que aporta propiedades mejoradas o superiores a los demás materiales—. La mayoría de ellos entran a formar parte del trabajo de las empresas sin suscitar grandes titulares. No es el caso, sin embargo, de la materia prima para la fabricación aditiva o del grafeno, por citar dos ejemplos. También sobre ellos, y las expectativas que generan, quisimos comentar con los tres representantes del clúster.

Así, mientras que la impresión 3D de materiales plásticos está muy desarrollada, la fabricación aditiva de metal “suscita todavía muchas incógnitas, y también oportunidades, claro”, indican. Por ejemplo, en Cataluña no existen fabricantes de polvo metálico y hoy los propios fabricantes de máquinas son los proveedores del material. Pero es una tecnología muy presente en el clúster y por ello han realizado algún taller práctico, conscientes que les afecta a todos de un modo u otro: “es una tecnología transversal a todos los materiales, resinas, metales, polímeros….”.

Por el momento, sin embargo, parece que los composites continúan ostentando el título de material avanzado por excelencia. Y añaden que “el clúster tiene un segmento de ‘vigilancia’ tecnológica pero está principalmente enfocado al mercado”. Un segmento que está pendiente de las investigaciones que se llevan a cabo pero “siempre enfocado al mercado y la I D para desarrollar nuevos mercados”. Aunque sin perder de vista que las empresas del clúster se enfocan al mercado. Al fin y al cabo, el mayor trabajo de estas empresas se basa en ‘avanzar’ en la colaboración para mejorar procesos y sistemas de fabricación ‘reales’, “creando intereses comunes, formar una plataforma para crear ‘cosas’, poniendo sobre la mesa capacidades técnicas, productivas, comerciales....desde la transversalidad de las empresas que forman el clúster”. Una transversalidad que afirman es un factor positivo: “No hay competencia, o más bien ésta no tiene sentido porque nos centramos más en aquello que nos une que en los que nos pueden separar”. Ya en la misma definición estratégica del clúster se hablaba de materiales metálicos, biocompatibles, naturales, compuestos y procesados, poliméricos, cerámicos, vidrios… todos. “Igual nos dejamos alguno pero lo cierto es que al ponernos en la mesa juntos descubrimos sinergias con empresas con las que, sin esta plataforma, quizá nunca hubiéramos colaborado o hubiera sido muy difícil. Un ejemplo, empresas de productos plásticos o poliméricos con otras de cemento: el resultado ha sido un nuevo cemento con recubrimiento decorativo evitando trabajos posteriores a la instalación del producto.

Oportunidades actuales

Sin entrar mucho en detalle por temas de confidencialidad, los representantes del clúster MAV sí nos avanzaron algunas ‘pinceladas’ de las oportunidades identificadas hoy por el clúster: Materiales ligeros para la automoción, como compuestos, procesados, materiales naturales y materiales metálicos; Nuevas soluciones de eficiencia energética para el sector de la construcción como espumas aislantes, recubrimientos, pinturas reflectantes, materiales de cambio de fase…; Nuevas soluciones para el sector del packaging como envoltorios de proteínas, plásticos derivados de la lignina, compuestos de base polimérica reforzados con celulosa; y un cuarto, nuevos materiales para implantes y otros instrumentos biomédicos, materiales biocompatibles, metálicos, cerámicos, compuestos y procesados…

“Cuatro oportunidades que no sólo implican al clúster de materiales avanzados sino también a otras industrias relacionadas con la reducción del peso de los automóviles, la eficiencia energética en los edificios, el packaging de alimentos desde un punto de vista sostenible…y que suponen procesos lentos y muy transversales”.

Para finalizar, tanto el presidente como los dos vicepresidentes del clúster se mostraron firmes en mantener la línea de internacionalización y los encuentros interclústeres además de incrementar el número de socios y ampliar también los retos posibles tangibles.

Sobre el clúster MAV… y los materiales avanzados

¿Qué aporta a los socios pertenecer a un clúster tan transversal?

Una ‘mirada diferente’ a algunos de los problemas internos relacionados con nuevos horizontes/mercados/innovaciones. “Las experiencias de otros son un bálsamo para los demás y eso no lo tienes si no decides participar en una ‘asociación’ donde uno de los principales ejes de funcionamiento se centra en la relación personal entre sus miembros”. Como punto fuerte permite la complementariedad y la visión multicriterio de un mercado multimaterial global. Como punto débil, requiere de sus participantes esa misma visión, lejos de la autocontemplación.

¿Cuáles son los principales sectores cliente de las empresas que conforman el clúster MAV?

La mayor parte de las empresas responden a un único sector entre los que se encuentran principalmente los de aeronáutica, del automóvil y de la industria química. Casi todas las empresas son B2B sin acceder al consumidor final, lo que complica sobremanera impulsar diseños rompedores teniendo en cuenta la necesidad de aprobación del cliente industrial.

¿Cómo salvan las reticencias de muchas empresas para colaborar con lo que consideran competencia?

Teniendo baja o nula competencia. La competencia es sana pero para desarrollar ideas novedosas no suele ser la mejor opción. Indudablemente, un clúster tan transversal permite disminuir al máximo el nivel de competencia de sus miembros.

¿Se crean sinergias de trabajo entre industrias complementarias?

Esa es la parte que queremos fomentar. Todos hemos desarrollado capacidades propias, puesto que nuestros negocios están compitiendo en un mercado global. Lo fundamental es saber ‘combinar’ dichas ‘capacidades’ en el marco de un ‘objetivo’ ambicioso y para eso estamos trabajando.

¿Qué capacidad tecnológica necesita una empresa para incorporar nuevos materiales a sus procesos de producción?

Más que ‘capacidad tecnológica’ lo que resulta vital es la implicación de la alta dirección. Sin duda el personal es de vital importancia en cualquier reto tecnológico. Además está acompañado habitualmente con una capacidad de inversión, para gestionar nuevas incorporaciones y el inmovilizado adecuado.

¿Qué requisitos debe cumplir un ‘buen material’?

Debe ser capaz de desempeñar la funcionalidad que requiere el cliente al menor coste posible. Esto es lo que los materiales destinados al gran consumo han de cumplir para preservar la competitividad de las empresas.

¿Existe algún material no ha cubierto las expectativas generadas?

Los materiales no decepcionan. Somos nosotros los que habitualmente no construimos nuestras ‘expectativas’ de manera acertada, lo cual debería ser un ‘acicate’ para mejorar profesionalmente en nuestro desempeño.

Imagen

Lluís Raurich, presidente del clúster MAV y responsable de desarrollo de Engi-com, empresa dedicada a la fibra de carbono, a los plásticos reforzados con fibra de carbono para aplicaciones industriales. Entre sus principales clientes se encuentran bienes de equipo: brazos de robot, componentes para máquinas de altas prestaciones, etc.

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José Ramón Fernández, vicepresidente del clúster MAV y director gerente de Plasgom, dedicada al diseño, fabricación y comercialización de compuestos termoplásticos (PVC) y otros materiales poliméricos (PE, PP, EVA, EBA, TPEE) para múltiples aplicaciones y mercados. Con productos destinados a los mercados de la construcción, automoción, de cable (eléctrico y comunicaciones), transporte de fluidos, energía, packaging, etc., hoy están introduciendo nuevos materiales como compuestos termoplásticos, composites, etc.

Imagen

José Antonio Calero, vicepresidente del clúster MAV y director de I+D en Ames, un grupo de empresas que desempeña su función entorno a una tecnología, el procesado pulvimetalúrgico. capaces de fabricar cualquier cosa a partir de polvo (principalmente metálico) existente, trabajando con aceros de baja aleación, hierro, materiales base cobre, níquel, cobalto, materiales base titanio, etc. La pulvimetalurgia convencional es una tecnología flexible y capaz que consiste principalmente en compactar en molde un polvo para después sinterizarlo en una fase posterior y proveer a la pieza de la consistencia y funcionalidad necesaria.

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