ZwickRoell presenta su nuevo equipo Mflow para medir la fluidez de los termoplásticos

Con el objetivo de fortalecer la formación técnica del sector plástico y dar a conocer su última innovación tecnológica, la empresa alemana ZwickRoell celebró el pasado 15 de mayo un desayuno formativo en su sede de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). El evento, centrado en la medición de la fluidez de los termoplásticos, sirvió de escenario para presentar oficialmente el nuevo equipo Mflow, diseñado para determinar el índice de fluidez conforme a los estándares internacionales ISO 1133-1 y 1133-2.

Imma Pascual, directora general de ZwickRoell España, abrió la sesión con una reflexión sobre el compromiso de la compañía con la calidad y la innovación: “Somos una empresa con más de 170 años de historia, con una fuerte tradición familiar que se refleja en nuestra forma de trabajar y en el trato con nuestros clientes. El 95% de nuestros equipos se fabrica en Alemania, lo que nos permite garantizar disponibilidad de recambios y soporte técnico durante al menos una década tras la retirada comercial de cada modelo. Este compromiso con la durabilidad y el servicio posventa es una de nuestras principales señas de identidad”.

El pasado 15 de mayo, la empresa ZwickRoell, referente internacional en equipos de ensayo de materiales, celebró en sus instalaciones de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) una jornada formativa centrada en los ensayos de fluidez en termoplásticos, dirigida a profesionales del sector industrial, laboratorios y centros de I+D.

Imma Pascual, directora general de ZwickRoell España, abrió la sesión con una reflexión sobre el compromiso de la compañía con la calidad y la innovación.

“Nuestra misión es acompañar a las empresas en el camino hacia una producción más eficiente, segura y sostenible. Apostamos por una formación técnica de calidad, basada en la actualización normativa y en el conocimiento práctico”, concluyó Imma Pascual.

La empresa ofreció a los asistentes la posibilidad de participar en ensayos colaborativos con ZwickRoell y se anunciaron los próximos eventos de formación técnica: 'Jornada técnica de ensayos de materiales plásticos' en La Rioja (el 26 de junio), una jornada de ensayos de materiales adhesivos en Reus (Tarragona); 'DF: Ensayos de tracción en elastómeros y materiales de alta elongación ISO37' en septiembre y una jornada en Barcelona (septiembre) en el que presentan el nuevo sistema Alex para la automatización de procesos. Además, se presentó la próxima edición de testXpo, que celebrará su 33.º aniversario del 13 al 16 de octubre de 2025 en Ulm. Este foro internacional de ensayos de materiales se reafirma como un punto de encuentro clave para profesionales del control de calidad, la investigación y el desarrollo. En esta cita ineludible, el Grupo ZwickRoell y numerosos expositores exhibirán más de 200 equipos y soluciones de vanguardia en tecnologías de medición y ensayo, distribuidos en una exposición de más de 3.500 m². Los visitantes podrán descubrir desde máquinas para ensayos estáticos y sistemas de fatiga, hasta durómetros, péndulos de impacto y medidores del índice de fluidez.

Durante la presentación técnica, Daniel Ruso, ingeniero de proyectos de ZwickRoell, explicó los fundamentos del índice de fluidez (MFI) como parámetro esencial en la caracterización de polímeros: “El MFI es una prueba reológica que nos permite determinar cómo fluye un polímero fundido bajo condiciones estandarizadas de temperatura y carga. También es posible determinar la viscosidad ya que más fluido es el material, menor es su viscosidad, magnitudes relacionadas mediante el esfuerzo y velocidad de corte. Aunque no es un ensayo perfecto, sí es imprescindible para controlar la calidad de los materiales plásticos”.

Ruso detalló la evolución normativa en torno a la ISO 1133, con especial atención a los cambios introducidos en 2024 en relación con los materiales reciclados: "Desde 2023, es obligatorio reportar el índice de fluidez en materiales reciclados como PS, PP, PE o PVC. Si vas a vender este tipo de materiales a un fabricante como Volkswagen, por ejemplo, debes proporcionar el MFI del lote. No es opcional. Además, si el cliente lo exige, aunque no lo marque la norma, estás obligado a realizarlo para cumplir los requisitos contractuales”.

Daniel Ruso, ingeniero de proyectos de ZwickRoell, explicó los fundamentos del índice de fluidez (MFI).

Isidoro Soto, también ingeniero de proyectos en ZwickRoell, repasó el contenido práctico de la sesión, que incluyó:

• Fundamentos del ensayo de fluidez en masa (MFR) y volumen (MVR).
• Funcionamiento del Mflow, incluyendo el control de temperatura, presión, densidad del material, y peso aplicado.
• Comparación entre métodos A y B (gravimétrico  y volumétrico) de la norma ISO 1133.
• Aplicaciones prácticas en control de calidad y diseño de moldes.

El nuevo equipo Mflow supone un salto cualitativo respecto a versiones anteriores como el C-Flow. Entre las mejoras técnicas más relevantes destacan:

• Reposicionamiento de la pantalla en una posición elevada para evitar daños por caída de pesos, una mejora basada en experiencias de laboratorio.
• Rediseño de la zona de extrusión, incluyendo un bisel de salida que mejora la caída del extruido y evita desplazamientos indeseados.
• Separación del tapón de retención y sistema de corte, permitiendo trabajar con materiales de alta fluidez sin riesgo de goteo previo.
• Componentes reforzados en el sistema de elevación y estructura modular para facilitar tareas de mantenimiento.
• Automatización de procesos como el corte automático y la limpieza, activados mediante aire comprimido, sin requerir instalaciones industriales complejas.

Presentación del equipo.

Además, se revisaron buenas prácticas de ensayo como:

• Duración máxima de 25 minutos para evitar degradación térmica.
• Control estricto de temperatura con bloqueo automático si se superan tolerancias.
• Acondicionamiento de la muestra (preferentemente granza o polvo seco).
• Protocolo de limpieza térmica (“burnout”) cada 15 días o al cambiar de polímero, mediante pirólisis a 450 °C.

Se abordaron también aspectos normativos más específicos:  “Aunque la ISO 1133 es la norma base, cada polímero tiene su propia especificación técnica, sobre todo en lo relativo a temperatura, peso y acondicionamiento. Por ejemplo, el policarbonato es muy sensible a la humedad y debe secarse previamente”, explicó Ruso. “En estos casos, consultar la norma específica del material es clave para garantizar resultados fiables”.

Foto con el equipo de Zwick Roell y los asistentes de las empressas iVascular, Westlake, Volkswagen Navarra, Marelli, B'ZEOS e IQS Barcelona.
 

Como cierre del encuentro, los responsables de ZwickRoell destacaron las principales conclusiones técnicas abordadas durante la sesión, subrayando el papel central que desempeña el ensayo de fluidez en el control y la caracterización de los polímeros termoplásticos.

En primer lugar, se recordó que la norma de referencia para estos ensayos es la ISO 1133-1, siendo la parte 2 aplicable a materiales sensibles a la humedad, como la PA o el PC, que requieren un tratamiento previo de secado. La prueba de índice de fluidez (MFI) fue descrita como una técnica rápida, fiable y económica, utilizada de forma generalizada en toda la industria plástica, desde fabricantes de materias primas hasta transformadores y centros de I+D.

El MFI constituye un parámetro esencial para describir el comportamiento de los termoplásticos, ya que permite relacionar directamente la fluidez con propiedades como el peso molecular y la viscosidad del polímero. No obstante, los expertos advirtieron que, aunque es muy útil, el MFI también presenta ciertas limitaciones, especialmente si se utiliza de forma aislada, sin un análisis complementario de otras propiedades mecánicas o térmicas.

Entre las principales aplicaciones del ensayo destacan:

• Control de calidad de materias primas.
• Caracterización de materiales reciclados o aditivados.
• Diseño y optimización de procesos de extrusión e inyección.
• Verificación de lotes en operaciones de compounding.

Además, se abordó la influencia del operario como factor crítico en la repetibilidad de los resultados, subrayando la importancia de la automatización (como ofrece el nuevo equipo Mflow) para reducir la variabilidad. En cuanto a los métodos normativos, se explicaron las diferencias entre el método A (másico) y el método B (volumétrico), siendo ambos válidos pero aplicables en contextos distintos según el tipo de material y los objetivos del ensayo.

Finalmente, se recordó que en algunos casos, como los materiales reciclados, la realización del ensayo MFI no es opcional, sino obligatoria por normativa, lo que refuerza su papel como herramienta clave para la trazabilidad y homologación de polímeros en un mercado cada vez más orientado a la sostenibilidad y la circularidad.