Rossignol, vendida por 100 millones de euros
Se acabo el culebrón. El Grupo Quiksilver anunció el pasado miércoles 26 de agosto la venta de Rossignol (y sus otras marcas de material duro de nieve: Dynastar, Look y Lange) a la sociedad Chartreuse & Mont Blanc, dirigida por Bruno Cercley, antiguo CEO de Rossignol. El valor de la operación rondaría los 100 millones de euros: 75 al contado y 25 en acciones de las cuatro marcas adquiridas. Después de más de dos años de rumores, la venta de Rossignol confirma la intención del grupo Quiksilver de enfocar sus estrategias en sus marcas Quiksilver, Roxy y DC y no arriesgarse con un segmento 'demasiado expuesto a las condiciones meteorológicas'. Las malas condiciones de nieve de los últimos dos años, que han causado perdidas considerables a los proveedores del segmento de deportes de nieve han sido un argumento definitivo para convencer al grupo australiano de la necesidad de vender una marca por la que hace apenas tres años pagó 240 millones de euros. El principal objetivo de los nuevos propietarios es recuperar a corto plazo el comportamiento positivo de la marca, alcanzando crecimientos de entre el 5% y el 10% a partir del segundo años. Para ello ya se ha anunciado que se llevarán a cabo recortes de costes en todos los niveles, desde la fabricación hasta la logística y el marketing, aunque se ha insistido que ello no afectará necesariamente a las fábricas que la marca tiene en Francia y España.