Peluquería canina: protocolos de seguridad, manejo y confort
Tanto mesas como bañeras deben permitir poder trabajar con animales de distintos tamaños. Si pretendemos “hacer” perros grandes, es mejor que bajen hasta el suelo para evitar que los animales salten desde cierta altura. En la imagen, Juan Martínez, peluquero y criador.
Contrariamente a lo que ocurre en la peluquería humana, el abanico de diferencias que presentan nuestros clientes es verdaderamente amplio, y no me refiero exclusivamente a la variedad de tipos de mantos que trabajamos sino al extraordinario margen entre tamaños y edades, principalmente, y también en lo que se refiere a matices psicológicos. Y es esta variedad la que no solo enriquece nuestra profesión, sino también y por supuesto la que tenemos que tener en cuenta a la hora de trabajar.
Y es que el tamaño, en el mundo del perro, sí importa, y de ahí que las instalaciones deban estar preparadas si pretendemos abarcar todas las opciones: mesas y bañeras deben contar con suficiente capacidad y estabilidad si queremos trabajar con animales grandes, siendo además aconsejable que, para facilitar su entrada, puedan bajarse hasta el suelo, lo que no solo nos ayudará a nosotros sino que también les dará confianza a ellos. Para tratar con los más pequeños, estos elementos deberán poderse subir hasta una altura razonable, lo que nos situará en una posición más cómoda, a unos y a otros. Hay que recordar que los perros son extremadamente sensitivos, y nuestra incomodidad y estrés son fácilmente detectables por ellos.
Junto a mesas y bañeras están, por supuesto, los métodos de sujeción, que deberán adaptarse para poder sujetar a los perros de manera cómoda y segura por su propio bien. Será importante contar con elementos de sujeción adaptados a cada perro; en el mercado existen multitud de sistemas para esto.
Los métodos de sujeción deben ser confortables para el animal y evitar que puedan provocarle cualquier daño o rozadura.
Por lo tanto, los brazos para las mesas deberán ser también regulables en altura y adaptarse a la medida del cuerpo de cada perro. Pero además de eficaces en sujeción, también es importante que sean confortables y seguros para evitar que los roces puedan lastimar a los perros.
Sobre este tema me gustaría añadir que se debería evitar el uso de métodos de sujeción no fabricados para este fin para evitar desagradables accidentes.
Como todo profesional ya sabe, es importante recalcar que los perros bajo ningún concepto se deberían dejar atados en las mesas sin vigilancia ya que un descuido, por pequeño que nos pueda parecer, podría desembocar en una tragedia. Tampoco considero que se deba trabajar con perros sueltos sobre mesas o bañeras ya que las caídas desde una cierta altura también son peligrosas.
Mesas y bañeras deben contar, además, con materiales antideslizantes para que los perros se sientan seguros y no resbalen por la superficie.
Ya abordamos, en el artículo anterior, la distribución ideal de las instalaciones para una labor óptima de los profesionales, y sobre este tema también debemos tener en cuenta a los animales si queremos desarrollar nuestro trabajo de forma eficiente y sin estrés. Así, hay que tener en cuenta que, a lo largo de la jornada, serán varios los perros que nos visiten y, por tanto, una buena organización durante su estancia no sólo nos va a facilitar el trabajo sino que también garantizará que sea segura y confortable.
Los sistemas de contención deben limpiarse y desinfectarse después de cada uso. Es más prudente no juntar animales de distintos propietarios si estos coinciden al mismo tiempo.
Sobre este tema debemos tener en consideración el número de perros con los que pretendemos trabajar a diario y si más de un animal coincidirá durante su estancia en nuestro local. Si así fuese, sería necesario contar, además, con sistemas de contención que deberían mantener a los animales separados entre ellos. En la opción de los boxes, deberían limpiarse y desinfectarse no sólo entre su uso por perros distintos, sino también antes de devolver a los mismos una vez limpios y terminados al box donde antes estuvieron sucios. Estas estancias deben instalarse en un lugar vigilado y, por supuesto, ser de un material de fácil limpieza para mantener a los animales seguros y tranquilos, y apartados de cambios de temperatura y humedad.
Bajo mi punto de vista, los perros que nos son entregados no deberían tener contacto con otros perros debido al anteriormente mencionado abanico de tamaños, edades y conductas diferentes.
Sobre la distribución de las mesas de corte, debemos tener en cuenta que, una vez posicionado el animal sobre estas, su tendencia natural será permanecer girado en dirección a la entrada de la estancia, algo de lo que no debemos olvidarnos cuando pensemos en la distribución de nuestro local. Así, lo más indicado sería colocar las mesas en esta dirección para evitar tener que estar girando al animal durante su tiempo de arreglo.
Podemos ayudar a los perros ”reactivos” protegiéndoles de los ruidos de secadores para evitar el estrés que este pueda provocarles.
Pasando a otro tema, el control de la temperatura y de la humedad de nuestras instalaciones no sólo es un factor que va a influir en el personal —como os contaba en el artículo anterior— sino también en los animales, por lo que, nuevamente, los sistemas de climatización y ventilación se harán indispensables.
También es recomendable un control de la temperatura del agua de las duchas para evitar enfriamientos y calentamientos, por lo que contar con grifos con control de temperatura (prácticos y rentables para evitar el malgaste de agua caliente) aportarán un plus de seguridad al controlar con exactitud la temperatura del agua.
Debemos mantener un control constante de la temperatura del agua durante el proceso del baño, así como mantener una temperatura confortable durante la estancia de los perros en nuestra peluquería.
Espero con ambos artículos haber aportado ideas para todos los que, como yo, estáis en continua evolución para buscar unas instalaciones lo más ideales posibles para vosotros y para los perros, que son el motor de esta profesión.
