“No me parece una ley modelo de la que otros países con legislaciones más avanzadas deban copiarse”
Entrevista a Nuria Máximo, directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos
La reciente aprobación de Ley de Bienestar Animal ha tejido una gran cantidad de comentarios. No obstante tener por objetivo la máxima protección de los animales, sobre todo de los considerados de compañía, ha generado controversia por algunos de sus artículos y por varias excepciones que contempla por considerarse, para muchos, incomprensibles. Hablamos con Nuria Máximo, directora la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos y doctora en Terapia Ocupacional, sobre la opinión que le merece esta nueva (y polémica) legislación.
¿Qué pretende la Ley de Bienestar Animal, a modo general?
El concepto legal de los animales ha cambiado. ¿Qué opina sobre su inclusión como seres sintientes?
Considero que la Ley no solo recoge el sentir de muchas personas que así lo creemos, si no que se pone a la altura, por fin, de la Declaración de Cambridge (7 julio de 2012), que supuso un hito histórico en la relación de los humanos con la naturaleza. Las leyes siempre avanzan más despacio que la ciencia pero, en este caso, considero que el tiempo que ha transcurrido ha sido excesivo. Aunque incluir esta modificación fue un paso muy importante, creo que no ha calado en el desarrollo de la ley (por todas las exclusiones, y no solo por los perros de caza) ni en la última modificación del Código Penal. Si en realidad asumiéramos lo que realmente significa que los animales tienen capacidad para sentir, no permitiríamos que ciertos delitos quedaran impunes o fueran tan baratos.
En varias comunidades autónomas todavía no es obligatorio chipar a los animales, lo que no ayuda a su regularización. ¿Cuál es su opinión sobre la creación de un registro nacional de mascotas? ¿Cree que es una medida importante para su control?
Un registro general en todo el país y para todos los animales de familia es un buen punto de partida para poder mejorar la trazabilidad de cada individuo y dificultar el abandono. Además, mejorará el proceso de búsqueda de animales extraviados cuando esto se produzca o haya un cambio de comunidad. Es una medida importante, aunque también lo sería un registro nacional de maltratadores, que esta ley no contempla.
¿Cree que puede ayudar en términos de cría y venta ilegal de animales?
La venta de animales quedará prohibida entre particulares y deberá de hacerse por vía de un criador/a debidamente registrado. Creo que es una forma de controlar la cría y la venta irregular de cachorros que tantos problemas genera pero no sé si será eficiente porque (esta medida) necesitará de controles para que realmente produzca el efecto que la ley desea. Por otro lado, el haber incluido excepciones permitirá que, tal y como nos indican las estadísticas, una de las actividades que más abandono y maltrato genera, pueda seguir haciéndolo. Me estoy refiriendo a la actividad de la caza. Resulta cuanto menos paradójico que criadores que se esfuerzan por el bienestar de los animales tengan muchas más barreras y dificultades burocráticas para seguir desempeñando su actividad y que los cazadores puedan seguir haciendo lo que consideren oportuno sin ningún control (ya veremos el reglamento especial que han prometido que se hará si se convierte en una realidad).
Entonces, los perros de caza deberian tener una consideración especial...
Sí, deberían tener una especial consideración y seguimiento puesto que, año tras año, este sector demuestra que no cuida (en términos generales) de estos perros. El cazador que acude con su perro a cazar, como un compañero, no debería tener problemas en estar en un registro, en darse de alta si quiere criar o en acudir al veterinario si su perro está enfermo o ha sufrido algún percance durante la actividad. Excluir a estos perros es abrir una puerta al libre albedrío y, hacerlo en un sector con las más altas cifras de maltrato y abandono, ya sabemos lo que provocará. Además, generará ciudadanos de primera y de segunda: el tutor de un galgo que sea un perro de familia tendrá una serie de responsabilidades y obligaciones que no tendrá otra persona que use a un perro de la misma raza para cazar, y eso no tiene sentido. Ambos animales tienen las mismas necesidades etológicas y ambos ciudadanos deberían tener las mismas obligaciones, ¿o no somos todos iguales ante la ley?
¿Cómo ve la implementación de esta ley, en la práctica? ¿Cree que habrá suficientes recursos para su cumplimiento?
Para que esta ley realmente funcione hacen falta dos elementos fundamentales. El primero es dotación económica: la labor inspectora es muy importante y para ello se debe contar con recursos humanos y económicos y, el segundo, la formación entre colectivos relevantes (FFCCS, jueces, abogados, protectoras…) y divulgación entre la población.
El diseño de esta ley ha tenido tanto ruido mediático y tantos bulos que la gente ya no sabe qué es lo que finalmente se ha aprobado y, lo que es más importante, hasta qué punto les afecta. Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de las legislaciones de bienestar animal de las comunidades autónomas entran en controversia con algunos elementos de esta ley y esto es un tema que se tendrá que aclarar. Por mi parte, preveo que será fuente de conflictos donde los que perderán serán, como siempre, los animales no humanos.
¿Qué información se incluirá en el nuevo DNI? ¿Cómo se diferenciará del actual sistema de identificación?
No existirá un DNI animal como tal, lo que si será obligatorio es el registro de todos los animales de compañía (así los nombra la ley). Tal y como dice, “en este registro se incluirán los datos identificativos y sanitarios del animal, si realizan actividades asociadas a actividades humanas, como la actividad cinegética, empleo por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad o actividad de pastoreo, junto con los datos identificativos de la persona propietaria o responsable”. Esto ya es así en muchas comunidades autónomas, ahora se tratará de hacerlo en todas, compartiendo la información en todo el territorio nacional. Resulta incongruente que se deba indicar si el animal se asocia a alguna actividad humana cuando la ley les excluye en las disposiciones generales del Título Preliminar.
¿De qué manera ayudará en materia de abandono, pérdida y maltrato animal?
La comunicación institucional es clave para la prevención del abandono y la violencia generada contra los animales pero de nada sirve si no se forma a las personas que deben hacerlo. Falta mucha pedagogía en la importancia de la prevención y de la persecución del maltrato animal, y solo se ve en términos del efecto que tiene a nivel humano.
Los animales no pueden defenderse. Son víctimas especiales porque no pueden buscar ayuda siendo, a su vez, dependientes de su tutela humana durante toda su vida. Aquellos que velan por la seguridad y porque se cumpla la ley deberían perseguir este delito con el mismo nivel de implicación que cualquiera que se produzca frente a este tipo de víctimas y no depender del interés a nivel individual. Para eso también hacen falta medios.
¿Qué opina sobre la prohibición de los espectáculos circenses con animales en esta nueva ley?
Parafraseando a Alice Walker, los animales no humanos no existen en el mundo para nuestros intereses, pero que esos intereses sean puramente económicos, por un lado, y de ocio y diversión por otro, lo hace despreciable. Sobre todo, porque estos animales son maltratados desde el momento en que se les mantiene en cautiverio y se les enseñan conductas que nada tienen que ver con sus intereses naturales, con métodos aversivos, dolorosos y crueles. Lo que es triste es que esta ley no haya sido capaz de incluir a todos los animales y permita que aquellos que no son silvestres sí que puedan ser utilizados en este tipo de espectáculos. Es sorprendente cuando varias leyes autonómicas ya prohíben el uso de cualquier animal en este tipo de actividad.
Es usted doctora en Terapia Ocupacional. ¿De qué forma ayudan los animales a las personas en momentos puntuales de vulnerabilidad? ¿Afecta esta ley a los animales de terapia?
Las intervenciones asistidas con animales no dejan de crecer y necesitan de una ley que proteja tanto a los animales como a las personas que participan como usuarios.
Los perros, los caballos y otros animales generan en los humanos emociones positivas, confianza, seguridad, amor… Ellos nunca nos juzgan, les da igual nuestra situación económica o nuestro cuerpo. Nos dan cariño incondicional y son capaces de generar en nosotros una relación tan especial que solo la comprenden aquellos que realmente se han vinculado de verdad con ellos. Son todos estos elementos los que influyen en el desarrollo de las intervenciones asistidas con animales (IAA), entre las que se incluyen las terapias. Las personas en situación de vulnerabilidad, ya sea social, física o emocional pueden, participando en este tipo de intervenciones, superar sus dificultades o sentirse con la motivación suficiente para hacerlo. Pero el peso o la responsabilidad de las intervenciones no está en los animales si no en las personas que dirigen las intervenciones para que así sean.
Esta ley afecta a los animales de IAA desde el momento en el que se les excluye. Es decir, les afecta porque les deja fuera de toda protección, algo incomprensible. La nueva ley suponía una oportunidad de mínimos para conocer cuántas personas se dedican a este sector, cuántos animales, en qué zonas... y para que se tuvieran que cumplir algunos requisitos sobre bienestar para su selección, cría y educación y, de nuevo, una oportunidad perdida, otra puerta abierta al maltrato animal. Las intervenciones asistidas con animales no dejan de crecer y necesitan de una ley que proteja tanto a los animales como a las personas que participan como usuarios.
¿Cuál es el papel de la sociedad en la protección de los animales y en la promoción del bienestar animal?
La sociedad tiene un papel muy relevante en cuanto a convertirlo en una prioridad. Cuando los/as políticos perciban que es una prioridad para la sociedad, lo incluirán como algo importante dentro de sus agendas.
Por otro lado, a nivel individual y desde la responsabilidad de cada uno, tomamos decisiones que implican a los animales: desde la cesta de la compra, el cuidado de mascotas o la selección de actividades de ocio hasta, por supuesto, a quién votamos. No hay que olvidar la importancia de denunciar cada caso de maltrato animal que veamos a nuestro alrededor, exigiendo que se persiga a los maltratadores. Y no me estoy refiriendo a las redes sociales.
¿Cree que esta ley va lo suficientemente lejos en cuanto a la protección y a la regularización de los animales, o se necesitarán más medidas?
Esta ley se queda muy corta. Deja muchos animales desprotegidos y hace excepciones incomprensibles dentro de la misma especie. Una vez que la mayoría de congresistas se pusieron de acuerdo sobre la capacidad de sentir de los animales, llegado el momento de cristalizarlo en una ley de protección y bienestar, se ha hecho añicos. Pero que además algunas de las modificaciones y recortes más importantes hayan procedido de uno de los partidos procedentes del Gobierno (habiéndolo aprobado en un Consejo de Ministros), es inaudito.
¿Cree que esta medida podría ser adoptada en otros países y tener un impacto en la protección animal?
No creo, no me parece una ley modelo de la que otros países con legislaciones más avanzadas deban copiarse. La enmienda del PSOE a la ley que su propio gobierno aprobó fue dinamitar la línea de flotación de la Ley de Bienestar Animal. Esta ley, que nació encorsetada por su destino (solo animales de compañía), para que pudiera ser aprobada por una amplia mayoría, ambiciosa y acorde a lo legislado en Europa en materia de protección animal, es recortada por una enmienda que deja fuera a los animales que más protección necesitan: los perros empleados por los cazadores y todos los animales empleados para el trabajo (incluidos los de intervención asistida con animales). No hay argumento científico, ni por supuesto ético, que sostenga esta excepcionalidad.
