La preparación y el manejo del manto del caniche

El caniche es, por excelencia, la raza de moda en la actualidad. Y es que muchos son los motivos por los cuales este perro es tan reconocido: la variedad de tamaños, sus colores y su pelo agradable que no se cae, la infinidad de estilismos que puede llevar o su carácter alegre, pizpireto, juguetón e inteligente, enamoran a cualquiera.

Patricia Campos, estilista canina.

El mantenimiento del pelo del caniche es muy importante; le protege la piel, le aporta su aspecto inconfundible y le hace estar saludable. El mantenimiento de cada ejemplar irá en función de su estilo de vida y de las funciones que vaya a desempeñar: no será igual para un perro familiar que para un caniche de exposición, ni si quiera será exactamente el mismo según el tipo de pelo, en cuanto a densidad, color y textura.

Según su estándar, la Fédération Cynologique Internationale dice textualmente que hay caniches de dos tipos:

• Caniche de pelo ensortijado: pelo abundante, de textura fina, lanosa, bien rizado; elástico y resistente a la presión de la mano. Debe ser denso, bien abundante y de longitud uniforme, formando bucles regulares.
• Caniche de pelo en forma de mechones: pelo abundante, de textura fina, lanosa y apretada. Forma cuerdecillas características que deben medir, por lo menos, 20 centímetros.

Lo más común es encontrarlos con rizo. La preparación es muy especifica y, para lograr ciertos acabados y arreglos, el pelo se trabaja para estirarlo y poder cortarlo, consiguiendo un “finish” espectacular.

Según la textura, la densidad y el color, tendremos necesidades más específicas:

En cuanto a las texturas, habrá tantas como caniches. La ideal sería un pelo crespo, con alguno más duro, entre medias, que aportase volumen y menos frecuencia de nudos. Los mantos muy finos, casi lacios y algodonosos, por contra, son más difíciles de manejar y mantener sin nudos, por lo que necesitarán cuidados más rutinarios de baños, hidratación y mantenimiento.

La densidad, sumada a la textura, da diferentes acabados; a más densidad, el perro se verá con más volumen y más lleno y, a menos densidad, con menos volumen y más caído o transparente.

El color también marcará la diferencia. Es más, la textura y la densidad suelen ir acompañadas del color y del tamaño del caniche. Por ejemplo, en los Gigantes, el blanco y el negro gozarán de una mejor calidad del pelo, y en los Toys o Enanos, los apricot suelen tener peor calidad que los rojos. Por supuesto, esto no es matemático; la genética y las líneas de sangre marcarán siempre la diferencia.

Con el tiempo, los colores se diluyen. Lo normal es que los cachorros tengan un color muy intenso, y que se vaya perdiendo con la edad. En sí, todos los colores tienen sus peculiaridades y dificultades para mantenerse intactos. Los blancos pueden amarillear u oxidarse por zonas. El resto también, aunque en los colores claros es más perceptible. Lo mismo pasa con el negro.

“Para acabados lisos y estirados desde raíz, habrá que cepillar desde la piel hacia la punta del pelo, estirándolo, y con una temperatura de aire lo suficientemente caliente”.

En general, el pelo del caniche ha de bañarse cada una o dos semanas, según su tipo de pelo y tamaño. A forma de mantenimiento, lo recomendable es usar un champú hidrante junto a una buena mascarilla de proteína o de Keratina, priorizando mantener bien cerrada y sellada la cutícula del pelo para evitar los nudos entre baños. Hay que dejar actuar los productos según indique el fabricante.

La aplicación del champú debe de hacerse sin masajear en exceso, evitando hacer círculos para no crear nudos durante el proceso de baño. Con dos manos de producto, si se hace con la frecuencia anteriormente indicada, será más que suficiente. La primera servirá para limpiar y la segunda se dejará actuar. Posteriormente, se procederá al aclarado, siempre con el agua calentita, a una temperatura agradable para el perro, según la época del año. Después de la mascarilla, se secará un poco, presionando con una toalla, preferiblemente con una bayeta súper absorbente, presionando suavemente sin frotar. Finalmente, llega el proceso de secado. Este momento es importante para obtener el mejor resultado y, para no molestar al perro, se comenzará por detrás, por la zona de la grupa, y se seguirá avanzando, lentamente.

Si el pelo tuviese poca densidad y volumen, y en el día del baño también se procediese a una sesión de corte, lo ideal sería utilizar un champú vitalizante que aportase volumen y poner, a lo sumo, un acondicionador en bifásico que diese la hidratación justa. En ocasiones, las espumas o los voluminizadores también podrían resultar de ayuda. Esto quedará a la elección del profesional.

El secado, en estos casos, será de vital importancia, realizándose con el aire en sentido ascendente y cepillando cuidadosamente, desde abajo hacia arriba, y de mechón en mechón. La temperatura del aire ha de tenerse muy en cuenta, y ha de mantenerse especial cuidado con la piel. Para acabados muy lisos y estirados desde raíz, habrá que cepillar desde la piel hacia la punta del pelo, lentamente, estirándolo y con una temperatura de aire más caliente.

También se puede optar por una tendencia más natural: después de eliminar los apelmazamientos o los nudos, si los hubiera, se realizaría un secado, desde lejos y sin cepillar, para un acabado de rizos.

“La elección del utillaje a emplear, en los perros de exposición de belleza o de competición, tendrá que ser más específica, igual que su frecuencia de baños, que se reducirá”.

En perros de exposición de belleza o de campeonatos de peluquería, además, se ha de prestar mucha atención en la selección del utillaje que se va a emplear, pues tiene que ser mas específica. Por ejemplo, en la zona del topknot, se ha de usar un cepillo de mantequilla para conservar el pelo sin romperlo. La frecuencia de baños puede llegar a ser incluso de dos baños semanales, para mantener el manto en las mejores condiciones, evitando los nudos y mejorando el manejo con el perro. Lo ideal es poner y quitar coletas o paquetes, como mínimo, una vez a la semana.

En todos los casos hay que contar con el período de muda de esta raza. Suele ser en torno al año de vida de los perros y suele durar varios meses. En estos momentos, se ha de incrementar la frecuencia del aseo y procurar mantenerlos cortos.