Entrevista a Oriol Comas, experto en juegos de mesa y director de Dau Barcelona

Muy bien. Estoy seguro que el Dau quedará en buenas manos, y siempre es bueno que haya cambios en la dirección de eventos culturales como el Dau. De hecho, yo me he implicado mucho en el festival Dau Barcelona, pero pertenece al Ayuntamiento de Barcelona, que es quien lo creó, quien lo organiza y quien lo financia en su práctica totalidad cada año.

Es muy sencillo. Acabo de cumplir 65 años y me toca jubilarme. Mi compañera también está jubilada y tenemos ganas de vivir a otro ritmo, de leer mucho, de pasar tiempo con los amigos, de viajar. Profesionalmente, dejo de dirigir festivales, pero no abandono el mundo del juego, continuaré jugando. Ahora mismo acabo de publicar en Francia el primer volumen del libro ‘Un monde de jeux’, y ya estoy escribiendo el segundo.

Es feo decirlo, pero estoy convencido que este Dau Deu ha sido el mejor de todos. Por supuesto, la alegría de ver que más de tres mil personas vinieron al primer Dau, en diciembre de 2012, organizado en poco tiempo y poco presupuesto, es difícil de superar. Pero sí, la última edición ha contado con seis Dau diferentes: a los cuatro que ya hacíamos (‘Gran Dau’, juego de mesa familiar; ‘Dauet’, juego de mesa infantil; ‘Dau tradicional’, juego de calle de siempre; ‘Dau històric’, dedicado exclusivamente a los juegos de simulación histórica), hemos añadido ‘Daus de rol’, dedicado a esta vertiente tan importante de los juegos de mesa, y ‘Dau dels autors’, en el que hemos invitado 32 autores catalanes y españoles, tratados como estrellas.

Dau Barcelona es un festival que pone todo el foco en los autores de los juegos: invitamos a autores de primera línea internacional, celebramos los Premios Dau Barcelona para homenajear a los mejores autores del año y, desde esta décima edición, destacamos expresamente la creatividad y el talento de los autores locales.

En relación a los grandes festivales de juegos de Estados Unidos, Dau es un festival que se dirige a las familias, y no exclusivamente a los jugadores.

Y en relación a los grandes festivales de juegos de Europa, Dau se distingue por poner el acento, sobre todo, en el acto de jugar y de aprender juegos, más que en el aspecto económico. En Dau no hay stands de venta de juegos, hay mesas en las que las editoriales de juegos enseñan sus mejores juegos.

Todo esto es posible porque Dau Barcelona es un festival público y gratuito, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona. Y es posible porque el juego se trata como un hecho cultural. Y ahora que se reivindica tanto en las redes sociales que el juego de mesa es cultura, tiene todo el sentido remarcarlo.

Como último elemento diferenciador, Dau Barcelona es un festival de ciudad, no queda, como la mayoría de festivales, reducido a dos o tres días y dentro de un pabellón ferial. Dau Barcelona quiere ser el paraguas donde se resguarde todo el juego de la ciudad. De esta concepción nacen dos programas muy importantes del festival, que llevamos a cabo desde la primera edición: ‘Les ecoles Dau’, en el que invitamos a niños y niñas de 5º y 6º de primaria de las escuelas de Sant Andreu, barrio en el que se celebra el festival, a un mini Dau solo para ellos, y el ‘Dau als barris’, una decena de sesiones de presentación del festival en diez centros cívicos de la ciudad. Desde hace unos años, además, en colaboración con el Consorcio de Educación de Barcelona, organizamos un curso oficial sobre utilización del juego en las aulas para profesores de primaria y secundaria.

Ciertamente, los juegos de mesa son el corazón de Dau Barcelona. De hecho, el festival empezó como un festival de juegos de mesa contemporáneos. Rápidamente entendimos, sin embargo, que tenía que ser el festival de todos los juegos, salvo los videojuegos, que ya tienen sus propios canales de penetración social. Por eso ahora Dau Barcelona son seis Dau, cada uno con su especialización, manteniendo esta posición líder para los juegos de mesa.

Los jugadores cuando dicen “volvemos a jugar”. Por fortuna hay juegos de mesa de todo tipo, para toda clase de públicos. Más allá de la originalidad y de la parte narrativa, más allá de las ilustraciones, un buen juego de mesa es el juego que quieres repetir. Y eso es diferente para cada persona, también por fortuna.

Para mí es muy fácil de explicar. La pandemia nos ha obligado a estar juntos muchas horas y todos hemos entendido que teníamos que aprovecharlo para hacer cosas juntos. No hay demasiadas cosas mejores que un juego de mesa para pasar un buen rato juntos.

La humanidad hace casi cinco mil años que jugamos a juegos de mesa parecidos a los de hoy en día. Nunca hemos dejado de hacerlo. Si le añadimos que estamos viviendo la mejor época de la historia por lo que respecta a los juegos de mesa, está claro que les espera un futuro inmejorable. Además, la presencia cada vez más abrumadora de las pantallas nos lleva a buscar espacios en los que desarrollar actividades cara a cara, es casi una necesidad.

Entre las muchas tendencias que, como en todos lados, hay en los juegos de mesa, destacaría una que va cogiendo cada vez más importancia: los juegos cooperativos en los que todos los jugadores juegan juntos, y todos pierden o todos ganan. ¿Contra quién juegan? Contra determinados mecanismos de las reglas que mueven un adversario ficticio, pero real. Los juegos de rol han ido siempre en esta línea, pero ahora existen juegos que son auténticos ‘Escape Rooms’ en una caja, o juegos de deducción o juegos de gestión, siempre con este componente de juego colectivo.

Siempre me gusta ofrecer este pequeño consejo: si juegas cada día un poco, vivirás más y mejor, es decir, serás más feliz.