José Ortega Ortega, Presidente de FENAGE

Las posibilidades que tiene un gestor energético de ser un motor de actividad pueden verse mermadas si empezamos a desvirtuar la profesionalidad

José Ortega es ingeniero en Edificación, consultor inmobiliario, asesor financiero y de inversión, diplomado en Derecho Tributario y Asesoría Fiscal Internacional y gestor energético, con un itinerario profesional especializado en la gestión empresarial para diferentes sectores. Estudioso de la mejora en soluciones sostenibles, eficientes y relacionadas con la bioclimática y el medio ambiente, Ortega preside la Asociación Profesional Andaluza de Gestores Energéticos (FENAGE), creada recientemente para divulgar y promover la figura profesional del gestor energético.

Pregunta: Recientemente se ha constituido la Federación Nacional de Gestores Energéticos, (FENAGE). ¿Cuál ha sido el motivo?

Respuesta: La necesidad de divulgar y promover la figura “profesional” del gestor energético y la necesidad de lanzar al consumidor las ventajas que puede suponer gestionar eficazmente y con calidad el consumo y coste energético y la necesidad de regular el sector energético nacional.

Si queremos que se desarrolle una verdadera transformación energética con todo lo que ello puede suponer para la competitividad de nuestras empresas y negocios, debemos tener a ambos lados de la mesa profesionales que propongan soluciones coherentes y que tengan la capacidad de gestionarlas posteriormente y responsables que entiendan que las medidas urgentes, recomendadas o forzadas no suelen ser las más idóneas. Tenemos que poner a ambos lados de la mesa una demanda y una oferta que hablen el mismo idioma.

P.: La figura del gestor energético no está bien definida en nuestro país ¿Cuáles son realmente las competencias de este colectivo?

R.: Las principales competencias son las de gestionar todo lo relacionado con la energía, desde donde se compra hasta como se consume. Eso que suena tan fácil se convierte en verdaderamente complejo cuando lo pasamos al mercado actual, donde existen multitud de aplicaciones, de procesos, de soluciones técnicas, de comportamientos humanos y de necesidades. La figura del gestor energético es transversal, es decir se relaciona con muchos y diversos ámbitos por ello sus competencias pueden variar en función a la relevancia de la energía en los procesos o acciones.

Deben existir en el mercado energético dos variables de gestor, el externo que ayuda a la empresa a tomar decisiones sobre la energía y el interno, que vigila y controla en comportamiento de la energía y su repercusión en el negocio.

Lo que está claro, es que la repercusión de la energía es elevada y la reducción o control de sus costes puede suponer la viabilidad de muchos negocios.

P.: ¿Existe formación específica para acreditarse como gestor energético?

R.: Está siendo un proceso complejo. Existen diversas formaciones aunque no como para justificar una acreditación tangible y válida para todos los sectores. La comentada transversalidad, hace que no sean los mismos contenidos formativos los necesarios para un especialista en edificación que para un responsable de planta industrial.

Existen diferentes universidades, centros, escuelas y entidades que están sacando contenidos, pero lo que falta realmente es una regulación que hable de conocimientos, experiencias y capacidades.

Para nosotros desde FENAGE, apostamos por compendio de todos estos valores. Deben tener la misma importancia los conocimientos teóricos que las experiencias prácticas. Lo que no podemos permitir es que se vuelva a crear una figura que no tenga o aporte valor al mercado.

Las posibilidades que tiene un gestor energético de ser un motor de actividad pueden verse mermadas si empezamos a desvirtuar la “profesionalidad”.

P.: ¿Qué asociaciones forman parte de la federación? ¿Existen más asociaciones específicas para este colectivo? Si es así, ¿qué perspectivas tienen de ir sumándolas a FENAGE?

R.: Actualmente la federación la componen ya seis asociaciones autonómicas, aunque los ritmos de trabajo son diferentes, lógicamente. Esta Federación nació por el impulso de la andaluza, la vasca y la madrileña que ya venían trabajando de manera paralela desde hace varios años y como pura necesidad del mercado nos vimos en la necesidad de compartir experiencias y recursos.

Cada asociación gestiona sus socios y son numerosas las llamadas y peticiones que recibimos tanto para solicitar información como para colaborar.

P.: ¿El mercado español es consciente de la figura del gestor energético y los beneficios que puede ofrecer su labor a la hora de lograr ahorros energéticos?

R.: No, rotundamente no. El mercado español parece que va a otro ritmo. Todavía no somos conscientes de las verdaderas ventajas que podría traer a nuestro entorno actuar con procesos o procedimientos basados en la correcta gestión de la energía. Aquí todavía queremos hacerlo todo nosotros, y lo que diga “google” es ley.

Luego pasa lo que pasa, que la verdad nos pone nuevamente en nuestro sitio y cuando no se cumple lo que nos ha prometido, lógicamente aparecer la desconfianza y el recelo.

El gestor energético es un prescriptor y un vigilante. Puede mover el mercado afín a la energía, generando una importante actividad en el mercado y consolidando ahorros económicos que permitan a las empresas mejorar en su competitividad.

P.: ¿Qué acciones van a llevar a cabo para impulsar y afianzar la labor del gestor energético?

R.: Estamos por un lado trabajando la divulgación, lanzando mensajes en todos los frentes con el objetivo de que la gestión suene y que quede en el mercado.

Estamos formalizando acuerdos con entidades que puedan desarrollar formación y contenidos solventes que permitan profesionalizar esta figura y estamos en contacto permanente con las instituciones para trasladarles nuestro punto de vista y bajarles a la cruda realidad energética del país.

Me gustaría insistir en la oportunidad que tiene el mercado para transformarse y evolucionar, si se tienen en cuenta las posibilidades de ahorro energético real y se desarrollan estrategias claras, coherentes y de calidad que permitan ahorrar y reinvertir los recursos generados en nuevas acciones que generen nuevos ahorros. La energía es necesaria para cualquier acción y el control de la misma fundamental para sobrevivir.

P.: Por fin ha sido aprobado el Real Decreto donde se recoge la parte de la Directiva de Eficiencia Energética que establece que las grandes empresas están obligadas a realizar auditorías energéticas a partir de diciembre de 2015, aunque con bastante retraso. ¿Cómo ha repercutido esta situación tanto a las empresas que representan en FENAGE como a las empresas obligadas a cumplir con la directiva?

R:: Bueno, ya ha salido… ahora hay que aplicarla y lógicamente comenzar a ahorrar energía, emisiones y costes. Pero el problema no acaba aquí. ¿Dónde quedan el 80% de las empresas del país? Las pymes son las grandes consumidoras del país y de momento están totalmente fuera de esta directiva.

¿En qué se beneficia un centro deportivo? ¿O un hotel? Esta directiva va a servir para que las empresas de certificación puedan desarrollar sus servicios, pero ¿cuánto de esto puede revertir en una revolución energética? Nada. Estamos con planteamientos y acciones totalmente fuera de las necesidades reales, seguimos pensando en macro olvidándonos de lo micro.

Las Pymes necesitan y pueden ahorrar mucho dinero, pueden mejorar su competitividad sin invertir grandes cantidades y pueden conseguir transformar el mercado si entienden y asumen que la energía es fundamental para el desarrollo de cualquier actividad, que todavía hay mucha gente que no lo tiene claro. Seguimos funcionando como hace cincuenta años.

P.: El Ministerio de Industria ha estimado que unas 3.800 empresas en España tendrán que realizar auditorías energéticas, lo que supone un volumen de negocio aproximado de 158 millones de euros. ¿Está de acuerdo con estas cifras?, ¿cómo valoran este mercado y su potencial desde su organización?

R.: Las cifras son difíciles de cuantificar, pero lo que si es cierto es que el potencial de ahorro y por consiguiente de negocio para el sector es enorme y además con planteamientos a corto, medio y largo plazo. Es fundamental trasmitir que los ahorros no van a venir por auditar empresas sino por llevar a cabo las mejoras establecidas y recomendadas.

El punto de partida de nuestras empresas en el campo de la eficiencia deja mucho que desear y todavía es habitual encontrarse con situaciones “sorprendentes” donde lo habitual es seguir escuchando “Llevamos funcionando así desde hace 30 años”… Para los gestores energéticos, que entendemos somos la parte operativa para mejorar la eficiencia energética y vigilar la correcta utilización de los equipos, maquinarias y recursos, el abanico de negocio que se abre es importante pero sabemos que el resultado para nuestros futuros clientes será mucho más interesante.

Nuestra organización y las asociaciones que formamos parte de ella, pretendemos desarrollar una actividad ligada estrechamente a las empresas o incluso formar a los responsables de las mismas para que puedan llevar a cabo con garantías y seguridad las estrategias desarrollas en las auditorias. La gestión energética pasa por un control continuo y una supervisión de todos los procesos consumidores de energía así como por un impulsar un cambio en la forma de utilizar la energía.

P.: ¿Cuáles son los sectores que tendrán un mayor peso a la hora de realizar estas auditorías (industria, hoteles, comercios...)?

R.: Según las indicaciones de la futura norma, si las empresas obligadas deben tener más de 250 empleados, el perfil de las empresas que deben cumplir la norma casi queda orientado a la gran empresa o a las grandes cadenas hoteleras o comerciales.

En definitiva es la mediana y gran industria la que debe absorber la gran parte de la revolución energética que está por llegar. Las posibilidades de ahorro derivadas de la recuperación de energía y de la optimización de procesos pueden situar a muchas de ellas en una posición privilegiada dentro de sus sectores. Si a la cualificación de los trabajadores y la calidad de sus productos se le suma la mejorar de competitividad el sector empresarial podría liderar mundialmente muchos mercados.

Y otra derivada importante que puede desarrollarse bajo esta aplicación, es el propio desarrollo del sector de las empresas instaladoras o fabricantes de equipos y soluciones. Al final, la eficiencia energética es una cadena que arrastra a muchas empresas, desde ingenierías hasta empresas de regulación y control, pasando por gestores energéticos o instaladores de cualquier rama.

P.: ¿Cuántas de esas empresas podrían haber ya realizado la auditoría energética?, ¿está el ámbito de las grandes compañías sensibilizado y con conciencia de la necesidad de cumplir esta normativa?

R.: En primer lugar el concepto de auditoria está desfasado y tiene mala fama, en segundo lugar la gente se piensa que por hacer una auditoria ya estamos ahorrando y no es verdad. Lo que verdaderamente ahorra es implantar las medidas y establecer una estrategia adecuada para llevarlas a cabo. Es tan importante el tema, que desde la Federación Nacional de Gestores Energéticos y alguna de sus asociaciones se ha desarrollado una herramienta para que el profesional y su cliente puedan hablar el mismo idioma y entenderse entre lo que uno quiere y desea y realmente se puede llevar a cabo.

La plataforma e2knowhow, permite a un gestor energético o profesional afín al mundo energético realizar una “fotografía” rápida y concreta de su cliente, compararla con entidades similares y establecer una estrategia de implantación basada exclusivamente en ahorros energéticos y/o económicos.

Es fundamental que las empresas y los gestores o auditores hablen el mismo idioma, estén preocupados por el mismo fin y sean capaces de establecer objetivos medibles y alcanzables. Hoy en día, las empresas, los empresarios o los responsables de producción prestan poca atención a la energía, salvo en su precio y la eficiencia no viene por reducir el precio sino por reducir la demanda energética.

P.: ¿Qué dificultades se están encontrando para implantar la auditoría energética?

R.: Las dificultades son varias ya que al no existir una obligación real, las empresas esperan hasta el último momento para ejecutar las auditorias o diagnósticos, sin embargo luego siempre se esperan grandes resultados y generalmente sin necesidades de inversión.

Para ahorrar, conseguir reducir el consumo y coste energéticos de una planta, es posible generar muchos pequeños ahorros que mejoren el punto de partida pero los grandes ahorros vienen de re-invertir esos primeros ahorros y de asumir riesgos y compromisos. Esa es la clave del mercado de la eficiencia, los compromisos. Ya sea por parte de las empresas o por parte de los profesionales del sector, asumir compromisos a medio y largo plazo es lo más complicado. Nadie quiere comprometerse y por ello, en muchas ocasiones se ven acciones que no han sido las más adecuadas para los problemas existentes.

Una buena solución, mal planteada o gestionada y que al final del proceso no alcanza los objetivos de ahorro establecidos, se convierte automáticamente en una mala solución, en un cliente descontento y aumenta la mala reputación para replicar esa misma solución en otra empresa.

Necesitamos que tanto las empresas como los profesionales hablen claro y tengan un punto de partida común, que pasa por cambiar la mentalidad del corto plazo y pensar en los beneficios a medio y largo plazo y por utilizar el sentido común, alejándose de modas y burbujas interesadas.

P.: ¿Supondrá este tipo de actuaciones un impulso para las energías renovables?

R.: Lógicamente sí, pero la utilización de las renovables dentro del mundo industrial está lejos de llegar a un punto “interesante” como para convertirse en un negocio atractivo.

Queda mucho por desarrollar dentro de las renovables y de la aplicación de las mismas dentro de los procesos industriales aun sabiendo que en muchos de los procesos de nuestras empresas tendría una cabida importante. Nos hemos concentrado en la producción, en la rentabilidad y poco en la integración en las necesidades reales de la producción. Existen cientos de procesos donde cualquier energía renovable podría aportar algo y más aún cuando nos encontramos todavía muchas industrias que utilizar gasóleo para sus procesos o que su fuente principal es la electricidad.

Otro gran reto que tenemos por delante es profundizar y desarrollar soluciones hibridas que permitan integrar de manera sostenible las energías renovables, generando un abanico de soluciones replicables. Hay que desarrollar soluciones y tecnología que de manera sencilla nos permita aprovechar los recursos energéticos renovables y trasladar todos esos beneficios a nuestras empresas y productos.z