Eficiencia energética para 5.000 vecinos de Laguna de Duero (Valladolid)
El proyecto de Torrelago, llevado a cabo por varios actores entre los que se encuentra Veolia, tuvo como objetivo principal satisfacer las necesidades energéticas de las Comunidades de Propietarios de Torrelago Fase 1 y Torrelago Fase 2, situadas en Laguna de Duero. Se trata de un conjunto de 31 edificios de 12 alturas y 4 viviendas de 100m2 por planta.
Las necesidades térmicas de ambas comunidades son muy elevadas, puesto que las instalaciones gestionan la calefacción y el agua caliente y fría para dar servicio a más de 5.000 vecinos. Sin embargo, existía una disconformidad térmica de los usuarios finales, que reclamaban un mayor confort en las viviendas al mismo tiempo que se redujera la demanda energética y, con ello, el costo del servicio.
Objetivos
- Ofrecer un modelo de servicio energético que se sostenga en el tiempo y que tenga una visión de ahorro a largo plazo.
- Dar soluciones para reducir el coste energético de las viviendas, cuyos edificios son antiguos, no están aislados correctamente y, por extensión, presentan un consumo energético elevado.
- Avanzar hacia una solución energética más eficiente y más responsable con el medio ambiente.
- Dotar a los usuarios de herramientas de control del gasto y gestión del confort energético en sus viviendas de forma personalizada.
Solución tecnológica
Se planteó un mix energético que combina la combustión de biomasa y una instalación alternativa de gas, con un consumo aproximado de 80% biomasa y 20% de gas durante los meses de mayor gasto energético.
Como sabemos, la biomasa es una energía limpia cuyo precio final en el mercado ha ido disminuyendo con el paso de los años, de acuerdo al informe de precios de la biomasa para usos térmicos del IDAE a fecha de 2016. Su fácil obtención, producción y su precio estable a lo largo del año la convierten en una buena opción para proyectos de eficiencia energética a largo plazo.
En concreto, el proyecto ha consistido en la instalación de una única red dividida en tres subrredes y dos centrales de producción. La central de biomasa cuenta con tres calderas con una potencia total de 3.450kW, mientras que la central de gas natural está formada por cuatro calderas que generan 8.715 kW.
Se trata de dos producciones independientes, que sirven también para controlar los precios del mercado y adaptarlos a las necesidades de los usuarios puesto que mientras que la biomasa es un combustible vinculado al IPC y, por lo tanto, al mercado nacional, el gas está vinculado a un índice homónimo ligado a los precios internacionales. La apuesta por este mix también tiene como objetivo atender a una mayor demanda energética durante los meses de mayor frío, quedando cubiertas las necesidades de los usuarios durante los 365 días del año.
Siguiendo la máxima de la eficiencia, los trabajos del equipo del proyecto también estuvieron enfocados en reducir la demanda energética de las viviendas, renovando los sistemas de distribución y la gestión de la energía. De hecho, uno de los principales motivos del alto gasto energético era el deficiente aislamiento de los edificios, que habían sido construidos entre 1978 y 1981.
Por ello, el Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental desarrolló una nueva envolvente SATE 80mm para los edificios que mejora su aislamiento y sus condiciones de confort, con una inversión de 14 millones de euros. Finalmente, también se llevó a cabo la sustitución de los antiguos ventanales por otros con características aislantes.
Por otro lado, una de las grandes metas del proyecto de Torrelago era la de brindar a más de 5.000 vecinos la posibilidad de que la demanda energética pudiera individualizarse a nivel de edificio y a nivel de vivienda, adaptándola al confort de todos. Con esta finalidad se instalaron sistemas de control y medición del consumo con contaje individual.
Estos sistemas de control y medición también permiten conocer el consumo a tiempo real y los datos de ahorro energético de las comunidades. Veolia da la oportunidad a los usuarios a acceder a su plataforma de control telemática en la que se pueden observar de primera mano y a tiempo real las implementaciones de eficiencia que se realizan desde el Hubgrade, el centro de eficiencia y control telemático de Veolia. A través de esta herramienta podrán conocer, a medio y largo plazo, el ahorro energético real de todos los trabajos llevados a cabo en sus comunidades.
Conclusiones
El mayor aislamiento de los edificios y los trabajos de mejora en la red de calor han permitido poner en marcha medidas para un mayor control del gasto sin perder el confort energético en las viviendas. Todas estas acciones han supuesto la reducción en un 40% de la demanda total de energía en ambas comunidades de vecinos.
Asimismo, se mejora el confort térmico de los usuarios, que a través de las herramientas de control telemático podrán verificar en todo momento su consumo individual según los niveles de calor deseados. Este consumo se optimizará siguiendo las máximas de eficiencia energética de Veolia, que regulará el gasto manteniendo el nivel de confort adecuado para todos los vecinos.
Se trata, por tanto, de un caso de éxito que nos permite divisar un horizonte cercano en el que las ciudades inteligentes sean una realidad. Con ellas, se busca no sólo la reducción de la demanda energética, sino disponer de edificios e instalaciones más eficaces y más responsables con el medio ambiente. El uso de la biomasa como fuente de energía principal también ayudará a aumentar el conocimiento sobre las energías alternativas, un factor clave para concienciar a la población de que ya existen energías limpias viables para reducir, en un futuro próximo, nuestra dependencia a los combustibles fósiles y contaminantes.z
