Más allá del papel: por qué la transparencia y la digitalización financiera son el futuro de la construcción

En los últimos años, la presión sobre las constructoras se ha intensificado. Los plazos se acortan, los márgenes se reducen y el coste de los materiales fluctúa de forma impredecible. A ello, se suma la falta de mano de obra cualificada, que tres de cada cuatro directivos del sector ya identifican como una de las principales causas de retraso en las obras. En este contexto, operar con procesos financieros lentos y fragmentados no es solo una incomodidad: es un riesgo estratégico.

La falta de visibilidad en los gastos es uno de los talones de Aquiles del sector. En España, son muchas las empresas que reconocen que invertir en tecnología sería clave para ganar competitividad y no es casualidad. Cuando los equipos financieros tardan semanas en cerrar cuentas o las decisiones se toman con datos incompletos, los sobrecostes se acumulan y las tensiones con proveedores se multiplican.

No sorprende que estudios recientes apunten que la digitalización puede ahorrar hasta un 20% en los costes de obra, una cifra que en un sector de márgenes ajustados marca la diferencia entre éxito y fracaso.

Pero la cuestión no es solo de eficiencia. La confianza en el sector también depende de la transparencia. Si los proyectos se gestionan con herramientas fragmentadas, sin una visión clara de presupuestos y pagos, la relación con proveedores y clientes se resiente. Por el contrario, cuando las compañías adoptan soluciones digitales que centralizan la información y permiten conocer en tiempo real en qué se está gastando cada euro, no solo se reducen errores, sino que se envía una señal de seriedad y compromiso que eleva el listón del conjunto del sector.

La autonomía de los equipos también juega un papel crucial. En un entorno donde cada decisión cuenta, descentralizar el control no significa perder rigor, sino dar a las personas las herramientas y los límites adecuados para actuar con agilidad. La experiencia demuestra que cuando los equipos disponen de datos claros y procesos bien definidos, las decisiones mejoran y la implicación crece. Y eso repercute directamente en la rentabilidad de los proyectos.

La construcción en España ya está avanzando en algunas áreas, como la adopción de metodologías digitales en la contratación pública. Sin embargo, mientras los muros se levantan con tecnología de vanguardia, muchos departamentos financieros siguen anclados en el papel. Es hora de reconocer que la verdadera innovación no ocurre solo en la obra, sino también en los sistemas que sostienen la operación diaria.

El futuro del sector pasa por integrar la digitalización financiera como un pilar estratégico, no como un accesorio. Porque la eficiencia y la confianza ya no son un valor añadido: son el requisito indispensable para seguir construyendo en un mercado cada vez más competitivo y exigente.