Análisis de la categoría de pinturas y antifoulings

Con la llegada del Reglamento sobre biocidas (BPR) y el aumento del control de los productos químicos y las materias primas, este ha pasado a ser un área clave para el sector. En Hempel, no solo cumplimos con la legislación vigente, sino que la superamos al ofrecer productos sin biocidas que superan a los antiincrustantes tradicionales tanto en rendimiento como en longevidad, al tiempo que vamos más allá del cumplimiento de las normativas actuales y futuras. Acogemos y fomentamos estas nuevas normativas y controles más estrictos, ya que hemos demostrado que es posible lograr el mejor rendimiento sin el uso excesivo de productos químicos nocivos”.

“Las nuevas generaciones de antifoulings ofrecen una mayor durabilidad con menores espesores de aplicación, lo que se traduce en un ahorro económico y un menor impacto ambiental. Además, formulaciones avanzadas -como las siliconas o los antifoulings autopulimentables de velocidad controlada- permiten extender los periodos entre varadas y mejorar la eficiencia operativa, al reducir la resistencia al avance y, por tanto, el consumo de combustible.

La industria está respondiendo de forma activa a la creciente demanda de soluciones ecológicas. Un avance destacado es el uso de pistolas electrostáticas, que mejora la eficiencia del proceso de aplicación al aprovechar la carga eléctrica para una mejor adherencia. Esto reduce significativamente el desperdicio de pintura y puede aumentar el rendimiento entre un 60% y un 95%, manteniendo la calidad final. Asimismo, se están desarrollando formulaciones libres de biocidas, sustituidos por materiales naturales o menos contaminantes, con el objetivo de minimizar el impacto en el medio marino”.

“Los consumidores y propietarios cada vez más buscan productos con resultados con mejor eficiencia energética, menor mantenimiento y más respetuosos con el medio marino. Por ello, la industria busca soluciones que incorporan antifouling y pinturas más respetuosas con el medio, de bajas emisiones en COVs, autopulimentables y productos con mayor durabilidad y de alto rendimiento que reducen los ciclos de mantenimiento.

La industria de las pinturas y antifoulings debe dar respuesta a las tendencias del mercado y a las normativas legales y regulatorias de mayor sostenibilidad. Este impulso viene acelerado por normativas ambientales más estrictas (como la prohibición de biocidas tóxicos) y por una mayor conciencia ambiental por parte de consumidores e industrias. La sustitución de biocidas tóxicos como el cobre o estaño se han sustituido por biocidas de espectro reducido como siliconas o polímeros fluorados”.

“En los últimos años, hemos observado un cambio en la demanda del sector náutico, movido por una mayor conciencia ambiental de los usuarios y la presión regulatoria de organismos nacionales e internacionales. Esto ha llevado a un aumento en la búsqueda de soluciones antifouling que reduzcan el impacto ambiental. Las restricciones sobre el uso de biocidas han obligado a los fabricantes de pinturas a desarrollar formulaciones más respetuosas, aunque siguen existiendo retos importantes.

Las normativas ambientales son cada vez más restrictivas, especialmente en la Unión Europea. Esto genera un reto técnico y económico para los fabricantes de pinturas, que deben reformular productos sin perder eficacia. A medida que las regulaciones avancen, se hará necesaria la adopción de tecnologías libre de emisiones que evita el biofouling sin liberar micro plásticos, biocidas o compuestos metálicos, y mantiene la eficacia energética y funcional de los componentes protegidos durante su vida útil”.

“La demanda se está orientada hacia soluciones más duraderas y respetuosas con el entorno marino. Los usuarios buscan productos que reduzcan el mantenimiento, mejoren la eficiencia del casco y cumplan con normativas ambientales más exigentes. También crece el interés por artículos que ofrezcan un buen rendimiento sin uso excesivo de biocidas.

Estos productos logran reducir el crecimiento de organismos marinos durante más tiempo, lo que se traduce en menor resistencia al avance, menor consumo de combustible y menos rendimiento. Además, algunas fórmulas incluyen tecnologías de autorregeneración o superficies ultra lisas que mejoran el rendimiento hidrodinámico del caso. Nosotros apostamos por antifoulings de última generación que no solo protegen la embarcación, sino que también reducen el impacto ambiental y los costes operativos a largo plazo”.

“En el tema de antifoulings, siliconas y tratamientos hemos visto un crecimiento exponencial en las ventas. Si destacamos las ventajas de la silicona, por ejemplo, encontramos que mejora en rendimiento (reduce la fricción del agua con las superficies recubiertas y aumenta la eficiencia del combustible), previene la bioincrustación (crea una superficie resbaladiza que impide que organismos marinos se adhieran fácilmente), no contiene metales tóxicos, durabilidad, aplicación relativamente sencilla, compatible con diversos materiales (funciona sobre bronce, acero inoxidable y aluminio) y facilita el mantenimiento (las superficies tratadas suelen requerir solo una limpieza ligera con esponja para mantenerse en buen estado”.

“Quizá la industria náutica sea una de las mayores inversoras en medio ambiente. Los productos utilizados, como las pinturas, han sido anteriormente testados y aprobados por las instituciones pertinentes. Los residuos son tratados tal y como nos marca la legislación, pasamos inspecciones constantemente y necesitamos tener y demostrar que somos eco-sostenibles. Todas las tendencias se encaminan hacia la sostenibilidad, no solo en los productos, sino también en los propios barcos. Así, la mayoría de las empresas que sean realmente del sector de la náutica están comprometidas con el medio ambiente, ya que en el fondo es nuestro medio de trabajo y subsistencia. Somos conscientes de la importancia de preservar el medio ambiente y seguir la tendencia eco-sostenibles, siguiendo siempre las reglamentaciones y leyes”.

“En pinturas y sobre todo antifoulings, notamos que cada vez hay más clientes que buscan asesoramiento porque se animan a aplicar el producto ellos mismos. Al final, quieren asegurarse de que eligen el antifouling adecuado según el uso que le dan al barco y las zonas donde navegan. Además, hemos visto un aumento de la demanda de antifoulings de silicona, que ofrecen un mejor deslizamiento y requieren menos mantenimiento. Como hay bastante variedad de marcas y tipos, es importante poder orientarles bien para que el resultado sea el esperado y el trabajo les dure el mayor tiempo posible”.