DHub Barcelona impulsa el debate sobre la contaminación lumínica y la iluminación navideña
La intervención artística que se ha instalado en Disseny Hub Barcelona se materializa en un prototipo de satélite a medida real. Se trata de una esfera con una cara recubierta de espejos, que reflejaría la luz del sol durante las semanas de celebración de la Navidad para ahorrar consumo energético y reducir la contaminación lumínica.
‘Espejo: un satélite para el solsticio’, creado por el estudio de arquitectura y diseño TAKK y comisariado por Jose Luis de Vicente, también reflexiona sobre la creciente explotación comercial de la órbita baja espacial y las implicaciones ecológicas que esto genera.
Conocidos por sus colaboraciones con bandas, como por ejemplo Massive Attack o científicos como el ecólogo acústico Bernie Krause, su trabajo se extiende a través de campos como el arte de datos, la escultura cinética, el diseño de iluminación y la escenografía.
La instalación inaugura la serie ‘Arquitecturas Flotantes’, intervenciones suspensas sobre el vestíbulo del DHub, que se podrá visitar hasta el próximo 10 de marzo de 2024.
La intervención de TAKK, que ha sido comisariada por el director artístico del DHub, José Luís de Vicente, se materializa con la reproducción a medida real de un satélite de 180 kilos y 5 metros de diámetro. Una esfera redonda cubierta de espejos. El proyecto especulativo también incluye el relato sobre cómo se enviaría el satélite al espacio, como se vería desde la superficie de la Tierra o como orbitaría a su alrededor.
Debate sobre la iluminación ornamental
Con esta intervención, TAKK quiere poner de manifiesto el aumento de la contaminación lumínica y los efectos ambientales que existen. Y lo hace en un momento paradigmático, la Navidad. Abre así el debate sobre la iluminación ornamental navideña, vinculada a la historia de la comercialización de esta festividad y a la electrificación de las ciudades como un discurso de progreso.
‘Espejo’ recupera la iconografía de la estrella que, según la tradición cristiana, guió los Reyes de Oriente hacia Belén y contempla sustituir toda la iluminación a pie de calle por un punto de luz al cielo, que estaría generado por este satélite. Esto supondría una reducción de la contaminación lumínica y un ahorro energético, ya que la generación de luz se hace por la refracción del sol y no genera gasto energético.
Además, la instalación también invita a reflexionar sobre otro fenómeno que, en los últimos años, ha contribuido al aumento de la contaminación lumínica. Se trata de la progresiva colonización de la órbita espacial con satélites lanzados por los humanos con fines comerciales. Desde 2019, el número de satélites comerciales en la órbita baja terrestre se ha duplicado, gracias a las nuevas mega constelaciones de servicios comerciales como StarLink. Empresarios como por ejemplo Elon Musk o Jeff Bezos se han lanzado a una carrera por el espacio empujados por las buenas perspectivas de una industria que genera un gran interés comercial, porque permitirá ofrecer servicios de transmisión de datos de alta velocidad entre diferentes puntos del planeta, sin necesidad de poner cables.
Por todo ello, el aumento de la cantidad de luz que se emite en la tierra y en el espacio hace cada vez más difícil observar un cielo oscuro o ver las estrellas. Con esto, la contaminación lumínica genera enormes disrupciones en ecosistemas naturales, donde la oscuridad nocturna ha sido el medio natural durante miles de años para muchas especies.