Destacar la luz natural en la iluminación de espacios interiores

La Asociación Española de Fabricantes de Iluminación, Anfalum, único miembro español de Lighting Europe comparte misma visión con este artículo sobre la importancia de una buena iluminación en espacios interiores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la población pasa de media el 90 % de su tiempo en interiores, lo que pone de relevancia la importancia de la comodidad y el bienestar en estos espacios cerrados. ¿Cómo se puede crear esa comodidad y ese bienestar? La respuesta es con mejor iluminación.

Si bien la iluminación eléctrica tradicional puede ser un acierto en términos visuales, carece de los beneficios no visuales de la luz natural, entre los que destaca la contribución al bienestar emocional y biológico de los seres vivos. Una mejor iluminación salva esta brecha entre el alumbrado tradicional y la luz natural.

“El uso de la luz natural, como base para una iluminación de calidad, permite una mejor iluminación y trasladar a los espacios interiores los beneficios de la luz natural”, apunta Ourania Georgoutsakou, secretaria general de Lighting Europe. “Debemos proporcionar la luz adecuada en el lugar y el momento idóneos, para las distintas actividades que llevamos a cabo en nuestro día a día”.

Por ejemplo, con la iniciativa del Pacto Verde Europeo de renovación para Europa, un componente esencial es que la Unión Europea se ha propuesto duplicar los índices de renovación en toda Europa a lo largo de la próxima década. Teniendo en cuenta que hasta el 75% del parque inmobiliario europeo actual es ineficiente, desde el punto de vista energético, la necesidad de introducir reformas energéticamente eficientes es enorme. “Se trata de una oportunidad única para lograr el doble objetivo de mejorar la eficiencia energética y la comodidad y el bienestar en interiores”, añade Georgoutsakou.

Sin embargo, mejorar la iluminación no es algo que ocurre porque sí, sino que debe diseñarse. Este es el desafío. Una mejor iluminación es clave para conseguir ambos objetivos, y los prescriptores, incluidos los diseñadores, los instaladores y los arquitectos de iluminación, desempeñarán un papel fundamental en el éxito de la iniciativa.

La mejora de eficiencia energética de las instalaciones de alumbrado interior pasa, indefectiblemente, por la optimización de los factores de utilización y mantenimiento de las mismas. Se trata de compaginar el diseño con la eficiencia energética.

“Los diseñadores profesionales de iluminación están magníficamente capacitados para salvar la brecha entre las normativas técnicas y las consideraciones estéticas”, señala Georgoutsakou, quien añade que “entienden el papel de la iluminación en la arquitectura y el diseño de interiores, y aprovechan su amplio conocimiento de los equipos y sistemas de iluminación, para garantizar diseños de alta calidad en el entorno de los edificios”.

Pero, ¿por qué recurrir a un diseñador profesional de iluminación?

• Refuerza y mejora cualquier espacio mediante soluciones de iluminación creativas y prácticas, que responden a las necesidades de las personas que utilizan ese espacio.
• Especifica los productos más adecuados, rentables y energéticamente eficientes para un proyecto.
• Crea un sistema de iluminación innovador que consigue el equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética.
• Resuelve los exclusivos desafíos asociados a la iluminación que plantea un amplio abanico de entornos de interior y exterior.

No existe una solución universal para proporcionar una mejor iluminación. Debe personalizarse para responder a las necesidades de cada espacio, aplicando distintas combinaciones de características para una mejor iluminación.

En este sentido, LightingEurope se ha asociado con IALD y ha publicado un informe conjunto en el que se destacan las singularidades, requisitos y consejos de diseño para desarrollar y brindar una mejor iluminación.

Los diseños de iluminación tradicionales utilizan métricas como niveles de lux en un plano de trabajo, el área circundante, techo y paredes, uniformidad y deslumbramiento molesto. “Si bien estas métricas son importantes para iluminar adecuadamente un espacio, no ayudan necesariamente a mejorar el bienestar o el rendimiento biológico y emocional de una persona”, señala Georgoutsakou.

Para lograrlo se deben tener en cuenta otros factores, incluida la variación de iluminación. “La gama de niveles de iluminación requeridos por los ocupantes suele considerarse en el nivel del suelo o en un plano de trabajo nominal”, señala Georgoutsakou. “Pero la iluminación vertical dentro de un espacio es también importante, pues es el plano al que suelen mirar los ojos”.

El deslumbramiento es también un factor que debe tenerse en cuenta. Lavar las paredes o el techo con luz permite una mejor iluminación, para reducir el deslumbramiento causado por grandes contrastes en los niveles de iluminación. Por otra parte, la mejor iluminación puede incorporar áreas de oscuridad relativa como forma de proporcionar interés visual. “Simulando sombras, ya que las áreas oscuras dan un aspecto más natural a un espacio”, añade Georgoutsakou.

Hablando de aspecto natural, la luz diurna es también un factor importante que debe tenerse en cuenta. Por regla general, cuanta más luz haya durante el día, mejor. Dicho esto, hay que tener en cuenta que los niveles de luz más altos pueden causar incomodidad debido a problemas de deslumbramiento o contraste.

El uso que se haga de un espacio también puede influir en el deslumbramiento. Por ejemplo, en un entorno de oficina, la relación entre el brillo de la pantalla de un ordenador y el fondo afectará al deslumbramiento y, consecuentemente, a la comodidad visual del usuario. “Cada persona tiene sus preferencias y una mejor iluminación puede tenerlas en cuenta analizando los niveles de iluminancia y usando controles personales, para atenuar o aumentar esos niveles”, comenta Georgoutsakou.

El desarrollo de la iluminación LED ha revolucionado el sector de la iluminación y ha abierto la puerta a nuevas oportunidades, imposibles con las tecnologías anteriores. Por ejemplo, la iluminación LED:

• Permite a los usuarios controlar la luz y adaptarla dinámicamente a sus necesidades específicas.
• Ofrece la posibilidad de controlar la temperatura del color de la salida espectral para responder mejor a las necesidades de los ocupantes.
• Elimina factores molestos como parpadeos y efectos estroboscópicos.
• Existen varias métricas para ayudar a aprovechar lo mejor posible estas oportunidades:
• Índice de reproducción cromática (IRC): mide la fidelidad cromática, es decir, la similitud que presentan los colores de los objetos cuando se iluminan con la fuente de luz, frente a la iluminación con una fuente de luz de referencia con el mismo aspecto cromático.
• Iluminación melanótica equivalente a la luz natural (mEDI): mide el rendimiento no visual mediante la combinación de niveles de iluminación y composición espectral, e indica el efecto que la fuente de luz puede tener en los ritmos circadianos humanos.

“Sigue siendo un área de investigación, aplicar esta métrica es algo más indicativo que absoluto, y se debe tener cuidado en las exigencias de rendimiento y el diseño de aplicaciones basados en esta métrica", indica Georgoutsakou.

Otra de las principales características que definen a la mejor iluminación es que se puede adaptar. “La mejor iluminación debe tener un espectro regulable o contar con capacidad para ajustarse y adaptarse a la actividad específica de un espacio”, explica Georgoutsakou, quien añade que debe ser posible controlar la intensidad y el espectro de una instalación de iluminación de forma simultánea y automática.

“Esta capacidad puede ser valiosa por motivos estéticos, ya que introduce dinamismo y dramatismo en el espacio. También se puede utilizar para mejorar la agudeza visual de determinadas tareas que se benefician de tener diferentes niveles de luz o composición espectral”.

La iluminación regulable y dinámica también permite adecuar la intensidad y la temperatura del color de la luz eléctrica dentro de un espacio a la intensidad y la temperatura del color de la luz natural o de la luz solar, con lo que se crea el efecto de trasladar el exterior al interior.

La creciente conciencia sobre el deseo humano de estar conectado a la naturaleza ha llevado a los diseñadores de iluminación a incorporar a sus diseños, cada vez más, aspectos que emulan la luz natural. Un aspecto clave de la luz natural es su naturaleza dinámica y la capacidad de adaptación es la respuesta de una mejor iluminación a esta dinámica. Por ello, Lighting Europe propone:

Elegir luminarias y un sistema de control de iluminación, que permitan compaginar por separado el brillo y el aspecto cromático. Esto permite emular el momento del año y el día, y posiblemente incluso las condiciones meteorológicas actuales.

El uso de una iluminación, cuyo aspecto cromático y brillo pueden modificarse, permite a los usuarios acomodarla a las necesidades específicas del espacio, así como a las actividades que se llevan a cabo en un momento dado.

Se ha demostrado que facilitar un control personal de las luces y las persianas puede mejorar la satisfacción en el trabajo. Por otra parte, poder conseguir las condiciones de iluminación preferidas aumenta la satisfacción de sus usuarios.

Lamentablemente, implementar estos controles personalizados se han basado, tradicionalmente, en el estándar de aplicación, a menudo malinterpretado (como la primera versión de la norma UNE EN 12464-1 relativa a la Iluminación de los lugares de trabajo). «Demasiado a menudo, la interpretación errónea de este estándar se ha traducido en diseños de iluminación poco interesantes visualmente, con una comodidad visual limitada y, para un número importante de personas, niveles de iluminación demasiado bajos o demasiado altos», apunta Georgoutsakou.

En su lugar, se debe utilizar la revisión del año 2021 de la UNE-EN 12464-1. Este estándar actualizado incluye el concepto de niveles de iluminación modificados, que permite la adaptación hacia arriba de los valores de iluminancia, para situaciones que pueden requerir niveles más altos y la atenuación de la iluminación en función de las necesidades o preferencias personales. Entre las características habituales se incluyen valores preprogramados, que cambian automáticamente los niveles de iluminación, así como la posibilidad de que los ocupantes activen determinados ajustes en función de sus preferencias y necesidades personales.

“La personalización y la optimización que se consiguen, mediante el uso de controles de iluminación, contribuyen a ahorrar energía y ayudan a garantizar que los ocupantes cuenten con la luz adecuada en el momento y el lugar que la necesiten”, observa Georgoutsakou.

La luz natural en los espacios de trabajo mejora la satisfacción y la productividad de los ocupantes. Por otra parte, unos niveles elevados de luz natural durante el día pueden mejorar la calidad del sueño durante la noche. Pero la luz natural también presenta beneficios para el medio ambiente. Por ejemplo, el aprovechamiento de la luz natural permite reducir la instalación de iluminación eléctrica, con lo que se reduce considerablemente el consumo de energía durante el día.

Aunque sus beneficios son diáfanos, la luz natural también presenta inconvenientes, como el deslumbramiento y el sobrecalentamiento. “Gestionar la luz natural es un ejercicio de equilibrio entre maximizar sus beneficios y disminuir sus inconvenientes”, apunta Georgoutsakou.

Una buena iluminación consigue este equilibrio mediante instalaciones comerciales, como sistemas automáticos de oscurecimiento. “Cuando se utilizan junto con controles de iluminación automáticos, estos sistemas pueden garantizar que el sistema logre este equilibrio constantemente, de una forma que consiga los mejores resultados para el edificio y sus ocupantes”, añade Georgoutsakou.

Una buena iluminación ha demostrado que, cuando se diseña adecuadamente, aporta beneficios a una amplia gama de usuarios, incluidos pacientes, huéspedes y personal en hospitales y residencias de ancianos; estudiantes y docentes en escuelas; empleados en oficinas; trabajadores en fábricas y residentes en viviendas privadas.

“Los beneficios relacionados con el ahorro de energía y el bienestar personal que ofrece la mejor iluminación son claros”, señala Georgoutsakou. “El conocimiento, la tecnología y los productos para diseñar una mejor iluminación ya están disponibles actualmente. Conseguir una buena iluminación en las reformas de edificios no solo nos permitirá asegurarnos de que Europa experimenta un renacimiento de las renovaciones, sino también una nueva era en el bienestar personal”.

La colaboración en la cadena de valor es clave para ofrecer una mejor iluminación. “Valoramos mucho nuestra colaboración con IALD. Es importante que intercambiemos, periódicamente, puntos de vista sobre la mejor iluminación y que pongamos en común nuestra experiencia y alcance respectivos, para transmitir mensajes claros al mercado, ya sean prescriptores o clientes, sobre qué puede hacer la iluminación por las personas y por el planeta”, señala Georgoutsakou.

Lighting Europe colabora con los legisladores europeos para compartir la experiencia técnica de sus miembros y ayudar a perfilar un entorno reglamentario positivo, con normas sencillas que se apliquen mejor, redunden en el beneficio de las personas y el planeta, y fomenten un entorno empresarial justo y competitivo en Europa.

La luz natural diurna es una fuente luminosa muy eficiente y de máxima calidad cromática, que cubre todas las longitudes de onda del espectro visible, proporcionando un excelente rendimiento de colores. Sus características, disponibilidad y consiguiente uso variarán en funciona de factores tales como las condiciones meteorológicas, la latitud, época del año e incluso la hora del día.

La normativa relativa a la iluminación interior, además de los sistemas de control, establece las del aprovechamiento de la luz natural, que regulan proporcionalmente y de forma automática por sensores de luminosidad el nivel de iluminación, en función de la aportación de la luz natural, a través de los cerramientos acristalados de las oficinas y locales. Así como en todas las estancias ubicadas bajo un lucernario, zonas con acristalamiento a patios o atrios, etc.

El conveniente uso de la luz natural supone un ahorro relevante en el alumbrado interior y, consecuentemente, en el consumo d energía electica.

No obstante, por la noche la luz que proviene de la iluminación interior y se propaga directamente hacia el cielo, a través de las ventanas y cristaleras de los edificios de oficinas, locales de trabajo, etc. Esto contribuye, en cuantía considerable, al resplandor luminoso nocturno o contaminación lumínica, junto con la luz que dimana de las instalaciones de alumbrado exterior y la propia luz natural del cielo.

Todo ello, en el supuesto relativamente frecuente de no activar, convenientemente, el encendido y apagado manual, además de los sistemas automáticos, por horario centralizado en cada cuadro electico, amén del encendido y apagado, mediante detectores de presencia temporizados en las zonas de uso esporádico.

También resultaría muy eficaz la limitación del horario de funcionamiento de las instalaciones de iluminación de oficinas y locales de trabajo, de modo que cuando finalice el trabajo se apaguen siempre dichas instalaciones, con el firme propósito de evitar un derroche energético y reducir, así, el resplandor luminoso nocturno.